Jamás volveré a confíar en ti!

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Apretando el celular en la mano, completamente enfurecido y perdiendo un poco el control, Edward se levanta del sillón.

El enfadado hombre resopla, le duele el estómago, se siente engañado, defraudado y dolido mientras camina de lado a lado.

"AAAAAAAHHHHH!"

Grita de dolor mientras el bello sentimiento que tenia por ella, desaparece en su interior, enterrado por ese vídeo sin sonido.

Esto no se quedara así.

"Paul, cabrón por fin me contestas idiota!"

"Te voy a mandar este video!"

"Quiero que averigues que tan real es y quiero que lo hagas de inmediato!"

Vocifera Edward exasperado.

"Edward, que carajos dices?"

Cuestiona Paul extrañado.

"Haz lo que te digo Paul!"

"No discutas o retiraré mi inversión de los Black!"

"Quiero saber quiénes están ahí en una hora, me oyes en una hora!"

Grita Edward.

Sin poder quedarse más en esa habitación a esperar a que ella regresara a verlo, Edward idea como salir de ahí.

Emily en el hospital, al lado de Elizabeth, le acaricia con suma delicadeza su cara hinchada y morada.

A la chica le duele tanto verla así.

Tiene marcas de quemaduras de cigarros que debieron ser muy dolorosas de soportar.

"Señorita debe salir, ya no puede quedarse aquí más tiempo con la víctima."

Indica el policía que custodia la habitación de Elizabeth por lo que Emily se levanta para acercarse a ma carita de la golpeada chica.

"Vendrá James a verte y te traerá más medicina."

"Te recuperarás muy rápido, y encarcelaremos al desgraciado que te hizo esto Elizabeth."

Emily deposita un beso en la frente a la chica herida antes de irse.

Emily toma sus frascos vacíos para guardarlos y poder ir de nuevo a la casa para seguir haciendo más poderosas infusiones.

Dejando todas las infusiones hirviendo en la gran estufa, Emily lee a detalle el libro que Diana le dió.

Ella busca otras combinaciones para sanar de forma más rápida a todos los heridos y convalecientes.

Casi es hora ir a ver a Edward.

Emily apura sus manos, despeja mente y termina su tarea antes de lo previsto.

"Debería haber aprendido a conducir para que no tuviera que gastar tanto en taxis."

Se reprocha ella, pues en el pasado tuvo miedo de conducir y por eso jamás aprendió.

Antes de llegar al hospital, Emily llama a James para informarle que irá deprisa a darle sus infusiones a Edward y después irá al otro hospital para que él pueda ir a visitar a Elizabeth.

Apurando sus pasos para llegar a la habitación de Edward, Emily se enfrenta contra dos hombres en la puerta que le impiden el paso.

"Cómo que no puedo pasar?"

Cuestiona molesta Emily.

"Traigo su medicina, déjenme entrar."

"Muevanse, si no quieren que comience a gritar, déjenme entrar."

Prohibido Amor de un CEO, Primera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora