—Hay mucha gente.
—Espero que haya un médico, sin ofender.
—Dejen de decir eso.
Tomé uno de los celulares de la mesa quedando registrada en aquel juego, sin saber que jugaríamos sentía mi estómago revolverse gracias a los nervios.
Alce mi vista observando a cada persona ahí, mi corazón se detuvo un momento al ver a cierto platinado recargado en la pared mientras cargaba un aparato.
Tenía que ser una broma.
Salí de mi trance al oír la voz robótica que anunciaba que el juego estaba por comenzar, la voz de un hombre termino de hacerme reaccionar.
—¿Saben que es esto? Aparecí aquí pero no tengo idea de que sea—hablo asustado, Arisu y yo lo miramos con pena a lo que el azabache respondió.
—Es un juego...
—Basta. Los novatos serán un estorbo—mire mal a Karube quién siguió con su explicación. Ignorando al rubio mire al chico de gorra.
—Estaras bien, si necesitas ayuda puedes hablarme. _________—susurre extendiendo mi mano.
—Tatta—sonreí estrechando mi mano con aquel hombre, aunque la presentación se vio interrumpida por la voz robótica explicando.
—¿Cinco de picas?
—Es un juego físico, aquí la fuerza lo es todo. Soy Nitobe, un placer—Karube y yo rechazamos la mano del hombre con sombrero.
—¿Cada palo tiene un significado?
Mire levemente hacia el platinado quien seguía mirando hacia el piso ¿Debía hablarle? Definitivamente ¿Me moriría de vergüenza después de ser rechazada? ¡Por supuesto!
—De corazones... Es el más problemático de todos.
—¿Problemáticos?
—De traición, juegas con el corazón de los demás.
—¿Y los números?—pregunte molesta por la actitud de aquel hombre.
—La dificultad.
Ignore el resto de la conversación hasta que la voz robótica se escuchó nuevamente anunciando el juego. Fruncí mi entrecejo mientras leía las reglas.
—¿El juego del tocado?
—¿Que es la cosa?
—¡Yo que voy a saber!—regañe para continuar escuchando sobre el juego.
¿Teníamos que escondernos y encontrar una zona segura?
Deje que mis pies se movieran solos detrás de mis amigos junto con el hombre de sombrero quien comenzó a seguirnos. Comenzaba a hartarme y al parecer a Karube igual.
—Deja de seguirnos—pidio el rubio jalando mi brazo para que caminara delante de ellos pues este claramente desconfiaba del hombre.
—Los estoy midiendo.
—Yo me adelantaré—señale subiendo las escaleras—¡Estare bien!
Claramente no subiría escaleras, camine hacia el elevador esperando que esté se abriera. Trate de relajarme silbando un poco hasta oír las puestas del elevador abrir.
Me quedé parada en mi lugar algo sorprendida al ver al platinado frente de mi, este sonrió alzando su mano mientras me saludaba. Ignore su saludo adentrandome al elevador.
—Si vas a elegir tu sitio inicial, que mejor lugar como este—señalo saliendo y comenzando a caminar—¿Esperas que te invite a venir?
Reaccione caminando detrás de él quien se quedó en una esquina comenzando a observar todo el edificio.
—Que desagradable—murmuró cuando dos hombres ignoraron su saludo—¿Te volviste muda?
—Yo... Debería ir con mis amigos.
—Todos parecen a punto de morir, cómo siempre—ignoró sin dejar de mirar a toda la gente.
—Iré con mis amigos—avise comenzando a caminar, a medio camino la voz de siempre aviso que el juego ya había iniciado acompañado del sonido de unas trompetas.
—Yo no bajaría si fuera tu—dijo sacando su sonrisa burlona de siempre. Detuve mi caminata para quedarme ahí sin estar tan cerca de el—Quien lo diría... Hace unos días no te callabas y ahora solo dices tres palabras.
—Ahora tu no guardas silencio—hable sin mirarlo.
—Debería rechazarte más seguido—burló dándome una corta mirada.
—Idiota—le mostré mi dedo corazón para volver a caminar, no aguantaría más tiempo junto a el.
—¡Cuídate!
Al divisar a Arisu y Karube corrí hacia ellos.
—¿Que hacemos Arisu?—pregunto el rubio, los tres nos agachamos al ver qué la cosa volteaba a vernos. Cerré mis ojos esperando el sonido de la pistola pero este nunca llegó.
—La cosa no nos vio—aviso el azabache asomando su cabeza.
—La mascara limita su campo de visión—susurre copiando la acción de Arisu—¡Es su punto débil! ¿Que harás? Ay no.
—¡Escuchen, la cosa está en la segunda planta zona central! ¡No ve bien por la máscara!
—¡Basta, nos mataran!—pidio Karube tratando de llevarse a Arisu.
—¡Podemos ir avisándonos dónde está y buscar la zona segura entre todos!—grite para después ser escondida por Karube quién no tardó en reprendernos.
—¡La cosa se va del cuarto piso de la zona central! ¡Si alguien está ahí, huya!
Solté un quejido al ver qué la puerta no se abría, no teníamos mucho tiempo. Pegue un brinco al oír los balazos, me agache logrando ver al chico de gorra escondido pues a él le estaban disparando.
Los tres nos acercamos a el para tratar de sacarlo de ahí, más bien Arisu y yo pues Karube seguía en desacuerdo sobre ayudarlo.
—¡Oye, por aquí!—hable viendo como cubría su rostro—¡Tatta!
—¡No tenemos tiempo para ayudar a alguien!
Suspire cansada cuando encontramos un lugar donde escondernos, mire hacia el último piso divisando al platinado saludar de nuevo.
—Debí quedarme arriba con el idiota.