Me senté cerca de Kuina observando las cámaras que dejaban ver la masacre que estaban haciendo los militares. La playa era una arena de juego en estos momentos y yo solo quería salir de aquí.
Claro que quería salir corriendo para ir en busca de Arisu, no quería que otro amigo muriera. Chishiya había traicionado a Usagi y a Arisu tal como lo pensé.
—Estan todos locos.
—Que desagradables. Hacen lo que sea para sobrevivir.
—Así jamás encontrarán a la bruja.
—Una de ustedes podría ser la bruja.
—Lo mismo digo, idiota
Rodé mis ojos al ver cómo asentía mostrando su sonrisa de siempre. Continúe observando las pantallas logrando tranquilizarme un poco al divisar a Usagi junto con Tatta en busca de nuestro amigo.
Cruce mis brazos ya harta de estar aquí, forme una pequeña mueca al ver cómo Kuina se iba en busca de Ann. Ya cansada me levanté de mi lugar dispuesta a salir de aquí
—Ire por mi amigo.
—No, vendrás conmigo—ordeno impidiendo mi paso—Tu y yo sabemos que no te vas a negar.
Sin más remedio camine detrás de él. ¿Estábamos yendo a su habitación? Por todo el hotel había sangre y cuerpos tirados causando que mi estómago se revolviera.
Me aferre a su brazo al oír varios disparos, rápidamente nos adentramos a su habitación donde comenzó a buscar unas cosas.
—¿Ese es tu plan? ¿Lanzar agua?—pregunte viendo como sacaba una pistola de agua que tenía una cinta adhesiva alrededor.
—No lanza agua...—informo guardando el aparato para después acomodar su chamarra. Me era difícil concentrarme.
Confundida por lo que había dicho camine detrás del platinado otra vez ahora encaminandonos a la azotea donde aún podíamos oír disparos. En total silencio subimos a la azotea divisando a Niragi con un francotirador, era un desquiciado. Mire a Chishiya quién únicamente me hizo una señal indicando que guardara silencio, acción que obedecí.
—¿No te cansaste de hostigar a los débiles?
—¿Dónde se escondían?
—Tenemos muchos lugares para escondernos—respondió acercándose al pelinegro.