Âme soeur - Bangchan

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T/N había llegado casi al final de la tarde y Han se había ido en cuanto vio que ella estaba bien. Se había puesto ropa que me dejaba ver su pancita, se veía adorable, solo quería abrazarla, pero su mirada de odio me hizo retroceder casi enseguida. La vi encaminarse a la habitación de nuestra bebé, pero antes de que se alejase mucho la tomé de la muñeca y hablé.

-Quiero que durmamos juntos hoy.- Pedí agachando la cabeza.

-¿Por qué?- Preguntó desconfiada y molesta.

-Porque quiero aprovechar el tiempo contigo y nuestra Hyo-ri.- Dije con la emoción contenida mientras levantaba el rostro y medio sonreía.

-Lo pensaré.- Dijo soltandose de mi agarre y mirándome con una ceja levantada, antes de entrar en la habitacion de la bebé nuevamente.

Esperaría unas horas y prepararía todo antes de dormir. Quería y necesitaba que las horas pasasen rápido.

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-T/N...- Llamé acercándome a la habitación, todo estaba a oscuras y en silencio.- Hice la cena y me gustaría que comamos juntos.- Propuse abriendo la puerta de la habitación. Encontrándome con la tierna imagen de T/N dormida en la cama, abrazando el osito que le había regalado cuando éramos niños.

Me aproximé al lado de la cama y me puse en cuclillas. Con cuidado despejé un mechón que le tapaba parte del rostro mientras sonreía con cariño.

-Hermosa...- Susurré ampliando más mi sonrisa.

-Channie...- Su voz me sobresaltó, contuve la respiración pensando que la había despertado, pero me di cuenta que estaba completamente dormida, ya que jamás abrió los ojos y sin embargo continuó hablando.- Te extraño... te amo... vuelve...

Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas y una pequeña puntada comenzó a recorrer mi corazón. Sin poder evitarlo la moví a un lado y me recosté junto a ella abrazándola fuertemente para calmarla.

-Shhh...- Comencé a calmarla mientras acariciaba su espalda.- Channie está aquí... también te amo...

Ella pareció relajarse instantáneamente, pero también sentí como se revolvía y levantaba el rostro para observarme.

-Hola...- Le susurré con una sonrisa mientras veía como me miraba con ese brillito de recién despierta que me cautivó.

-Hola...- Dijo con suavidad mientras se ruborizaba.

-Estabas teniendo una pesadilla cuando entré a llamarte para la cena. ¿Quieres contarme?- Le pregunté con dulzura y acariciando su mejilla por donde todavía resbalaba una lágrima traicionera.

Ella negó con la cabeza y apretó fuertemente los labios, pero no hizo ningún intento de alejarse de mi cuerpo.

-Debes comer, ¿cenamos juntos y luego vemos una película?- Le propuse sin apartar la vista de sus ojos.

Ella volvió a negar con la cabeza, pero cuando iba a reclamarle por no querer comer su estómago gruñó y mi sonrisa no demoró en aparecer.

-Parece que Hyo-ri si tiene hambre de la comida que papá hizo.- Reí llevando mi mano a su vientre y sintiendo como la pequeñita se revolvía sutilmente bajo mi palma, cosa que me hizo sonreír más y comenzar a lagrimear suavemente.- Lo siento...- Me disculpé con tristeza mientras no paraba de llorar.- Lamento como te traté en este tiempo, realmente no recuerdo como fue que llegamos a tener una hija, a duras peonas pude recordar algo hoy.

-¡¿Recordaste algo?!- Se sorprendió y sus ojitos brillaron.

-Sí, recordé el día que nos sentamos a hablar con sinceridad sobre nuestras preocupaciones...- Le dije algo avergonzado.