La boda

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Edward suspira al ver a Emily comportarse de esa forma.

Él cierra las cortinas de la habitación para que tengan privacidad y enciende el aire acondicionado.

"Emily..."
Susurra Edward.

La chica no pone resistencia cuando Edward la carga en sus fuertes brazos para que ambos tomen asiento en el cómodo sillón.

Edward acaricia delicadamente los brazos y carita pequeña de la deprimida chica.

En parte Edward se tranquiliza al tener a Emily en sus brazos pues, aunque no quiera admitirlo, él tuvo miedo de perderla.

Ese miedo no desaparece del todo porque la chica parece una hermosa muñeca de porcelana vacía y rota.

En la mente de Edward una sola pregunta se repite.

Que le pasó a Emily para que este tan triste y decaída?

Edward no cree se trate de la salud del padre de la chica o ya lo hubiera rogado que hiciera algo por el señor Mu.

Edward tampoco cree que se deba a de que ella está de vacaciones por primera vez en su vida.

Recostada contra el fuerte y protector pecho de Edward la chica por fin se aventura a hablar.

"Edward..."

"Estás enojado conmigo?"

"No vas a inyectarme para después castigarme ?"

La chica aún espera la inyección.

"Emily, no usaré más el suero..."

"Lo que quieras decirme te escucharé y trataré de entenderte lo mejor que pueda."

Declara con voz suave Edward sorprendiendola pues ella jamás esperó que fuera comprensivo.

Emily solo conoce sus crueles órdenes, arrebatos y su forma agresiva de poseerla.

Por lo que ahora ese comportamiento tranquilo asusta a Emily.

"Y si es un truco para que confíe y  hacerme daño nuevamente?"

Medita la chica mientras Edward sigue acariciándola tiernamente.

"Dime porque regresaste al hotel."

"Que ibas a hacer?"

Pregunta Edward.

"Quería tomar un avión e irme."

"Edward..."

"Porque quisiste que te acompañará a este viaje?"

Pregunta la chica quien se arrepiente al instante de sus palabras, Edward no responde de inmediato.

"Emily, he disfrutado tu compañia en el departamento."

"Me gusta llegar y saber que estarás conmigo, me alegra saber que no estaré solo."

Admite Edward en voz baja.

"Mi familia es muy dura conmigo."

"Por ese motivo quise tener unas vacaciones con alguien que yo me sienta cómodo y aprecie."

Edward termina sus palabras mientras se levanta del sillón con la chica en brazos para que los dos se recuesten en la cama.

"He ido a muchos lugares por negocios, en ninguno de ellos pude relajarme como lo hago en esta playa contigo."

Prohibido Amor de un CEO, Primera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora