Navegar

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Edward se levanta de madrugada para revisar en su laptop múltiples datos de sus variadas empresas.

Emily, exhausta, duerme profundamente en la cama.

Ella sueña algo debido a que mueve un poco sus manos y pies por lo que Edward se acerca a ella para arroparla con la ligera sábana.

Mirándola dormida, Edward llega a la conclusion que se siente más relajado al estar con Emily.

En especial después de todo lo que paso días antes por lo que estar en ese paraíso escondido con ella es un placer.

El sol comienza a salir por el horizonte pintando de amarillo débil el azul oscuro del mar.

Edward sale al balcón a fumar sentandose en una silla para disfrutar de la brisa marina.

Blancos veleros se alejan de la costa para adentrarse en aguas profundas.

"Tengo ganas de navegar, hace mucho que no lo hago."

Edward reflexiona antes que discuta en su mente si es buena idea
llevar un capitán o que el mismo navegue solo con Emily

Acomodandose la laptop en las piernas para trabajar mejor, Edward sacude las cenizas de su cigarro del teclado para mandar un mail importante.

Cinco segundos después su celular suena, él contesta de inmediato ya que esperaba la llamada.

"Señor Situ, buenos días."

La directora de rentas de veleros de lujo habla de forma elegante.

"Claro que tenemos el mejor velero a su disposición inmediata."

"Así como un capitán muy capaz para llevarlo a dónde usted guste."

Le informa de forma solicita la directora.

"Le recomiendo que visite una isla cercana."

"Las aguas son más cristalinas, los peces y los corales se aprecian a simple vista."

"Un pequeño y lujoso restaurante está a su exclusiva disposición por el día de hoy o el tiempo que usted guste."

Edward piensa un momento antes de responder.

"Solo será por hoy directora."

"Llevaré al capitán."

"Quiero vino y frutas en mi velero."

"Hay algún platillo especial que puedan prepararnos?"

Cuestiona Edward.

"Irá acompañado señor Situ?"

Cuestiona la directora.

"Así es."

Responde Edward.

"Prepararemos el especial para atenderlos a usted y su acompañante de la mejor manera."

"Su velero llegará al embarcadero de su hotel a las once de la mañana."

"Y regresará a su hotel a las seis de la tarde, está de acuerdo?"

Cuestiona amablemente la directora.

"Muy bien."

Edward acuerda antes de terminar la breve comunicación.

Dejando la laptop sobre la mesita de cristal a su lado, Edward se estira.

En momentos como esos son los que Edward agradece ser millonario, aunque para eso tenga que trabajar de sol a sol.

Y tenga que resolver demasiados problemas de vez en cuando.

Prohibido Amor de un CEO, Primera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora