Capítulo 26

234 26 10
                                    

Regulé los precios de los materiales para la construcción. Me fijé en algunas desigualdades con respecto a algunos precios. 

Cerré los ojos y me retorcí de dolor. Llevaba todo el día con un dolor de barriga casi insoportable, pero necesitaba terminar el trabajo. 

Revisé los proveedores, no me cuadraron algunas cuentas y busqué el teléfono de los mismos. 

Esperé a que descolgasen el teléfono y al tercer pitido escuché una voz. 

-Buenos días, está llamando a compañías... -Ni siquiera dejé que contestasen. 

-Buenas, soy Alexa Stone les llamó porque no me cuadra el presupuesto del número 201 ni del 459 -Le informé. 

Se escuchó un silencio al otro lado de la línea. 

Noté como escribía algo en el teclado. Miré a mi alrededor, desesperada. 

Soy una persona bastante impaciente y que me tengan esperando al otro lado del teléfono no me hace ninguna gracia. 

-Señorita, no vemos ningún inconveniente en este pedido -Fruncí el ceño, aunque era obvio que ni podía verme- Aquí se muestran todos los números de su correspondiente modo. 

Suspiré. Inspiré y expiré. 

-¿Pero cómo va a estar bien si el presupuesto inicial se pasa...?  -Digo utilizando mi mayor fuerza para mantenerme serena y no perder los estribos. 

La voz chillona de la mujer al otro lado del teléfono me estaba eliminando la paciencia con cada sílaba que decía. 

-Siempre decimos que no es un presupuesto cerrado -Comentó como si no quisiese la cosa. 

Miré hacia la ventana, conteniendo mis impulsos. 

-Si pero el problema es... 

-Señorita, tengo mucho trabajo -Comenzó a hablar la mujer al otro lado- Si no tiene más nada que decir...

Y tras esa palabra se rompieron las cadenas, soltando al perro de presa. Se acabó mi paciencia. 

Puff, se esfumó. 

-¿Pero tu que tE CREES QUE SOY TONTA? ¡SE LLEGÓ A UN PRESUPUESTO QUE BENEFICIÓ A AMBAS PARTES Y SE CERRÓ! 

-Pero si solo se pasa un poco del precio acordado... -Comentó con un hilo de voz. 

-¿¡Un poco!? ¡QUE SON 300 EUROS MÁS DE LO ACORDADO! ¿ESO ES PARA USTED POCO? ¡YA TE DIGO YO QUE NO LO ES! SI SE LLEGÓ A UN PRESUPUESTO ¡¡¡ESE ES EL QUE SE QUEDA!!! 

Hubo un silencio. Solo se podía oír mi respiración agitada. 

-Si señorita, yo lo arreglo ahora mismo -La voz temblorosa de la chica se mezclaba con el tecleo de su ordenador. 

Sonreí, victoriosa. 

-Bien, ahora si, buenos días -Dicho esto, colgué. 

Me apoyé en el respaldo de la silla del escritorio. Eché la cabeza hacia atrás para descansar. 

Resoplé y cerré los ojos. Las punzadas en el estomago casi me hacen tener nauseas. 

Estás últimas semanas habían sido mortales. Casi no despegaba la cabeza de la pantalla del portátil. 

Lo bueno es que no había tenido que ver a Jack desde... bueno, el incidente en su despacho. 

Se tuvo que ir de viaje a yo no se donde y no me lo he tenido que cruzar desde entonces. 

-Vaya, vaya. 

Se me erizó la piel y se me endurecieron los pezones bajo la tela del sujetador. Me incorporé y me quedé mirando a un punto fijo. 

El solo hecho de oír su voz  me dejó paralizada. 

-¿Cuanto llevas escuchando? -No sé como lo hice pero saqué fuerzas para que no me temblase la voz. 

Me giré para verle. 

Estaba apoyado en el marco de la puerta con las manos metida en los bolsillos. 

Sus ojos estaban clavados en los míos y su sonrisa socarrona brillaba en su rostro. 

-Lo suficiente como para haber escuchado todo lo que dijiste. 

El alma se me cayó a los pies. Lo miré con los ojos como platos. 

Me retorcí las manos. 

La situación no podía estar más tensa. Después de dos semanas sin verle y haberme escuchado la conversación es lo más normal. 

-No quería hablarle así, solo tengo un mal día -Me coloque la mano en la frente. 

Era cierto, estas dos semanas habían sido una auténtica locura y el dolor de barriga que tenía no mejoraba la situación. 

Jack se acercó a mi con su característica sonrisa de superioridad. 

-Yo no te he dicho nada, de echo me alegro que te tomes en serio tu trabajo -Dijo mientras se apoyaba en el filo del escritorio. 

Lo miré confusa. No podía estar hablando en serio. 

Respiré hondo y miré a mi alrededor ¿Estaba soñando? 

-Jack, solo estaba revisando las cuentas. 

-No he dicho nada, solo quiero que te tomes el trabajo en serio y no pierdas el tiempo -Su tono neutral de siempre y su mirada de superioridad me hicieron recordar lo frío que solía ser. 

-Ya sé -Rodé los ojos y al notar un leve pinchazo evité su mirada, no iba a dejar que me viese vulnerable. 

Él frunció el ceño y me cogió la barbilla con los dedos, dejándome muda en el acto. 

Mis ojos se marcaron en los suyos y noté como me examinaba mientras fruncía el ceño. Yo me removí nerviosa. 

-¿Estás mala? -Su pregunta me hizo apartarme. 

Me quedé observándole confundida. 

Era cierto que llevaba todo el día con un dolor de barriga, pero no se lo había dicho a nadie. 

-¿A qué viene eso? -Me aparté de su lado y le di un suave manotazo en la mano. 

ÉL me miró confundido. 

Es verdad que me encontraba fatal, pero no iba a eludir mis obligaciones. 

-Alexa -Me llamó con tono de enfado. Rodé los ojos. Me estaba molestando su actitud. ¿Qué se supone que es lo que quería? 

Yo lo miré. No pude evitar que se me encogiese el corazón al notar en su rostro preocupación. 

-Estoy bien... 

Ni siquiera pude acabar cuando un pinchazo en el lateral hizo que me retorciese de dolor. 

Sentí como si me estuviesen clavando cuchillos y cerré los ojos con fuerza, conteniendo la respiración. 

Jack no tardó en acercarse a mí. 

No podía ni siquiera moverme y por supuesto articular palabra. 

Necesitaba que se me pasase ya, no podía permitir que me viese tan vulnerable. 

-Levántate, vamos al médico -Me dijo poniéndose de pie y sujetándome el brazo con cuidado. 

Negué con la cabeza pero no sirvió de nada. Me cogió de los hombros y me ayudó a levantarme, pero sin poder evitarlo una arcada se escapó de mi boca. 

La preocupación de Jack, la cual se podía notar en su rostro, solo hizo que me sintiese peor. 

Odiaba que nadie me ayudase, yo podía sola con todo, y menos Jack. 

El hombre que, por segunda vez, me estaba poniendo la vida patas arriba. 

-No -gemí, pero hizo caso omiso. Y sin precio aviso salí corriendo en dirección al baño. 

El Chico No Es Siempre Un Caballero [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora