Le perteneces al Alpha

Capítulo 17

Narrador omnisciente

Pero el distorcionado rostro de Daryl no mejoró y volvió a pregúntale a Tyson - ¿También pierde sangre por los ojos?.

- Y la nariz - Afirmó Tyson.

Conner se dio cuenta - Licra... - Murmuró.

Rápidamente Daryl gritó - ¡Austria!

Y su esposa ya sabía a qué se refería - ¡Sí! - Corrió dentro de la casa. Y regresó con un mapa. - Bien. - Extendió el mapa - Nosotros estamos aquí. Cerca de las colinas. Y el antídoto se encuentra a 300Km cruzando el Río de Nock hacia el este por las montañas. Cómo está muy lejos primero debemos buscar las hierbas de Iguigo.

- Esas hierbas tienen la capacidad de atrasar el efecto del virus de Licra - Habló Daryl - Deben estar en la enfermería, Tyson ve a buscarlas, muelelas, ponle agua caliente y dale de tomar a Alek.

- Ustedes dos - Dijo Conner, refiriéndose a su hermano y la su esposa - Prepárense, nos iremos a buscar el antídoto. - Ordenó.

- Sí Alek está infectado, Dalit también debe estarlo, solo que tal vez en ella tardó en infectar su cuerpo. - Dijo Austria - Sin embargo todos los que tuvieron contacto con Alek, de seguro ya deben estar infectados, y ellos habrán infectado a otros, incluyendonos, tenemos 3 horas antes de que empiecen los síntomas. - La mujer pensó un poco más - O menos.

- Iré a aislar a los guardias de la entrada y daré la orden de que se encierren en sus casas para que no se propague el virus. Ustedes busquen lo que tengan que buscar y esperenme en la entrada.

Conner se retiró a informarle primero al jefe de la guardia, el general, quien era Matt.

Mientras tanto...

Daryl estaba en la sala guardando rápidamente suministros, cuando de repente un fuerte dolor de cabeza lo ataca.

- Ya tengo el equipo para escalar - El escuchar la voz de su esposa apareciendo en la sala, no solo le provocó temor, sino que lo estaba enloqueciendo. No quería tener que lastimarla. Lo que él ahora necesitaba era un sedante y encadenarse. - Cariño ¿Tienes los... - Pero su esposo la ignoró por completo y la hizo a un lado para pasar. - ¿Daryl? - Se volteó a verlo confundida.

- El virus ya me está afectando, ¡Austria no te me acerques! - Dijo mientras se alejaba de ella y buscaba unas cadenas. - ¡¿Dónde guardaste los sedantes Austria?! - Gritó perdiendo los estribos.

- A-ah ¡En los cajones de arriba! - En cuanto recordó, corrió por las escaleras hasta que llegó a la habitación en donde se encontraban los cajones y rebuscó entre ellos, hasta que encontró los sedante. - ¡Daryl! ¡Los encontré! - Pero al darse la vuelta la figura de su esposo apareció enfrente de ella.

Al observarlo notó que tenía una cadena rota sujetada a la muñeca. Aparentemente Daryl trató de amarrarse hasta que recibiera el sedante, claro está que esas cadenas no servirían si él no era sedado, ya que ese sedante también tenía el efecto de debilitarlo por unas horas cuando despertara.

Pero ya era tarde, el virus le había afectado el cerebro.

Austria fue sorprendida por el repentino ataque violento de Daryl.

Él la embistió contra la pared sujetando su cuello con demasiada fuerza. Estaba asfixiandola con la intensión de matarla.

- Da-ryl - Austria no podía creer lo que estaba sucediendo, su esposo que tanto la amaba, que tanto ella amaba, tenía la intensión de asesinarla. Sus ojos eran completamente negros, ya no sé distinguian de la pupila. Su rostro la atemorizaba. Era la primera vez que Austria sentía tanto miedo.