Clarividencia

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"Sígueme."

Lorelay se deja guiar por la voz de su madre.

Una escena del pasado de su madre se presenta frente a Lorelay quien se siente que está viendo la gran pantalla de en un cine.

Su bella y joven madre pelea contra su padre porque descubrió que quería robarle el libro que contiene gran mayoría del conocimiento Baek.

"Cómo pudiste ser tan ruin?"

"Acaso no entiendes que esto no puede ser comercializado ni vendido al mejor postor?"

"Este no es cualquier libro!"

Grita enfadada por completo Leila, la madre de Lorelay.

"Son siglos y siglos de sabiduría ancestral familiar, no puedes codiciarlo de esa forma tan mediocre!"

Su madre, de entonces unos treinta años, hermosa y de facciones delicadas y agradables, emana una oscura aura que Lorelay puede percibir perfectamente.

Los ojos de su madre se vuelven completamente negros mientras sus manos se cierran en puños apretados.

Las venas de la frente y cuello saltan de lo enojada que esta, en un momento, Leila, clava dos dedos en el pecho de padre biológico logrando que se ponga pálido y se quede sin aliento.

"Ahora hablaremos."

"Y como no querrás decirme la verdad, usaré mi conocimiento contra ti."

Amenaza la madre de Lorelay a su entonces esposo.

El hombre no puede defenderse pues cae pesadamente al suelo de aquella arboleda dónde estaban "hablando" de ese asunto.

Sacando debajo de su ropa la botellita de color violeta con su mano, Leila la abre, un ligero vapor escapa de la botellita curiosa.

"Felicidades bastardo, serás el primero en probar mi elixir de la verdad."

Declara la bella mujer antes de abrirle la boca a la fuerza al hombre para dejar caer unas cuantas gotas en su lengua.

Después tapa el frasco y lo regresa a su sitio.

El efecto es inmediato en su maldito esposo quien observa que los ojos de Leila en ningún momento retornan a su color natural.

Una sombra parece cernirse sobre ella, haciendo que su rostro se vea más severo, maduro, tosco y sin su brillo y belleza habitual.

"Tu fuiste quien provocó que Laila desapareciera?"

Cuestiona Leila sentándose a horcajadas sobre el hombre, aplastandole las manos con sus rodillas.

"Si."

"Un rufián que trafica personas se enamoró de ella y la vendí."

"Con ese dinero pude comprarme ropa decente."

Responde el idiota debajo de ella.

"Dónde están ahora?"

Pregunta Leila haciendo acopio de toda su paciencia, pues rescatar a su hermana con vida es su prioridad.

"No se, de verdad."

"Se fueron en un avión privado y no supe más."

Leila abofetea tan fuerte al hombre que le duele la mano a ella.

"Porque quisiste casarte conmigo?"

Pregunta la mujer aunque ya sabía la respuesta...

"Porque eras tan tonta en creer que te amaba."

Prohibido Amor de un CEO, Primera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora