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De la boca de Choi Soobin salió un pesado y sonoro suspiro. Mantuvo sus ojos cerrados por algunos segundos y seguidamente recostó su cabeza en el borde de la cama. Yacía sentado en el piso frío de una habitación oscura; su pecho estaba descubierto y lo único que cubría su cuerpo era una sábana de color azul entre sus piernas. El peso de culpa golpeaba su cabeza, pero no quería sentirse incómodo o bueno, más incómodo de lo que ya se sentía.

Hueningkai se encontraba sobre la cama, envuelto con la camisa que Soobin había portado horas antes. Su cabello se encontraba desordenado y sus labios se veían un poco maltratados. Cualquiera que los viera diría que habían pasado un rato bastante intenso y no se equivocaban.

Había sido un momento intenso para ambos. Las constantes contradicciones de Soobin le provocaban dolores de cabeza a Hueningkai. La negación le causaba estragos y el arrepentimiento le daban ganas de vomitar. Aún así, al final siempre terminaba en eso.

Los dos juntos, teniendo sexo. Quizás el mejor que han tenido en sus jóvenes vidas. A Soobin le encantaba acariciar las delgadas y largas piernas del chico y a Hueningkai le encantaba besar la espalda de Soobin.

―¿Soobin? ―. El gruñido adormilado de Hueningkai lo espantó un poco ―. Creí que te habías ido. 

Y bien pudo hacerlo, pero no tenía ni la fuerza, mucho menos la voluntad suficiente como para levantarse de su puesto, quitarle su camisa a Huening y dejarlo a la deriva en un hotel a las afueras de la ciudad. Él no era de esas personas y estaba consiente de que aquel chico no merecía ninguno de sus comportamientos estrafalarios. 

―Aquí sigo. 

Trató de levantar sus comisuras, pero sentía que si se forzaba aun más, su gesto parecería una mueca grotesca. Soobin debía ponerle un alto a lo que estaba haciendo; debía parar con esto y replantearse seriamente sobre lo que realmente quería. 

¿Le gustaba Hueningkai? No, estaba convencido de que Kai solo era un chico con buen aspecto y nada más, entonces ¿Por qué siempre siempre terminaba teniendo sexo con él desde aquella noche? 

―Tengo que irme ―. Volvió a hablar, poniéndose de pie esta vez ―. ¿Podrías...

―Claro. 

Soobin muy poco había apreciado la figura masculina y delgada que Hueningkai se cargaba. Una cintura pequeña, piernas largas y bien definidas. Un abdomen plano con buen trabajo de gimnasio. Hueningkai no era solo una cara bonita; a Soobin le gustaba sentirse escuchado después del sexo. A Soobin le gustaba que le acariciaran el cabello antes de quedarse dormido. A Soobin le encantaba la tranquilidad que sentía cuando se dormía sobre el pecho de Hueningkai. Pero también le asustaba todo lo que se manifestaba en su pecho y en su estómago. 

―Huening... ―. Bajó la mirada y mordió su labio inferior ―. No debemos vernos más. 

―¿Qué? ―. Preguntó ―. Pero tú dijiste que-

―Sé lo que dije ―. Interrumpió las palabras de su contrario ―. Pero no quiero que esta situación siga avanzando como lo ha hecho hasta ahora ―. Soltó un suspiro más ―. Yo no voy a corresponderte de la manera que tú deseas. Yo no soy gay. 

Soobin no era gay, esa simple premisa se repetía una y otra vez cada vez que se veían y pasaban un rato juntos. Hueningkai sabía que Soobin no iba a tardar nada en soltarla, como también sabía que esta iba a ser una de las tantas veces que le decía que sería la última vez. 

―Claro, no eres gay ―. Soltó con cierta burla ―. Pero te follas a un chico cada ocho días y no eres gay. 

―No lo soy ―. Respondió con cierta molestia ―. So-Solo es-

Good boys || TXT & ENHYPEN ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora