I wanna be yours • Wenclair

Vínculo

¿Aún no te habla?.- Escuchó la voz de Tyler quien estaba a sus espaldas observando como Merlina se alejaba.

¿Cuentan los monosílabos e insultos?.- Preguntó la rubia con tristeza en su mirada.- En serio que he intentado todo pero ella me odia.- Suspiró.

No te odia, solo está decepcionada.- Tyler intentó calmarla dándole unas pequeñas palmadas en su hombro.- Tal vez deberias darle un poco de espacio...

No puedo, esto me está matando por dentro.- Susurró apenas.

¿Tu vínculo ya es muy fuerte?.- Preguntó el castaño generando sorpresa en el rostro de su compañera .- Sé algo de ese tema, soy un Hyde, también formo un vínculo con mi amo...

No pude evitarlo...- Respondió la rubia cabizbaja.

No me puedo imaginar cómo se siente....- Habló el chico llevándose toda la atención de Enid.- Eres muy valiente al resistirte, eso demuestra el cariño y respeto que sientes por ella.

Supongo que ya no hay vuelta atrás.- Dijo Enid refiriéndose al vínculo que había creado hacia Merlina.

No creo que ella sepa mucho de eso, si me das permiso podría explicarle un poco.- Tyler vió como sus palabras encendieron una luz en los ojos de la rubia.

¿En serio harías eso por mi?.- Preguntó la loba con una sonrisa en el rostro.

Por supuesto.- Respondió Tyler devolviéndole aquella sonrisa.- Solo dale un poco de espacio, todo ha sido muy difícil y sobretodo para ella...

Aquellas palabras le removieron el corazón a Enid, volvía a recordar aquella noche que tanto deseaba olvidar.

Y es que cuando todo aquel conflicto parecía haber terminado,
presenciaron posiblemente lo más trágico, injusto y shockeante que podrían haber vivido.

A Merlina, Tyler, Xavier y Enid los unía su amistad pero ahora también compartían un trauma. Aquella imagen penetró hasta lo más profundo de su cerebro, haciéndolos entender que el mundo estaba realmente contaminado por personas malas.

Solamente eran unos chicos de dieciséis años y sus corazones estaban completamente destrozados.

A pesar de haber pasado unas semanas desde el incidente sus vidas se detuvieron, sobre todo para Merlina.

Esa imagen se repetía una y otra vez en su cabeza, no lograba dormir por las noches y tampoco comía, su aspecto se deteroriaba con el pasar de los días.

Le contaba a su psicóloga que el sonido del cuchillo desgarrando la piel de Eugene la atormentaba en todo momento.

No podía dejar de culparse por todo, desconfío de muchas personas menos de Enid. Se dejó llevar por lo que sentía y simplemente bajó la guardia con ella.

Ni siquiera podía oír su nombre, todo aquel amor que un momento sintió hacia ella, se había esfumado. Se los arrancó del pecho una vez que esta la traicionó.

Sentía que estaba destinada a estar sola, las dos veces que se dejó llevar por amor, la terminaron hiriendo de una manera totalmente considerable.

Pero la pérdida de Eugene fue sin duda uno de los momentos más tristes y desgarradores que había vivido.

Él jamás la había mirado como una rara, jamás la había hecho sentir mal por ser fría y demasiado honesta, al contrario, siempre la aceptó tal cual era y le enseñó el significado de la palabra lealtad.

Merlina luego de esto mostraba mucho mejor sus sentimientos, temía perder a alguien de nuevo y no haberle demostrado el cariño que les tenía así que eso la hacia más cercana. Se mostraba así con todos excepto con Enid.