...12...

409 41 1
                                    

La luz que entraba por entre medio de las cortinas me daba en el rostro. Perezosamente me estire en la cama notando que me encontraba sola. Escudriñé la habitación y noté que aún era de noche, esa luz molesta era la que provenía de los edificios linderos. Odiaba olvidar cerrar correctamente las cortinas. Me refregué el rostro y decidí ir a ver donde se encontraba mi compañero de cama.

Me asomé con sigilo al pasillo donde se encontraban nuestros estudios, y la luz por debajo de la puerta del suyo me indicó que allí estaba. Mire la hora en el reloj de mi muñeca y me sorprendió ver que eran cerca de las 3:30 a.m

No debería preocuparme por él. Pensé mientras dudaba si ir a golpear la puerta o no. Finalmente, y luego de un largo debate conmigo misma, me decidí a golpear. No obtuve respuestas. Golpeé nuevamente y el mismo resultado. Un poco molesta y preocupada me animé y abrí la puerta, encontrándome a Christopher sentado con los auriculares puestos y mirando muy concentrado la pantalla de su computadora. Me acerqué por atrás aprovechando que él no había notado mi presencia e intenté ver que era lo que estaba haciendo. Tenía muchas pistas de audio esparcidas por lo que parecía una especie de tablero virtual. Sinceramente no comprendía como conseguía engancharlas, me parecía fascinante, aunque también me confundía bastante.

-Creí que dormías.- Dijo sin moverse de su lugar, causándome un susto de muerte.

POR FAVOR! ¡QUE SUSTO ME DISTE!-Solté en un perfecto español, si, se hablar muchos idiomas.- Creí que tu no me escuchaste entrar.-le dije mirando la pantalla y viendo como pausaba la música que seguía corriendo.

-Que no escuche no significa que no vea.- Me dijo quitándose los auriculares y volteandose hacia mi.- ¿Ocurrió algo que te levantaste tan tarde?

-Olvidé cerrar bien las cortinas y cuando desperté noté que no estabas.- Me justifique algo avergonzada.

-Oh, ¿Será que te preocupaste por mi?- Sonrió de forma socarrona. A lo que yo lo observé con una ceja levantada.- No te preocupes, yo suelo desvelarme, sufro hace muchos años de insomnio.- Se rió suavecito mostrando por primera vez un brillo en sus ojos que no pude comprender.

-También sufro de insomnio algunas veces.- Me senté en el sofá que estaba detrás de su escritorio.- Pero está ligado a la universidad.

-En mi caso los pensamientos excesivos y las preocupaciones suelen generarme estrés y eso provoca mi insomnio.- Se cruzó de brazos y se apoyó en el respaldo de su silla.

-¿Algo te preocupa en estos momentos?- Ya no sabía si estaba realmente interesada en escucharlo o mi lado curioso estaba ganando.

-En realidad me preocupan muchas cosas.- Suspiró y miró a otro lado.- Me preocupan mis hermanos, me preocupan mis padres, también me preocupan los estudios, el trabajo no es nada sencillo y también...-Hizo una pausa y me miró directo a los ojos.- Me preocupas tú.

Fruncí el ceño a pesar de sentir un leve rubor en mis mejillas por su comentario. ¿Yo le preocupo? ¿Desde cuando? No, esto no debe ser real, su preocupación no es del todo sincera, ¿o si? Lo observé un instante y me levanté en silencio y bajo su mirada confundida, para ir a la cocina, si pensaba sacarle información a este chico debia hacerlo de la forma más pacífica. No me iba a quedar más con los brazos cruzados esperando que el destino diga. Tomé varias de las golosinas que aún teníamos en la alacena para llevarlas como ofrenda de paz. Al volver al estudio me encontré con este completamente vacío, la computadora estaba apagada y el muchacho no se encontraba allí. Salí de nuevo al pasillo y miré ahora en dirección a nuestra habitación, allí estaba él acomodando la ropa que se había quitado antes de ponerse el pijama. Tomé aire y entré pisando algo más fuerte para que notara mi presencia, en cuanto se dio vuelta le mostré todas las bolsas de dulces que tenia en las manos y medio sonreí.

Âme soeur - BangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora