Cita

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Había pasado un poco más de dos semanas desde aquella noche.

Desde entonces algo se encendió entre Merlina y Enid, quienes con dificultad salían del cuarto de la pelinegra.

Pasaban cada segundo que podían juntas, y sufrían cada vez que debían separarse para estudiar o lo que sea que impidiera que no estuvieran juntas.

Se volvió rutina que Enid se escabullera por las noches hasta la habitación de la pelinegra y quedarse a dormir con ella, cuando dormir era lo que menos hacían.

Poco a poco su conexión fue volviéndose sólida, fuerte e indestructible.
Puede que no sean buenas expresándose con palabras pero no cabía duda de algo, se querían.

Sus miradas hablaban por si solas, todos a su alrededor comenzaron a notar aquella mirada de amor que Merlina le entregaba a Enid y viceversa. O en como se intercambiaban sonrisas desde un rincón de la sala al otro, llamando la atención de todos.

Quien estaba más feliz era Tyler y Dedos, juntos habían puesto de su parte para que las chicas estuvieran juntas.
Y no les cabía duda que habían hecho lo correcto ya que se veían muy felices.

Merlina como siempre, sobresalió en sus notas y luego la seguía Enid. Quien a pesar de distraerse muy fácil, parecía que el tener cerca a la pelinegra le estaba haciendo bien en todo sentido.

La gótica comenzó a investigar sobre los licántropos para poder entender mucho mejor a Enid, su conexión y su transformación. Quería ayudarla a que pudiera transformarse igual que el resto de sus hermanos.

Así que los días libres que tenían en la semana, procuraban dejar un momento para poder lograr esto. Practicaban en el bosque y aunque Enid estuvo a punto de hacerlo un par de veces, nunca logró transformarse por completo.

Siempre terminaba asomando su cola inquieta cada vez que Merlina le sonreía y se acercaba a besarla.

Disfrutaba cada segundo que compartía con ella, amaba que Merlina se preocupara tanto y que se esforzara cada día por demostrarle cuánto la quería.

Enid por su parte, dispuso a dar lo mejor de si para que la "relación" funcionara y a pesar de comportarse como novias, no lo eran oficialmente.

Jamás habían llegado a hablar sobre eso, ya que Merlina parecía esquivar cada pregunta que insinuara una relación.
Enid al principio se angustiaba por eso, ansiaba poder ser su novia pero respetaba tanto los límites que la pelinegra ponía, que entendía por completo el hecho de que habían ciertas cosas que le molestaran.

Pero sus dudas se esfumaban cada vez que la gótica la miraba, siempre tuvo una mirada intimidante pero sentía como la miraba con dulzura.

Merlina sentía que de esa forma expresaba un poco del gran amor que estaba comenzando a tenerle a Enid y cedía cada vez que la rubia quería hacer algo cursi.

Sentía que su corazón comenzaba a ablandarse cada vez que hacía reír a Enid, cada plan con ella le parecía magnífico, incluso ver películas de amor.

Para Merlina era difícil expresarse correctamente así que solamente se limitaba a recibir el afecto de Enid sin reproches pero su forma de demostrar su cariño era cuidándola, después de todo solo era un pequeño cachorrito.

¿Qué tanto escribes ahí?.- De pronto la voz de Enid la sacaba de su mundo.

Se apresuró rápidamente a guardar su libreta del alcance de la rubia.

¿Cuándo me mostraras lo que escribes?.- Enid se cruzaba de brazos mirándola fijamente.

En algún momento...- Respondía la pelinegra atenta a los movimientos de la loba.

I wanna be yours • WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora