44. Miércoles Addams

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Había sido expulsada de su instituto por haber cometido un acto violento hacia un alumno que no dejaba de meterse con su hermano menor Pugsley. Sus padres avergonzados, aunque en el fondo muy orgullosos, decidieron que para ese comportamiento cesará debían llevarla a la Academia Nunca Más: el internado donde estos se enamoraron.

- Estarás bien pequeña mía. - miró a su hija a esos oscuros y sombríos ojos.

- Estaré fuera en menos tiempo de lo que esperáis padres.

- No lo creo, Miércoles. Les he dicho de tus tendencias de máquinar ideas macabras. Te tendrán bien vigilada. - sonrió levemente Morticia.

- Todo irá bien hermana. - el niño asintió convencido.

- No Pugs, espero que todo vaya mal. - rodó sus ojos.

- Mira el lado positivo - Miércoles bufó. - te reencontrarás con tu hermana.

- ¿Y se supone qué eso es bueno?

Sus padres se miraron y sonrieron.

- Así es hija. Lleváis años sin veros, seguro que a ella le hará ilusión verte de nuevo.

- Para no querer verla bien que sigues sus pasos. - espetó su madre con una sonrisa.

Tras entrar y conocer a la directora Larissa fue guiada hasta su dormitorio, donde conoció a su compañera de cuarto, Enid, una mujer lobo.

Eran muy diferentes, Miércoles muy oscura y fría y Enid tan alegre y colorida.

Salieron para mostrarle el lugar, la pelinegra miraba a su alrededor con desgana. ¿Vería a su hermana mayor?

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- Hola. - la de las trenzas sintió recorrer un pequeño escalofrío por su espalda. - Sé que llegaste ayer, padre me ha informado.

Miércoles giró despacio para encontrarse con su hermana mayor por unos tres años, frente a ella.

Una chica pálida de ojos negros y pelo color azabache. Su cabello ondulado y largo por la cintura recogido en una perfecta y única trenza. Era algo más alta que ella. Al igual que sus ojos, sus labios eran negros.

- Hola Malva.

La aludida asintió observándola fijamente.

- Llevas tan solo un día y ya casi todo Nunca Más habla de ti.

- No creo que eso sea - fue interrumpida.

- Un chico te salva de una gárgola que casi te aplasta. En la feria tuviste un percance con un alumno y dices que has visto a un monstruo. Y que este chico ha muerto. Ah, y estás en el punto de mira del sheriff, ¿me equivoco?

Abrió un poco los ojos por la sorpresa y sus labios se fruncieron.

- Cosa te lo ha contado todo, ¿verdad?

- Claro, él al menos si me buscó.

- ¿Esperabas que yo lo hiciera? - alzó una ceja.

- No habría estado mal.

Se miraron con el ceño fruncido y una escalofriante mirada oscura.

- ¿Vas a contarme con más detalle lo de anoche?

- Pensé que me preguntarias primero sobre la gargola, hermana.

- Hubiera sido una buena muerte, ¿para qué indagar más?

Asintió dándole toda la razón y comenzaron a andar por el patio.

- Así que, ¿un monstruo enorme lo mató?

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