Capítulo 36

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El sonido del taconeo resonaba por el pasillo. Todo el mundo iba a su bola. Trabajando, centrados en lo suyo. 

Yo estaba realmente cansada. El dolor de los pies me estaba matando. Cerré los ojos con fuerza al notar el pinchazo de nuevo en la planta del pie. 

-¿Ey? ¿Estás bien? -Noté que Jack se acercaba a mí, tras terminar de intercambiar algunas palabras con los japoneses. Llevábamos todo el día de reunión, una reunión pesadísima. 

Era horrible, ellos hablaban y una traductora me intentaba traducir, pero claro iban tan rápido que mi cerebro no le daba tiempo a asimilar nada. 

Solo descansamos para almorzar, y ya es casi la hora de la cena. 

Le sonreí cuando se acercó a mí y me apoyé en su brazo para colocarme bien el tacón. Noté como colocaba su mano en mi cintura para ayudarme a mantener el equilibrio. 

Me quedé asimilando la situación antes de parpadear y sonreír. 

-Si, solo estoy cansada -Me separé de él mientras me acomodaba el cabello, el cual ya estaba algo despeinado después de todo el día de duro trabajo. 

-Pues que pena, porque pensaba invitarte a cenar y darte la clase de japonés que te prometí. 

Yo me lo quedé mirando, sorprendida. No sé como este hombre después de todo el día de trabajo tiene energía para salir a cenar. Aunque yo no voy a negar que me apetecía mucho ir. 

Asentí, mordiéndome el labio inferior inconscientemente. De repente 

Él sonrió y miró hacia un lado al darse cuenta de que Maika le llamaba. Yo hice lo mismo por inercia. 

-¿A que hora organizo la cena para celebrarlo el señor Ishikawa? -Dijo mientras se acercaba a nosotros con paso decidido. 

Yo fruncí el ceño. Esa chica acababa de arruinarme el plan de la noche de un solo bandazo. Yo aparté la vista, desilusionada. 

Noté como Jack se tensaba, incómodo por la situación en la que se acababa de comprometer. 

Él me miro incómodo para después devolverle la vista a Maika, la cual esperaba una respuesta de su jefe. 

Él abrió la boca para responder, contrariado por la situación. Yo me giré hacia un lado para que Maika no me viese susurrar. 

-No te preocupes, lo dejamos para otro día- Comencé a hablar, en susurro para que solo él pudiese oírme. Sabía que tras estas reuniones hacían una cena para cerrar el trato. 

Me separé de él dispuesta a irme hacia el coche, para dejarles solos y no incomodar, pero él me detuvo sujetando mis muñecas. 

-Maika hoy estoy demasiado cansado, organiza un almuerzo para mañana tras la reunión -Dijo, dejándome atónita. 

No podía estar hablando en serio, me giré para ver el rostro de Maika, el cual era un auténtico cuadro. 

Yo miré a Jack sorprendida. Intenté replicarle, pero no me dejó. Se despidió de Maika, antes de arrastrarme hasta el coche. 

Cuando estuvimos dentro, me giré hacia él seriamente. 

-Ni de coña, Jack es importante para cerrar el trato...

-Ya está echo -Me cortó mientras me miraba a los ojos con una sonrisa- Así que ahora a disfrutar. 

Dicho esto le indicó al chofer nuestro destino antes de hacer una llamada, la cual no entendí nada. 

Yo asimilé la situación y giré la cara hacia la ventana, para que no viese la sonrisa tan estúpida que se me había dibujado. 

Noté en la voz de Jack algo de preocupación, a pesar de no entender nada y su rostro me lo confirmó. Tenía el ceño fruncido y se acariciaba la barbilla preocupado.

Yo me lo quedé mirando, como si así pudiese adivinar lo que pasaba por su mente, pero lógicamente no sirvió para nada. 

Cuando colgó el teléfono, su rostro no cambió en nada. Yo coloque mi mano en su antebrazo para llamar su atención.

-¿Sucede algo? -No pude evitar preguntar. Él me miró, debatiéndose entre contármelo o no. Aunque finalmente suspiró antes de abrir la boca. 

-La habitación, que no han cancelado ninguna reserva -Gruñó molesto. Yo lo miré seria. Parecía realmente preocupado. 

Yo me mordí el carrillo pensando en mis próximas palabras. Una idea cruzaba mi mente. 

Mi parte sensata me prohibía hablar, mientras que la parte loca casi que se adueñaba de mí y me incitaba a decirlo. 

-No me importa compartir habitación -Le dije tranquila. Aunque era obvio que no lo estaba. Él me miró asombrado. 

-No quiero molestar... -Comenzó a hablar mientras se rascaba la nuca. Asentí, al fin y al cabo él era el que pagaba, lo mínimo era eso. 

Yo le sonreí, indicándole que no me molestaba, aunque en el fondo sabía que no era una buena idea. ¿Pero que podría salir mal? 

Cuando me quise dar cuenta ya estábamos frente al hotel. Jack le dijo unas palabras al chofer antes de girarse hacia mí. 

-Nos vemos a las nueve, ni un minuto más ni uno menos -Se dispuso a salir del coche, pero le frené sujetándole de la manga del traje. 

-¿Estás seguro Jack? -Le obligué a mirarme a los ojos. Me sabía demasiado mal que esto ocurriese, porque era mi culpa y si al final por culpa de la cena no cerraban el trato... 

-Seguro -Dijo con una sonrisa antes de marcharse. 

Yo me mordí el labio reprimiendo la sonrisa que se me había formado. 

No tardé en bajarme del coche y entrar en el hotel. Una vez estuve dentro miré a mi alrededor, era imposible que nadie en ese edificio de tantísimas plantas hubiese alguien que sintiese lo mismo que yo en esos momentos. Era como un viaje al pasado. 

Cuando llegué a la habitación llamé a Sheila. Allí aun era por la mañana. 

-¡Hola bombón! ¿Cómo le va a la viajera? -Me preguntó feliz nada más descolgar el teléfono. Yo no me anduve con rodeos. 

-Me va a llevar a cenar -Solté, dejándola muda. Le di al grifo de la bañera para que se comenzase a llenar. 

-Empezamos fuerte. Ni un hola Sheila, ¿Qué tal? yo genial... -Bromeó ella al otro lado de la línea. Yo rodé los ojos con una sonrisa. 

-Un día muy largo, todo el día de reunión -Comencé a desnudarme y puse la llamada en altavoz. 

- Uff, que coñazo ¿Y cómo que vais a cenar? -Me preguntó con inocencia. 

Yo me reí antes de relatarle todo a mi amiga mientras me duchaba y arreglaba. 

Necesitaba estar perfecta... 

El Chico No Es Siempre Un Caballero [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora