El gran día llegó. La alarma del despertador que había sobre la mesilla de noche despertó a la chica. Fue apagado al poco, se tumbó boca arriba y miró al techo, mientras un mechón de cabello le cubría la mitad del rostro.
El vaivén de su pecho subiendo y bajando por el nerviosismo que sintió, agitó su respiración. Miles de recuerdos y sensaciones fueron a parar a su mente. Cuando creía que estaba a punto de colapsar respiró hondo y se levantó.
Bajó a desayunar y cuando terminó se lavo los dientes, duchó y preparó. Recogió su casa en un santiamén y observo las maletas halladas en el suelo.
- Más vale que me de prisa si quiero llegar hoy por la noche. - pensó en voz alta.
El viaje fue tranquilo. Sus manos temblaban ligeramente y no podía dejar de mover el pie. El incesante ruido que hacía al chocar contra el suelo le taladraba los oídos, pero aún así, lo seguía haciendo.
- Llegó el momento que tanto tiempo llevo esperando.
Muchos miedos y dudas la dejaron sin energías y valor. ¿Y si no querían verla? ¿La odiaban?
Observó la puerta y la inmensa mansión ante sus ojos, que en su día fue su hogar, y por un momento imaginó que se le caería encima. El temblor en su cuerpo continuaba, caía sudor por su frente...
- Estoy lista. - pensó y alzó el brazo, tocando el timbre.
En menos de un segundo un hombre apuesto de cabello corto negro la observaba perplejo. La de ojos avellana pudo notar como parpadeaba varias veces, como si creyera que se lo estaba imaginando.
- Hola, Damon.
Silencio. Sonido del viento, de los pájaros al volar cerca. Y ni una respuesta.
- Espero no ser una molestia pero - señala sus maletas. - he vuelto a casa, con intención de quedarme esta vez, claro. - sonrió, su labio se movió de forma extraña por un segundo.
Se oyeron pasos que provenían del interior. Otro hombre apuesto, está vez de cabello castaño, se vislumbró.
- ¿Scarlett? - avanza con su super velocidad quedando a la altura de su hermano. - Has vuelto.
- Así es.
- Damon, ¿por qué no le has dicho que pase? Anda, hazlo. No, no te preocupes, yo las llevaré a tu habitación. - en un segundo desapareció con las pertenencias de la chica.
Admiró el interior de su hogar, con una amplia sonrisa. Muchos recuerdos venían a su mente, su corazón latía con fuerza.
- Te atreviste a volver después de dejarnos. - sonó severo.
- Damon, yo...
- Olvídalo. - camina de un lado a otro. - ¿Vuelves después de siglos y pretendes que todo siga igual?
Stefan se hizo presente y paró a su hermano.
- Damon, basta. Mejor tarde que nunca. Además, ambos queríamos que este día llegará y por fin, ha llegado. - mira a la peli negra. - No le hagas caso. - la abrazó con fuerza. - No te haces a la idea de cuanto te he extrañado, hermanita.
Lágrimas caían por sus mejillas. El mayor de los Salvatore no pudo evitar apartar a Stefan para ahora ser él quien la abrazaba.
- Yo también te he extrañado, idiota.
- Yo más a los dos, cuervo psicópata.
Rieron ligeramente. Estuvieron horas y horas hablando. Se ponían al día, pero cuando tocaba hablar del peligro que corrían, omitieron muchos detalles. Hecho que disgustó a la menor, la curiosidad la carcomía y el dolor que sentía porque no confiarán en ella después de tanto tiempo... y de lo bien que se estaban llevando...
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Multi One-Shots Verse
Fanfiction¡Hola! Mi nombre es Sheyla. Como el nombre de esta nueva historia indica serán capítulos sueltos, es decir, puede haber uno que trate de Jughead Jones y otro de Bucky Barnes. Algunos cortos y otros, tal vez, más largos. El género no siempre será a...