16.Bucky Barnes

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Dos años después de la batalla de Nueva York,Steve Rogers se encontró ejercitándose en Washington D.C. En la actualidad trabaja para la agencia de espionaje S.H.I.E.L.D bajó la dirección de Nick Fury. Ahí conoció a Sam Wilson quien se volvió un amigo cercano a él.

Después de correr, como cada día, Sam y Steve tienen una charla acerca de cómo este está intentando adaptarse a los tiempos de ahora y ponerse al tanto de lo que se perdió mientras estuvo congelado. Sin embargo, su charla es interrumpida por Natasha Romanoff, quien se aparece minutos después para llevarse a Steve a una misión especial.

- Era él. Estoy seguro.

- ¿Tu amigo? ¿el qué murió? - preguntó Romanoff con duda.

- Eso. ¿Estás realemente seguro? - Falcón interrumpió.

- Sí, totalmente. - respondió con firmeza.

Parecía ser que su mejor amigo no falleció tras caer de tanta altura aquella vez.

El conocido Soldado de Invierno lanzó un ataque terrorista a Filadelfia, Pensilvania, matando a cientos de personas.

Tras estos innumerables y catastróficos acontecimientos el Capitán América rastrea y confronta al Soldado de Invierno. Al recuperar sus recuerdos, gracias a la ayuda de su mejor amigo, Bucky se siente abrumado por la culpa de sus acciones pasadas, aplastando el Cubo Cósmico y teletransportándose.

Reaparece un tiempo después en Londres, Inglaterra, donde ayuda al Capitán América a rechazar un ataque terrorista. Él le pide trabajo a Nick Fury y le fabrican un nuevo brazo biónico.

Dos meses más tarde.

-Es una soldado, como James. Hay que detenerla.

Como no habían acabado con Hydra en su totalidad, conocían que malas personas aún controlaban a algunos soldados. Tenían que acabar con ellos y con su tiranía, y el Capitán Steve Rogers estaba dispuesto a acabar lo empezado.

- ¿Es ella? - Fury asintió y el rubio observó las imagenes.

- ¿La conoces? - alzó una ceja, examinandolo con su único ojo.

- Sí.

Natasha y él fueron a buscarla con ayuda de Falcón. Debían detenerlos a todos pero más a la chica pues, era demasiado peligrosa.

- Sigamos el plan y las órdenes. - habló el líder.

- Estupendo.

Por otro lado, Bucky había despertado en la torre de Los Vengadores. Tony lo saludó como cada día al igual que Bruce Banner.

- La bella durmiente despertó.

Él dejó sus ojos en blanco, gruñó y fue a entrenar como siempre hacia con su mejor amigo, y por desgracia, con Sam. Pero no los vio por ninguna parte.

- Bruce. - el aludido lo miró. - ¿Sabes dónde está Rogers? - como respuesta se puso nervioso y poniendo excusas se fue. - Eh, tú, culo de ojalata. - Stark lo miró incrédulo.

- ¿Me hablas a mí, Terminator? - se señaló el pecho.

- ¿Y Steve?

- Oh, no puedo decírtelo. Nadie puede.

- ¿Por qué? - serio. - ¿Nick Fury sigue sin confiar en mí? - en el fondo lo veía normal pero le molestaba.

- Niega. - Ordenes del Capi. - y se fue a por una taza de café a la cocina.

- ¿Qué? - se quedó solo, de pie, asimilando las palabras del multimillonario, playboy y filántropo.

La misión iba bien. Acabaron con todos los soldados, que por suerte eran pocos pero no con la mujer. Ella se escabullia. Parecía ser más inteligente.

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