Chapter five

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—¡Usagi, ________!

Con ayuda de Arisu ambas logramos entrar al autobús, las puertas se cerraron y solo sentí el autobús dar vueltas pues el agua nos estaba arrastrando.

Cuando esté impacto sentí mi cabeza golpear con una de las ventanas causando que cayera inconciente.

Abrí los ojos al sentir varias gotas caer en mi rostro, un quejido salió de mis labios cuando intenté levantarme. Gire mi cabeza sintiendo un gran dolor pero divisando a Arisu, Usagi y el otro chico que se encontraba con nosotros.

Volvimos a sobrevivir.

Con ayuda de la mujer pude levantarme viendo como Arisu salía primero para ayudar a bajarnos pues el autobús estaba volcado.

Trepe un poco antes de sentir las manos de mi amigo guiarme para bajar, todo mi cuerpo dolía.

Y mi corazón igual.




Semanas antes








De lejos observe a la madre de Hayato llorar desconsoladamente pues el pequeño acababa de fallecer.

No era mi paciente pero cierto compañero me pidió ayuda para informar a la familia que la operación del niño no podría ser posible.

—No me culpen.

—No se preocupe, es nuestra culpa por no saber cómo funcionan las posiciones sociales.

—__________.

Ignore a Chishiya decidida a salir del hospital, no me importaba recibir algun castigo. No me quedaría a seguir viendo tal injusticia.

Nunca había presenciado algo así y esperaba no volver a hacerlo, solté un pequeño sollozo mientras recogía mis cosas para salir de ahí.

Con las manos temblando tomé mi celular enviando un mensaje a mis amigos pidiendo verlos. No era tan tarde pero seguramente ya no estarían en sus trabajos, bueno... Arisu ya no estaría jugando.

Camine hacia la salida aún sintiéndome bastante afectada.

—¿A dónde vas?

—Compensaré mis horas mañana, me voy—pedí sorbiendo mi nariz ante la atenta mirada del platinado—No hubiera sabido de esto si no me hubieras pedido ayuda.

Sin esperar su respuesta salí corriendo prácticamente de ahí para encontrarme con mis amigos.

Una sonrisa desganada se asomo en mis labios al verlos esperándome con un ramen instantáneo. Sin interrumpir su plática me senté a lado de ellos aceptando la comida que me pasaba Chota.

—¿Paso algo malo hoy?—asentí mirando un punto fijo—Tuvo que ver con el misterioso doctor ¿Verdad?

—Murió un niño... Iba a recibir un transplante y ya saben, injusticias del hospital—murmure sintiendo mis ojos aguarse nuevamente—¿Saben que dijo el doctor que ordenó que no se le diera el transplante? "No me culpen". Es un idiota.

Solté una risa amarga mientras que los tres hombres me veían serios, era tan raro que estuvieran tan callados.

—Aunque no te guste, así es el mundo. El de más dinero tiene más poder—explico Karube extiendo su mano para darme una lata de refresco.

—Karube tiene razón pero, desde tu punto médico ¿El niño hubiera sobrevivido?—mire a Chota recordando algunos informes.

—Se desestabilizaba muy rápido y no sabíamos si su cuerpo aceptaría el órgano—susurre tallando mis ojos para quitar cualquier rastro de lágrima. Me sentí protegida cuando cada uno de los chicos colocaron una mano sobre mi hombro.

—_______, nunca dudes de ti. Serás la mejor doctora.

—¿Nuestros hijos serán tus pacientes?

—Les voy a cobrar cada consulta.





Actualidad





Mis ojos se abrieron de golpe al sentir como quitaban la bolsa de nuestro rostro. Habíamos encontrado La Playa pero a qué costo.

Parpadee un par de veces divisando a tres personas comenzando a interrogarnos, a los pocos segundos entro un hombre de cabello largo acompañado de lentes de sol, traje de baño y una bata que cubría su torso.

—Bienvenidos a la playa, la utopía. Esta es la respuesta—dijo tronando sus dedos para unos hombres de ahí movieran una pared dejando ver un tablero de cartas donde la mayoría ya estaban tachadas.

A decir verdad no pude prestar tanta atención a las explicaciones del hombre pues mi cabeza dolía, llevaba varios golpes en esta gracias a los juegos.

—Me entere de que tienen buenas cartas. Haré que los tres colaboren y nos ayuden a conseguir las demás cartas.

—¿Y si nos negamos?—susurre algo cansada.

—No pueden negarse. Su visa acaba hoy y... Estás bastante lastimada.

—El loco tiene razón—susurre nuevamente para quedarme en silencio y continuar escuchando.

Trate de entender el que era este lugar y cómo hacían que funcionará, al parecer eran una organización y tenían de todo aquí.

—Hay tres reglas en la playa, número uno: Solo pueden usar trajes de baño—ni en sueños—No puedes esconder un arma en un traje de baño, es seguro ¿No?

A decir verdad el dolor de cabeza me aumento gracias a las tonterías de este hombre quien seguía explicando las reglas de este lugar.

Y ahora no podíamos rechazar la oferta de quedarnos aquí.

—Lo lamento, las arrastre a esto—hablo Arisu mirándonos, sin fuerzas para hablar negué con una sonrisa mientras tomaba su mano.

—No me arrastraste a nada, es el camino que elegí—tranquilizo Usagi sin mirar a mi amigo.

Nos quedamos en silencio al oír la risa del hombre quien se veía emocionado por la carta de siete de corazones, vaya.

—¡Gracias! Consideraremos darles un rango más alto... ¡Disfruten su estadía en la playa!

Con ayuda de mis dos acompañantes me caminamos hacia la salida de aquella sala donde nos darían nuestras habitaciones.

A los pocos minutos me adentre a la habitación que me correspondía divisando unos trajes de baño sobre la cama. Debía cambiarme pues Arisu quería comenzar a averiguar respuestas.

Salí con un traje de baño bastante discreto y mi chaqueta negra cubría lo que el traje de baño no. Algo perdida y adolorida camine por todo el hotel buscando a mis amigos.

—Sabía que volvería a verte.

Only you || Chishiya Shuntaro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora