El olor a playa mezclado con el perfume de Martín me producía una sensación de placer inmensa. Creo que en ese momento encontré la fragancia perfecta. Tumbada sobre su pecho, jugueteaba con sus dedos, entrelazándolos con los míos. Él me daba mordisquitos en la oreja, besitos en el cuello… Me hubiera quedado así toda la madrugada. Pero, sobre las 04:00, vinieron corriendo hacia nosotros la tropa.
-Eh, ¡cochinos! ¡Os estábamos buscando!-gritaba Raquel, que iba de un lado a otro.
-A ver qué hacéis en la arena, que es un sitio público…-añadió Raúl.
Martín y yo nos levantamos. Miré a Esther, que parecía contenta y luego a Mario, que no sabía muy bien cómo estaba. ¿Habría pasado algo más entre esos dos? Me fui al lado de Raquel y Esther, dejando a mi chico hablando con los demás.
-Estás borrachísima…-le dije a Raquel.
-Pedo, pedo-apuntó Esther, riendo.
-¿No habéis salido en toda la noche del local?-pregunté, estratégicamente.
-Yo no… solo para potar, pero no he podido…-dijo la rubia.
-¿Y tú?
Miré fulminantemente a Esther.
-Sí, he salido un rato a despejarme.
-¿Con quién?
-Con Mario…-interrumpió Raquel, adoptando un tono sensual.
-Sabes, un chico y una chica pueden ser amigos…-dijo mi otra amiga, un tanto enfadada.
Me hubiera gustado decirle que con un amigo no te pones a un centímetro de su cara, no apoyas tus piernas encima de las suyas… Pero no quería agobiarla, ya interrogaría a Mario.
En ese momento vinieron los chicos y la otra petarda, y decidimos quedarnos en la playa tumbados. Esta vez nos sentamos en círculo y empezamos a hablar de todo. Me recordó a la acampada. ¡Qué acampada…! A penas había hablado con Lucas en Opium… Me preguntaba si habría vuelto a pasar algo entre él y Rebeca, aunque lo más probable sería que no.
-Voy a ver si pillo un piti a alguien, me hace…-dijo, de rente, Lucas.
-Te acompaño-le dije.
Martín me dedicó una mirada extraña, no supe interpretarla, pero parecía desubicado ante mi reacción con Lucas.
-¿Todo bien?-le pregunté, mientras nos alejábamos, caminando por la arena.
-Sí…
Me senté en un bordillo y me senté para colocarme de nuevo los tacones.
-Os veo muy bien, me alegro-me dijo.
-¿Martín y yo?
-Sí.
-Gracias-le dije, sonriéndole.
-Estás muy guapa, África.
Le sonreí de nuevo.
-Tú también, ¿por qué no te ligas a alguna?
-No, paso.
-Uy, Luquitas, ese no eres tú, eh, con lo ligón que has sido siempre…
-Ya, pero hoy no es mi día…
Me sentía culpable por ello.
-Pues esa morena de allí no te quita ojo.
-¿Le pido el piti a ella?
-No, ella igual se ofrece pero para otra cosa...
-Joder.

ESTÁS LEYENDO
África
Teen FictionInconformista, joven, inteligente, simpática, aunque como ella misma se describe: friki. 17 años no le son suficientes para hacer lo que a ella le da la real gana, y a pesar de que no crea en la mítica frase: ''año nuevo, vida nueva'', pronto experi...