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Cuando un grupo de chicos, con diferentes personalidades y diferentes maneras de pensar, se reúnen en un lugar con pocas luces, música alta y acceso a lo prohibido, los adultos piensan que es el fin del mundo. Automáticamente se imaginan una ciudad envuelta en llamas, autos rodando y personas desnudas. Pero lo cierto realmente es que, los adolescentes buscan una manera de divertirse. No buscan dañar a otros, al menos no la mayoría.

La adolescencia es la etapa en la que los chicos experimentan. Es la puerta a lo desconocido y a lo que desean experimentar. ¿Quién puede prohibirles equivocarse? Nadie, no siquiera sus propios padres.

―Choi Beomgyu, baja de esa mesa ―. Pidió su novio con preocupación.

El pelirrojo negó, ignorando por completo las palabras de su bonito novio. A su lado se encontraba Nishimura Ri-ki, alentandolo a que siguiera bailando. No había pasado más de una hora, cuando Choi perdió el control y bebió tanto alcohol que por poco se desconoce.

―Ni-ki, ya basta de corromper a Beomgyu ―. Mencionó Sunoo esta vez ―. Tae te va a matar y yo aún no firmo para quedarme con tu herencia, digo, aún no pasamos un mes como novios.

Las risas del japonés contagiaron a todos. El ambiente se sentía bastante agradable. Buena música, buenas bebidas y las personas se veían agradables. Todos se estaban divirtiendo, a excepción de Jay, quien no dejaba de mirar su teléfono o su reloj, mucho menos apartaba la mirada de la entrada del lugar.

Se sentía intranquilo y constantemente se le veía caminando de un lugar a otro ¿Cuál era la razón? Su lindo novio aún no se aparecía. Jungwon le había prometido llegar con Sunoo a la fiesta, pero se sorprendió tanto cuando vio que su mejor amigo venía solamente con Ni-ki y no había ningún rastro de Jungwon.

Sunoo le mencionó que Jungwon le había dicho que llegaría un poco más tarde, ya que había surgido algo, pero prometía llegar en compañía de Jeongin.

―Oye, tranquilo ―. Soobin se sentó a su lado y apoyó una de sus manos en uno de los hombros del chico ―. Quizás ya debe venir el camino.

―¿Tú crees?

Soobin asintió con total confianza. Estaba seguro de que Jungwon sería incapaz de plantar a su novio. Lo conocía a la perfección, además, Soobin era testigo de lo mucho que Jungwon adoraba a Jay. Él no iba a desaprovechar la oportunidad de pasar tiempo con él y con sus amigos.

Los ojos de Soobin viajaron del rostro preocupado de Jay, a la figura alta y delgada que bailaba en compañía de dos chicos. Soobin creyó estar viendo mal. Creía estarse volviendo loco; no era posible ¿Verdad? Tal vez si lo era, pero nadie le había dicho nada. Nadie le dijo que él estaría justamente esa noche en aquella fiesta.

―¿Ese es...

―¡Es Hueningkai!

Las manos de Choi Soobin temblaron en cuanto vio que los amigos del chico corrían a buscarlo para llevarlo con ellos hasta donde se encontraban los demás. Se levantó sin previo aviso y fingió caminar hacia los baños del local. Su corazón latía apresurado y su boca se reseco en cuanto lo vio caminar.

¿Hueningkai siempre había sido así de bonito?

Por otra parte, Jay seguía con la vista impregnado en su móvil; Jungwon seguía sin aparecer y ya había pasado más de lo acordado. Mientras sus amigos se divertían a su alrededor, su novio no daba señales por ningún lado.

―Jay, tranquilo, Jungwon vendrá en cualquier momento ―. Yeonjun trató de tranquilizarlo, pero no lo consiguió.

―Eso me dijeron hace bastante y Jungwon sigue sin aparecer ¿Dónde se supone que está?

Good boys || TXT & ENHYPEN ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora