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Jungwon sonrió amable cuando la madre de Garam y Chaewon le abrió la puerta a él y a su novio. Ella obviamente no sabía que el acompañante de Yang era nada más y nada menos que su pareja. La mujer se hizo a un lado y los dejó pasar hasta el interior de la casa. Una corriente de incomodidad recorrió el cuerpo de Park Jong-seong al ver al padre de las dos chicas.

No lo conocía en lo absoluto, pero su sola presencia le daba muy mala espina. Buscó la mirada de Jungwon a su lado y la encontró justo antes de lo que pensaba, pues Jungwon ya lo estaba mirando. Con sumo sigilo se atrevió a guiñar uno de sus ojos para su pareja. No fue tan cool como Jungwon lo imaginó en su cabeza, pues no sabía cómo guiñar sus ojos, aún así, para Park Jong-seong se vio maravilloso.

Cómo todo lo que Jungwon hacía para él.

―¡Hola, están en su casa! ―. Garam se acercó a ellos ―. ¿No hubo mucho tráfico?

La pelinegra se puso en medio de sus dos invitados y rodeó los brazos de ambos con los suyos. Especialmente el brazo de Park Jong-seong. Éste último se sintió incómodo, por lo que trató de librarse, pero no consiguió éxito.

―Crei que Jeongin vendría con ustedes ―. Mencionó Chaewon.

―¿Te dijo que vendría? ―. Preguntó Jungwon.

―No exactamente ―. La pelinegra de cabello corto miró a su padre un segundo para después acercarse a Jungwon y poder murmurar una respuesta cerca de su oído ―. Si no vino, significa que pudo arreglar las cosas con su novio.

Jungwon levantó sus comisuras y sonrió, contagiando inmediatamente a la contraria. Para Jungwon, no había mayor felicidad que ver que su hermano finalmente estaba siendo la persona más feliz junto al chico que le gustaba. Tal como lo era él.

―¿Y tú quien eres? ―. Esta vez preguntó el señor Kim, dirigiéndose exclusivamente a Jay ―. Tu cara se me hace muy parecida.

―Es el heredero de la empresa de importación más grande de Corea, papá ―. Garam respondió con total emoción ―. ¿No es increíble que el hijo de uno de los empresarios más importantes del país se encuentre en nuestra casa?

El hombre sonrió complacido, intentando acercarse al rubio para poder estrechar su mano. Jay sentía que había algo muy extraño en el ambiente. No encontraba completamente correcto que Kim Garam se expresara de esa manera, no cuando se suponía que frente a su padre, ella era la futura novia de Yang Jungwon.

―Mucho gusto, señor Kim ―. Saludó amable.

―Por favor, el gusto es totalmente mío ―. Rio divertido, enfocándose esta vez en Jungwon ―. ¿Son amigos?

―De hecho él es mi-

―¡Si, es su amigo! ―. Respondió Garam.

Extraño.

Jay se giró a verla con una expresión de confusión. No le estaba gustando para nada esta situación. No quería negra a Jungwon en frente de ellos. Él se sentía orgulloso de poder decirle a todos que el precioso Yang Jungwon era su pareja. Pero también entendía que decir aquello traería consecuencias para la familia Yang. Miró a Jungwon para preguntarle si estaba de acuerdo con eso, y lo que vio en su expresión le hizo tomar una decisión.

―De hecho, soy su novio, señor Kim.

La sorpresa los invadió a todos, especialmente a Kim Garam, quien no podía creer que Jay en verdad hubiese soltado aquello como si fuese lo más normal del mundo. El señor Kim por otro lado, solo levantó sus comisuras y soltó una risilla sarcástico.

―Ya veo ―. Chasqueo los labios ―. Es una pena, porque los Yang y los Kim están comprometidos.

―Imagino que se trata de la colaboración que harán ambas empresas ¿No? ―. El rubio se atrevió a mencionar aquello ―. Porque si es así, sus hijos no tienen nada que ver en esto.

El señor Kim volvió a negar divertido. Metió sus manos en sus bolsillos y le dio la espalda a todos ¿Qué se supone que había sido esa reacción? Algo seguía sin estar correcto, pero ahora que había podido decir que era la pareja oficial de Jungwon, no había nada que pudiera detenerlo.

La señora Kim por otro lado, les hizo la invitación para que se acercaran a la mesa, pues dentro de unos minutos serviría la cena. Jungwon tomó la mano de Jay y avanzó con él en dirección a la mesa; detrás de ellos caminaban las hermanas Kim, una más feliz que la otra. Kim Garam no estaba para nada contenta con la confesión de Jay. Ella conocía a su padre y sabía que se estaba conteniendo.

Ella no quería que su familia se relacionara con los Yang. Ella no gustaba de Jungwon o Jeongin, pero su familia tenía dinero y si podían invertir en el negocio de los Kim, estaba bien. Pero cuando supo que Park Jong-seong estaba cerca de Jungwon, hizo hasta lo imposible para que él pudiese ir a su casa.

Garam sabía que el señor Park era una persona ocupada que no se asociaba con todo el mundo, pero si conseguía que su padre se llevara bien con Jay, tal vez habría oportunidad para que ella y él estuvieran cerca.

Sin Jungwon de por medio.

―No debieron decirle a mi padre que son pareja ―. Murmuró Garam detrás de ellos ―. Papá es una persona conservadora y le disgustan este tipo de cosas.

―Mis padres no me enseñaron a mentir ―. Respondió Jay ―. Y no iba a negar a Jungwon simplemente porque tu padre tiene masculinidad frágil.

Garam rechistó después de aquella respuesta. Jay y Jungwon se acomodaron uno al lado del otro en la mesa. El señor Kim no les quitaba la mirada de encima, mucho menos borraba esa sonrisa ladina de sus labios.

―Tu padre debe ser una persona de mente abierta ¿Verdad? ―. Preguntó ―. No me lo tomes a mal, pero ¿Él está de acuerdo con que tu pareja sea un chico?

―Mi padre dice que las personas pueden amar de muchas maneras ―. Respondió ―. Papá adora a Jungwon porque me hace feliz.

El señor Kim volvió a negar con diversión, pero ¿Qué era eso que lo mantenía tan divertido?

Si esposa llegó con los platillos que había preparado para la cena. El ambiente no dejaba de ser tenso y el tiempo parecía ir cada vez más lento. Jungwon sentía que sus hombros pesaban ¿Había sido una buena idea llevar a Jay? No lo sabía. No sé estaba sintiendo cómodo y tenía un mal presentimiento de todo esto.

No le gustaba la manera en cómo Garam miraba a Jay o lo miraba a él. Parecía molesta e incluso indignada.

¿Acaso él había hecho algo malo?

Los minutos pasaron en total silencio. Solo se escuchaba el sonido de los cubiertos chocar con la porcelana. El cuarto del comedor tenía una luz lugubre, dónde todos estaban siendo controlados por un tirano controlador de 1950. Sin embargo, el señor Kim soltó algo que dejó impresionados a todos, incluso al mismo Park Jong-seong.

―Me gusta que defiendas lo que piensas y lo que sientes ―. Habló ―. No cualquiera tiene la valentía de decir en voz alta que está enamorado de alguien de su mismo sexo. Te admiro.

Te admiro. Debía reconocer que se sentía impresionado ¿No era él un hombre conservador?

―¿A qué se refiere, señor Kim?

―Por favor, llámame Kibum ―. Sonrió ―. Me refiero a que, eres un chico bastante centrado ¿Sabes? No temes en decir lo que piensas.

Jungwon levantó sus comisuras sintiéndose complacido y orgulloso. Tenía un novio increíble.

―¿Sabes? Me gustaría poder asociarme con tu padre.

―¿Qué hay de su colaboración con los Yang? ―. Preguntó Jay, enarcando un de sus cejas.

―Mhmm, no dejas pasar nada por alto ―. Volvió a sonreír ―. Le propondré al señor Yang una colaboración con tu padre, si acepta, habremos ganado y si no, pues es una lastima. Habría sido increíble.

Al final, todo había salido bien ¿No? El señor Kim Kibum no había resultado un tirano cómo creyó, de hecho, Kim Garam parecía la verdadera tirana de la historia.

Y los tiranos nunca obran bien.

Good boys || TXT & ENHYPEN ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora