Mision

234 22 1
                                    

"Ja...no sueñes Edward."

"Ni aunque fueras el último hombre en la tierra me sentiría atraída por ti."

"De hecho no se que ganas quedándote aquí."

"Vete y déjame comer en paz."

Lorelay pronuncia cada palabra con verdadero odio y asco.

"No te creo ni por un segundo."

"Más bien me parece que me encuentras tan atractivo que no sabes cómo actuar frente a mi."

Edward también pronuncia cada palabra con ironía.

Ninguno de los dos baja la mirada, los dos tiene cara de enfado hasta que Lorelay sonríe y mueve la cabeza negando.

"De verdad que eres todo un caso Edward."

"No me sorprende que a tu edad aún estés soltero o no tengas mujer a tu lado."

"No creo que ninguna mujer de clase como yo quisiera estar contigo."

"Tal vez solo las que buscan tu dinero o las prostitutas podrían encontrarte interesante..."

Ay Dios...

"Ah es cierto!"

"Tuviste una prometida hace tiempo!"

"Se llama Lucy, no es así?"

"Por que no te casaste con ella?"

"Recapacitó a tiempo?"

Lorelay ordena algo ligero de comer pues no tiene mucho apetito debido a la presencia de Edward.

El guapo mesero le sonríe.

Lorelay también le sonríe e intercambian comentarios variados y coqueteos.

Edward se da cuenta de lo que pasa entre ambos y tose para que dejen de perder el tiempo.

"Eso es personal."

Responde Edward.

Él no ordena nada de comer, no tiene nada de apetito.

Lorelay al ver que no ordena nada para comer o para tomar decide que no quiere estar sentada más frente a él por lo que se levanta para mudarse a una mesa frente a la ventana.

Edward no lo puede creer...

De verdad lo dejó sentado solo!

Lorelay está harta de su actitud y necesita un minuto a solas.

Ella revisa sus mensajes en su celular, pues tiene bastantes debido a la boda de Teresse y Tommy por la noche.

Otros son de Flora mandándole fotos de su sobrina y la bebe recién nacida junto con su padre y Ryan.

Como extraña hablar y pasar tiempo con ellos y su padre David...

"Necesito visitarlos lo más pronto posible."

Piensa ella.

En ningún momento le dirige una mirada a Edward esperando que se vaya lo más pronto posible, pero ella se sorprende cuando él se sienta frente a ella nuevamente.

El mesero confundido le entrega su orden a la chica.

Una ensalada fresca de verduras y fresas.

Lorelay sigue ignorándolo, como si de verdad Edward no estuviera ahí mientras continua revisando su celular.

Es la primera vez en toda la vida de Edward que una mujer le hace eso!

Como se atreve esa mujer exasperante!

Prohibido Amor de un CEO, Primera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora