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Por enésima vez me miré en el espejo antes de salir del baño y enfrentarme al que se supone era mi "alma gemela", realmente me desagradaba esta idea de tener que compartir la vida con alguien que se supone que era mi otra mitad, pero de la que en estos momentos no sabía absolutamente nada. Acomodé el vestido que mi madre me había obligado a usar con la excusa de que me vería más bonita para él. No me malentiendan, me encantan los vestidos, pero no este tipo de vestidos similares a los de las princesas, pero cortos y encima con colores super claros. Prefiero los vestidos negros y con menos volados.

- Hija...- Tres golpes suaves dio mi madre en la puerta.- Sal ya que ya llegaron.

A pesar de estar detrás de la puerta me pude imaginar claramente su sonrisa por lo que estaba por ocurrir. Llené mis pulmones de aire, conté internamente hasta 3 y finalmente salí camino a la sala para encontrarme con quien sería mi compañero de vida de ahora en más.

-¡¿TÚ?!- Gritamos los dos a la vez que nos veíamos con desagrado.
Allí parado frente a mi se encontraba el chico más arrogante, grosero, malcriado y molesto de mi universidad. El mismo que me había molestado durante toda nuestra etapa escolar desde el jardín de infantes y que por obra del destino jamás fuimos separados, incluso cuando mis padres me cambiaron de escuela, también dio la casualidad que lo habían movido a él.

-¡Qué bien, ya se conocen!- Exclamaron nuestras madres con un brillito en la mirada que no nos hizo mucha gracia.

A ver, los pongo un poco en contexto... Vivimos en un mundo donde todos nacemos destinados a una persona, donde nuestra alma gemela es revelada a nuestros padres el día que nacemos, pero a nosotros se nos revela recién cuando el alma gemela más joven cumple los 21 años de edad. A veces no todos alcanzan a tener a su alma gemela a esa edad, a veces suele ser revelada tiempo después o incluso nunca porque en esta vida no estaban destinados a encontrarse.

Yo crecí con la hermosa historia de amor entre mi abuela y abuelo, amaba escuchar como ellos mismos descubrieron que eran almas gemelas.

Flashback

- Tu abuelo era extranjero y justo vino a trabajar aquí cuando yo era aún una chica de 20 años, los dos quedamos perdidamente enamorados con solo vernos, pero eran otras épocas, apenas existía la comunicación y ni él tenía a sus padres ni yo a los míos, entonces ninguno de los dos podía saber si ese enamoramiento era por ser almas gemelas o no...- La señora tomó un poco de su té mientras le sonreía a su nieta que la miraba absorta en su historia.- Un día su trabajo lo obligó a volver a su país por 6 meses, me prometió que cuando pasara ese tiempo me volvería a buscar y encontraríamos la forma de estar juntos.- Los ojos de la anciana se cristalizaron por un momento mientras en su rostro se plantaba una sonrisa melancólica.- No duró ni una semana lejos, volvió diciendo que no conseguía descansar si yo no estaba a su lado, que su salud había empeorado cuando siempre fue una persona sumamente sana. Entonces los dos comprendimos que éramos alamas gemelas, porque cuando lo son no pueden vivir el uno sin el otro, se alimentan de su energía mutua.

- Espero algún día coincidir de una manera tan hermosa como la tuya abuela.- La joven de unos 16 años soñaba despierta con el chico que la volvía loca, imaginando que ellos eran almas gemelas.

Fin Flashback

Lamentablemente mi hermosa historia de amor no fue así como imaginaba y tampoco con el chico que yo esperaba fuera mi alma gemela. En su lugar me encontraba cenando con mis "futuros suegros" y con mi "alma gemela" esperando que mi madre se dignase a darme la maldita carta que le llegó el día de mi nacimiento. La situación era sumamente incómoda y la mirada que me daba este chico me ponía peor, a pesar de que con los años dejé de temerle y simplemente le hacía frente o lo ignoraba, cosa que a él parecía molestarle porque intensificaba su hostigamiento o se enfurecía cada vez más en esas situaciones.

-Así que siempre fuiste tú...- La voz de mi futuro suegro me sacó de mis pensamientos, dándome cuenta que estaba jugando con la comida.- Chris siempre nos habló de ti, pero no pensamos que fueras tú.

-No hagas como que no sabías...- Su esposa le dio un leve golpe en el brazo mientras que su hijo se atoró con la comida que justo había comenzado a masticar, haciendo que tuviera que morderme la lengua para no reírme de su cara.

-Bueno, técnicamente no debería saberlo.- Habló mi padre riendo porque ellos eran amigos además de compañeros de trabajo.- Pero conocemos tu ansiedad, e incluso imagino que ya debes saber quienes son las almas gemelas de Hannah y Lucas.

-De hecho aprendí de mi error y esta vez guardé las cartas en un lugar que él jamás descubrirá.- La señora Bang sonó muy orgullosa de lo que dijo, parecía que nadie estaba prestando atención al chico enfrente a mi o a mi.

-Bueno, entonces chicos, debemos darles lo que les corresponde.- Mi madre tomó la palabra haciéndonos voltear y arrastró a la señora Bang fuera de la habitación para volver segundos después con una caja pequeña y cada una con una carta en mano.

Mi ahora futura suegra me entregó el sobre mientras que mamá le daba el sobre y la caja al hijo de los Bang.

-Abran las cartas y luego Chris debes darle lo que hay dentro de la caja.- Ordenó su padre y los cuatro adultos nos quedaron mirando expectantes.

Miré de reojo al pelinegro y vi como decidido comenzaba a abrir el sobre, por lo tanto no dudé en abrir el mío también. Allí me encontré con una tarjeta de felicitaciones que debía estar allí al igual que la de todos, mis padres aún conservaban la suya, pero era diferente, la de ellos era de color amarillo, mientras que la nuestra era verde, mi abuela me había contado que los colores dependían de la personalidad de las almas gemelas. La de mis padres representaba alegría que realmente encajaba perfecto con ellos, mientras que la nuestra la empatía, pero ¿qué tenía él de empático cuando me hizo sufrir toda mi etapa escolar y aún lo hacía? Acompañando la tarjeta estaba el acta de nacimiento del chico y al dorso de esta mi nombre y fecha de nacimiento, estaba grabada meticulosamente como si fuese un sello irrompible de esos que solo en los cuentos de los niños se mencionaban, pero esto era la jodida vida real y yo estaba a punto de comenzar el resto de mi vida con mi "enemigo".

En el sobre de Chris estaba la misma tarjeta junto a mi acta de nacimiento y su nombre y fecha impreso de igual manera que la mía. Al terminar de mirar eso dejó el sobre de lado y se apresuró a abrir la cajita, en ella había un juego de anillos y pulseras de pareja de plata. A partir de ahora estaríamos obligados a usarlos, tenían un mecanismo que solamente tu alma gemela podía abrirlo y cerrarlo, incluso los anillos no podían ser puestos o removidos si no entraban en contacto con la otra alma gemela. Algo extraño, lo sé, pero así es mi mundo. Sin dudar él sacó el anillo que me correspondía, tomó mi mano con delicadeza haciéndome estremecer por el roce y lo puso en su lugar para posteriormente hacer lo mismo con la pulsera. Bajo la atenta mirada de todos me vi forzada a hacer lo mismo y al finalizar nuestros padres festejaron emocionados a pesar de que nosotros no estábamos de acuerdo con esta elección de almas gemelas. O al menos eso creía yo.

Âme soeur - BangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora