Capítulo 31

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Conner

Caminé entre los pasillos de las celdas buscando el aroma de mi esposa.

Mi corazón se agitó en cuando su dulce olor me llegó.

Apresuré el paso, giré en una vuelta a la izquierda y allí estaba.

Mi leve alegría por encontrarla se había disipado en cuanto la ví encadenada. Con mis manos tomé los barrotes de la celda y usando la monstruosa fuerza de alfa los doblé para entrar.

— Amor mío — Me encaminé a ella, y mi mujer levantó la vista. Sus ojos se iluminaron de alegría al verme enfrente suyo, entrando para llevármela.

Estás aquí — Exclamó aliviada mientras sonreía al verme. Lo primero que hice al estar cerca de ella fue abrazarla. La tomé en mis brazos como sino hubiera un mañana, besé su frente y posteriormente proseguí a besar sus labios.

— Cómo no vendría por ti, si eres mi corazón. — Reflejé el amor que sentía en mis ojos. Miré las cadenas de mi esposa, ese maldito hierro lastimaba su piel. Ver cómo el hierro hería las muñecas de mi Reina me hizo rabiar de la ira y volviendo a utilizar mi gran fuerza, rompí la maldita cadena para liberarla así de su tormento. — Bebe esto mi Reina — Le dí un poco de la infusión de camolifa que me quedaba.

— ¿Qué es esto? — Preguntó una vez que se bebió todo lo que quedaba. Sus ojos me miraron algo confundida.

— Jugo de camolifa mezclado con sangre de zorro, tiene el efecto de...

— Ocultar el olor — Ella me interrumpió mientras le explicaba, y sonreí tiernamente al verla.

— Así es. Aprendiste bien de Daryl — Volví a besar a mi esposa. La había extrañado demasiado. — Volvamos a casa Reina. Magnus está muy preocupado por ti. — Acaricié su mejilla con delicadeza — Nuestro hijo anhela el reencuentro esperado.

Reina sonreía mientras la acariciaba, pero poco a poco su sonrisa fue desapareciendo y su rostro que fue alegre una vez se transformó en un llanto triste y ahogado. El sentimiento de confusión me inundó y fruncí el entrecejo.

Lo perdí — Apretó los ojos con fuerza, mientras lloraba y se lamentaba.

— ¿Qué perdiste mi Reina? — Me preocupe al verla así y mis ojos buscaron respuestas en los de ella.

A nuestro bebé — Me miró a los ojos mientras se desgarraba por dentro — Unos tipos cuando me trajeron quisieron violarme  — Antes sus palabras sentí como las facciones de mi rostro cambiaban radicalmente de uno preocupado a uno iracundo — Y tuve que pelear... Pero no fue suficiente. — Ella cerró los puños con fuerza mientras se aferraba a las mangas de mi ropa y apretó los ojos —  Ellos me desgarraron el vientre... Y lo arrancaron de mi. — Su lamento desencadenó el enojo que estaba prisionero dentro de mi.

Furioso, mi respiración era entre cortada y agitada. Lleno de impotencia afilé las garras y arañé una pared con ellas profundamente.

Voy a aniquilarlos. — Volteé a ver a mi esposa con ojos de fuego y venganza — Vengare la muerte de nuestro hijo no nato.

Proseguí a darle una capa a mi Reina y ambos salimos de los calabozos.

Caminamos tranquila y silenciosamente por los pasillos.

Pero una voz interrumpió nuestra paz.

— ¿Creiste qué era así de fácil entrar y que nadie los notaría? — Era la voz de Stefan — Dejé escapar a tu hermano y a su mujer porque no me interesaban. — Intenté saltar encima de él pero antes de que pudiera atacarlo alguien sedo a mi mujer.

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