Capítulo 3

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Conner

Se acababan de cumplir dos meses desde que me casé.

Novel... Se adaptaba rápido a todo su nuevo entorno.

Ella era conciente del cambió que tendría su vida y estaba lista para asimilar cualquier inconveniente.

Algunos días salíamos a cazar juntos, otros días no nos veíamos hasta que la noche llegara, cada uno se ocupaba de tener actividades y resolver sus asuntos, pero siempre cuando el sol se ocultaba nos uniamos en una apasionante noche.

El día de hoy habíamos salido a cazar.

Novel se arrastraba sobre la gruesa rama de un árbol. Tenía en su mira a dos acno-lémur de cuatro brazos y ocho ojos. Ella se ocultaba entre las ramas y las hojas del árbol.

En su lugar, yo dejé de perseguir al lémur porque llamó mi atención otra presa más grande. El venado.

Decidida y con seguridad levantó el arco y apuntó con la flecha. Respiró ondo y exhaló.

Yo me acerqué sigilosamente al venado y en cuanto ella disparó su flecha, salté sobre el venado con mis garras y con la mandíbula afilada mordí su cuello. Al mismo tiempo antes de que el otro lémur se le escapara, le disparó otra flecha en movimiento.

De la nada mi oreja se movió y mi nariz hormigueó. Alguien estaba cerca.

— Novel! — La llamé. Para que bajara.

Cuando sus pies tocaron el suelo, ella tenía a los dos lemures en la mano — Lo sé — Me dijo al verme — También los sentí.

— Ven — Le dije para que se ocultara y echara barro encima, para opacar su olor.

Tomé al venado y a los lemures y los lancé sobre el árbol. 

Agarré a Novel de la mano y nos alejamos de las presas.

Teniendo sangre de alfa en mis venas, mi olfato es mucho más a agudo que el de los demás lobos. No como mi hermano, que ya nació con ese don, sin la necesidad de ser alfa.

Nos ocultamos entre la parte más alta del risco, y allí observamos a dos hombres que hablaban entre sí.

Colmillo rojo — Gruñó ella. Sus ojos irradiaban fuego.

— Tranquila Reina — Traté de calmarla para que no reaccionara. Así como el olfato de alfa es mejor, también lo es la audición.

— ¿Qué fue lo que te dijo la alfa, Stefan? — Le preguntó el hombre.

— Ella me habló sobre su plan para ganar más territorio. Dijo que me consideraba su mano derecha y que quería que comandara el ejército.

De re ojo ví como Novel apretaba con fuerza los puños y de tanta presión, empezó a salir sangre. Se habrá clavado las garras.

— No te expongas no hagas nada estúpido — Le ordené.

Es difícil cuando se trata de los causantes de una masacre. — Cada poro de su cuerpo expulsaba un odio inmenso.

— Lo sé, sé que es difícil, pero en este momento lo mejor que podemos hacer es escuchar.

Ella no me contestó, pero mantuvo bajo control su temperamento. Y controló cada pensamiento de saltar y asesinarlos que se le cruzó por la cabeza.

Nos quedamos escuchando un rato más el plan que el tal Stefan le contaba al otro.

Luego de un rato, en silencio tomé la mano de Novel y le hice el gesto con la cabeza para que nos vayamos.

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