37. Maze Runner [Aris]

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El Claro, lugar donde habitaban los clarianos. Algunos llevaban años, otros meses, días... Sobrevivían gracias a que ninguno era un gorrón y hacían sus respectivos trabajos. Además de cumplir tres reglas: Todos deben hacer su trabajo. No se puede golpear a otro clariano. Y por último, y no por ello, menos importante, solos los Corredores entran al Laberinto.

Un estruendo se escuchaba, era metálico y como una alarma. No había pasado un mes desde que llegó un verducho llamado Thomas, si no tres días. Alarmados fueron hasta la zona donde el ascensor subía.

Paró en seco y Gally abrió las puertas dejando que Newt saltara adentro. Otros se asomaron a observar. No habían suministros, eso también era de extrañar.

- ¿Qué tiene ahí? - comentó una chica rubia.

- Tiene una nota. - Newt la tomó en sus manos y la leyó en alto . -Él es el último.

El chico de piel blanquecina alzó la vista con confusión. El rubio lo ayudó a subir.

- Bienvenido al Claro, verducho. - comentó Gally. - Newt - le señaló con la mirada. - te mostrará todo.

- Vamos.

No recordaba su nombre. Nada. Nada de su pasado, quien era. El rubio le guió y explicó todo con detenemiento y a su vez,le explicó que nadie sabia porque estaban ahí ni para que.

- Nadie entra al Laberinto, solo los corredores. - lo miró tras dejar de observar los grandes muros - Hace unos días el anterior verducho rompió esa regla.

- ¿Y qué hay de él ahora? - su voz sonó casi como en un susurro.

- Fue castigado una noche en el Hoyo y ahora es corredor.

Le miró con sorpresa. Si había roto una regla por entrar al lugar... ¿por qué permitírselo? No le cuestionó, solo siguió andando junto a él escuchando lo que le decía.

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Habían pasado unas horas en las cuales el nuevo clariano ayudó a los aradores y a Fritanga una vez en la cocina.

La oscuridad era presente y el fuego en la hoguera les hacia ver mejor todo a su al rededor.

Tan solo unos diez minutos atrás el conocido como Aris, pues recordó su nombre, vio llegar a un chico asiático y a una chica de pelo castaño y ojos marrones que salían del laberinto.

Se reunieron para cenar, aunque antes de eso, como cada mes, aunque en este caso fueron días, Gally retó a jugar al verducho.

Aris acabó con un ojo morado y un dolor en la espalda por haber caído al duro suelo. Mientras seguía en esa posición miró a la izquierda, conectando mirada con aquella chica. Ahora que la veía de cerca pudo pensar que era muy linda. Y no como Sonya o Harriet, con las que habia hablado durante la tarde y hecho buenas migas si no, de otra manera. No sabía ni siquiera explicárselo a él mismo. Y no se percató de que personas le hablaban y de que se quedó mirando embobado a la chica.

- Veo que tienes un admirador, Nicole. - se burló Thomas.

- O dejas de mirarla así, verducho, o te voy a partir la ca - fue interrumpido enseguida por un pacífico Newt.

- Calma, corredor. - rió ligeramente.

Aris, avergonzado, se puso en pie y salió corriendo de allí. Ben intentó detenerlo pero no tuvo éxito.

Algunos clarianos comentaban lo sucedido entre risas.

- Ni que no hubiera visto a una chica antes. - miró a Sonya y Harriet.

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