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Regresé a casa ya entrada la noche, todo estaba a oscuras y no se escuchaba nadie allí. Me aproximé a la puerta que ahora sabía era la habitación de mi hija y extendí mi mano con la intención de abrirla, pero me detuve en seco dudando si estaría bien o no hacerlo, si ella estaría ahí o como reaccionaria al verme aparecer. Con miedo decidí abrir la puerta, encontrando la habitación a oscuras también, como pude escudriñé la oscuridad, notando que ella no estaba allí, con prisa encendí la luz y pude apreciar la hermosa habitación, sus paredes eran de color crema, los armarios eran blancos, una cama de una plaza estaba ubicada frente a estos y el cambiador junto con la cuna estaban en la tercera pared, la ventana gigante tenía unas cortinas amarillas pastel preciosas y el techo era adornado por pequeñas estrellas fosforescentes.

Con lágrimas en los ojos me aproximé a la cuna y observé dentro de esta, creí que estaría completamente vacía, pero T/N se había encargado de poner en ella, los ositos de peluche que mi padre nos había comprado cuando éramos niños, no pude evitar tomarlos y comenzar a llorar, cayendo al suelo entre lágrimas. ¿Cómo pude haber sido tan cruel con ella? Llegué a pensar que me odiaba, que jamás lograríamos lo que decían que éramos, una pareja verdadera. Tenía que arreglarlo, pero me daba miedo, debia recordar, solo así podría volver a construir todo y acompañarla. Que maldita jugada me hiciste destino, esto no tendría que haberme pasado, no ahora.

-Es una prueba.- La voz de Han me hizo sobresaltar, se encontraba apoyando en el marco de la puerta observándome con los brazos en los bolsillos de su pantalón.

-No se de que hablas.- Me sequé con brusquedad las lágrimas pero sin moverme del lugar.

-Vamos amigo, sabes de que hablo.- Se quejó entrando y sentándose a mi lado.- Te conozco lo suficiente como para saber que pasa por tu cabeza.

Sentí su mano sobre mi hombro y solamente lo observé. Esperando que continuase su explicación.

-Te estas preguntando muchas cosas ahora, estas enojado con el destino por hacerte esto justo ahora. Pero no es más que una prueba, porque esto de tu amnesia te hizo olvidar como llegaste a tratar en este tiempo a T/N, pero no lo que tu corazón sentía, ¿me equivoco?- Preguntó ahora mirándome de frente, a lo que yo simplemente negué con la cabeza.- ¿Qué es lo que sientes realmente por T/N?

Esa pregunta me la hice muchas veces en mi adolescencia, en especial cuando al principio la veía llorar por mis desprecios, ¿qué siento por ella? La respuesta siempre era la misma, amor, eso siento por ella, amor, y el más grande de todos, porque si yo no la amase como lo hago, jamás hubiese hecho que ella me tratara con cariño, que tuviéramos un hijo en camino, que me cocinase como lo hacía o que me hubiese cuidado todos los santos días desde que tuve el accidente. Logré cambiar todo por ella, logré hacerlo, solo que ahora no sabía como enfrentar la situación.

-Yo la amo, realmente lo hago y tu más que nadie lo sabe.- Dije conteniendo las lagrimas que querían seguir surgiendo.- Pero no se que hacer ahora, no puedo volver el tiempo atrás, no puedo hacer que mi bebé vuelva a ser pequeñita, ni que T/N olvide mi comportamiento más reciente. Yo no puedo.- Lloraba sin poder controlarlo, mientras abrazaba con fuerza uno de los osos.

-Tantas veces te vi en esta situación que ya no sé de qué otra manera consolarte.- Suspiró el de mejillas regordetas y es verdad, en nuestra adolescencia muchas veces me había visto llorar así por ella, por hacerla sufrir y yo sufrir por mi propio infantilismo.- Chan... el único que puede arreglar esto eres tú, ella ya sabe que la amas, ¿por qué no se lo demuestras y ya?

-No es tan fácil, fueron muchos años haciéndola sufrir, no tengo idea que fue lo que hice en este tiempo para que nos llevasemos bien, pero quiero que eso continúe.

Âme soeur - BangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora