Visión

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¿Podrías por favor escucharme?.- Insistía la pelinegra mientras seguía a Enid a su habitación.

No quiero hablar ahora.- La rubia pasó por su lado sin importarle como la miraban los demás estudiantes.

La gótica no sé dió por vencida y entró a la fuerza al cuarto de Enid, quien la miraba exhausta desde una esquina.

En serio Merlina, no es un buen momento.- Dijo para luego dejar caer su cuerpo en la cama.

Lo sé, solo quiero que entiendas que no era mi intención arruinarlo todo...- Continuó.- Odio cuando las cosas no funcionan como lo planeo y tienes razón, no debí mentirte...

La pelinegra se dió cuenta que Enid no le estaba prestando atención, se veía algo cansada así que con temor se acercó lentamente a ella y se recostó a su lado.

¿Qué pasa?.- Preguntó luego de estar mirando fijamente el rostro inexpresivo de Enid.

Es raro pero a veces hablas demasiado.- Susurró la rubia apenas, causando confusión en la gótica.- Ya sé que lo sientes, te perdoné luego de tu séptima disculpa.

No quiero que te enfades conmigo...- Merlina fue demasiado honesta.- Me importas mucho Enid.- Comentó luego de la mirada expectante de la rubia.

Tu también me importas.- Respondió la loba casi descifrando lo que significaba.

Pero tú me importas mucho más.- Fueron las palabras de Merlina para luego tomar un respiro abismal.

Enid se derritió por completo, Merlina era más de demostrar con pequeños actos de servicio, abrazos fugaces y besos suaves pero siempre era lindo escucharla decir cosas bonitas, por muy pocas que sean.

Es por eso que me siento en la obligación de investigar tanto y estar un paso más adelante de todo porque no quiero que algo te pase, no podría soportar eso...- De pronto los ojos oscuros de la gótica comenzaron a cristalizarse con solo pensar en que podía perder a Enid.

Ugh, mi bebé.- Dijo la loba para luego abrazarla fuertemente.

Tú tranquila porque no me iré de tu lado, aunque eso te fastidie a veces.- La rubia intentaba calmarla.- Y lo siento por haberte ignorado todo el camino, no sabía tus verdaderas intenciones.

Me asusta sentirme así.- Enid no lograba entender a lo que la gótica se refería.

Odio no poder resistirme a esto, estás en mi mente en todo momento y es tan extraño...- La pelinegra susurraba.- Me siento tan asqueada de mi misma.

¿Por qué no le ves el lado bonito?.- Preguntó Enid, acomodando el cabello de Merlina para poder ver mejor su rostro.

¿Qué tiene de bonito esto?.- La gótica parecía hasta sentir murciélagos en su estómago.

Lo bonito es que te estás enamorando de alguien que también lo está de ti...- Enid quería cellar aquel momento con un beso.

¿Hablas en serio?.- Merlina parecía demasiado sorprendida y la rubia asintió tiernamente.- Sigo sin entender por qué te fijaste en mi.

Si lo piensas, desde que te ví llamaste mi atención.- Enid comenzó a sincerarse también.- Tengo una leve obsesión con tus pecas.

Pero...¿En qué momento te diste cuenta?.- La gótica estaba demasiado concentrada en aquella conversación.

¿Mi obsesión por tus pecas?.- Bromeó Enid.

Sabes a lo que me refiero.- Contestó la pelinegra avergonzada.

Mm...¿Recuerdas esa noche de luna llena en la cual me contaste sobre tu escorpión?.- Enid preguntó mientras Merlina asentía.- Bueno, desde allí se sintió mucho más fuerte aquí dentro.- Dijo apuntando su corazón.

I wanna be yours • WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora