Me coloque mi blusa con sumo cuidado tratando de no maltratar las vendas, al fin saldría de este hospital.
Ya cambiada comencé a guardar mis pocas pertenencias que la familia de Arisu me había traído.
Tomé el libro de poesía que se encontraba en mi cama, ya casi terminaba de leerlo. Sonreí pasando mi dedo por el libro, mire la cama de a lado completamente vacía y perfectamente acomodada.
Salí con mi mochila en mi hombro rogando que el platinado aún no hubiera salido del hospital. Al verlo en la cafetería del hospital corrí chocando con una chica más alta que yo provocando que ambas acabaramos en el piso.
—¡Lo siento!
—Venía distraída.
Incline mi cuerpo levemente hacia adelante en señal de disculpa.
—¿Vas por tu chico?—pregunto burlona mientras me ayudaba a recoger algunas prendas que habían caído de mi mochila. De algún lado le conocía...
—¿Mi chico? Ojalá... Soy _______.
—Kuina. Cuando quieras hablar sobre ese chico, puedes hablarme—murmuró acomodando su coleta que se había desacomodado gracias a la caída—Debo irme, espero volver a verte.
—Adios Kuina.
Continue mi caminata a la cafetería dándome cuenta que el peligris no se encontraba ahí. Sin más remedio camine hacia la caja para comprarme un café, lo necesitaba.
Al tener mi bebida en mano me senté en una mesa para continuar leyendo aquel libro, esperaría a Arisu para ir a casa juntos. Toda mi recuperación la pasaría con su familia pues insistían en que no era buena idea que estuviera sola en mi departamento.
—¿Me estabas buscando?—un escalofrío me recorrió al reconocer aquella voz susurrar en mi oído—Veo que te gustó mi regalo.
—Idiota... Quería agradecerte por el libro.
—Vi tu caída. Me alegro el día ver qué sigues siendo tan torpe—hablo mostrando su sonrisa.
—Quiero hacerte un regalo—propuse señalando la silla frente de mi, este se sentó apoyando sus brazos sobre la mesa—Unos shampoos. ¿Que tinte usas?
Fruncí mi entrecejo al sentir un tipo de deja vu al terminar la oración.
—Mi cabello es sano.
—Esta bien. La primera etapa es la negación—susurre colocando una mano en mi pecho causando que me mirara mal.
Sonreí levemente tomando un sorbo de mi café, lástima que ya no pasaría mis días de hospital con el.
—¿Recuerdas nuestra conversación cuando despertaste? ¿Que quería cambiar mi vida?—asentí sin dejar de mirarlo—Hay que salir... Juntos. Cómo amigos.
—Ibas bien—susurre formando un puchero—Debo revisar mi agenda.
—Tampoco es que hagas algo interesante.
—Solo por eso, te rechazo la salida. Suerte para la próxima—señale recogiendo mis cosas para ya salir del hospital.
—No te pediré salir nuevamente.
—Veamos cuánto te dura. ¡Te veo en clase!
—¡_________!
«»
—Debo irme. Por favor, ve a esa entrevista de trabajo.
—Lo haré, descuida. Ten buen día.
Le di un último abrazo a mi amigo para salir de su casa despidiendome de su padre y hermano para emprender camino a mis clases.
Solté un bufido al ver qué probablemente llegaría tarde, al llegar a la universidad corrí para alcanzar entrar a mi salón.
Cuando entre al salón todos se quedaron en silencio observandome pues era mi primer día desde el accidente y aún tenía unos vendajes algo obvios. Odiaba ser el centro de atención.
Camine hacia mi asiento divisando un vaso de café acompañado con una nota.
“Se enfrió porque llegaste tarde, te deseo un mal día en tu nuevo hospital”
Gire levemente mi cuerpo divisando a Chishiya observarme con brazos cruzados mientras una sonrisa burlona asomaba en sus labios, le mostré mi dedo corazón para después disfrutar de aquella bebida que claramente estaba fría.La hora del receso llegó y todos salieron corriendo del salón, me espere a que todos salieran para poder irme tranquilamente.
Arisu 💩
Llegué a mi entrevista
10:31 amCreo que me fue bien
10:31 amTe bañaste para la entrevista?
10:31 amOjalá tengas el trabajo para que te bañes diario
10:31 amGraciosa
10:32 amMe voy, saldré con Usagi
10:32 amTe veo en la mañana, me toca turno de noche
10:32 amSalva muchas vidas!
10:32 am
Solté un quejido cuando choque con alguien. Se me estaba volviendo costumbre caerme y chocar.
Al alzar mi vista rodé mis ojos divisando a Chishiya.
—Te estaba buscando. ¿Te gustó mi regalo?
—Empiezo a sospechar que ese café jamás estuvo caliente.
—Tal vez...
Comencé a caminar a lado de este por los grandes establecimientos de la universidad hasta llegar a la cafetería.
—¿Sabes? Te noto cambiado—murmure dándole una corta mirada a lo que esté alzo sus cejas.
—Hace unos días mi corazón se detuvo ¿Cómo debería estar?—alce mis hombros sin saber que responder—No puedo creer que diré esto... ¿Podrías aceptar la salida conmigo?
—¿Chishiya rogando? Vaya.
—No estoy rogando, no eres tan importante.
—Van bajando las probabilidades de que acepte...
—¿Sabes que? Te veré mañana en el campus después de clases.
—Te veré ahí, Shuntaro.