—Deja de moverte.
—¡Duele!
Rodé mis ojos antes de finalizar la costura en el rostro de Arisu debido a los fuertes golpes que le proporciono Aguni. Retire los guantes de mi mano para recoger lo que había usado.
Me aleje de Usagi y Arisu en busca de alimentos, moría de hambre.
Después del incidente de la playa decidí irme con mis amigos pues Chishiya y Kuina habían desaparecido. Al parecer se fueron mucho antes.
Un rato después nos encontrábamos en la estación de tren buscando lo que Asahi mostraba en los videos del celular que había dejado. Tal vez habrían respuestas.
Al ver que habíamos llegado al lugar indicado abrimos la puerta dejando ver una habitación llena de pantallas y acompañada de varios cuerpos.
—¿Es en serio?
—Así que encontraron el lugar.
Pegué un brinco divisando a Kuina y a Chishiya salir de las sombras, mire a mi amiga la cual me saludo con su mano mientras sonreía ampliamente acción que devolví.
—Era de esperarse, tengo grandes expectativas con ustedes—señalo acercándose hasta nosotros.
—Nos volvemos a ver.
—Ustedes—susurro Usagi con cierto rencor, la entendía.
—Gracias a ustedes tengo todas las cartas con número. Gracias—dijo para después mover su cabeza indicando que me acercara.
—¿Cómo encontraron el lugar?—pregunte acercándome a el—Creí que también me habías traicionado.
—Jamas lo haría—sentencio mientras sacaba un pequeño papel de su bolsillo—Tarde en darme cuenta de que en realidad era el mapa de la estación de metro. ¿Que pasará cuando encontremos todas las cartas? Creí que aquí tenía las respuestas.
—Pero solo descubrimos una cosa—murmure mirando a Arisu.
—No hay reyes del juego.
—Claro. A juzgar como los mataron son tan humanos como nosotros. Además de eso, hay alguien por encima de ellos.
—¿Quién será?—susurro Usagi mirando al platinado.
—¿Quién sabe? Alienígenas—respondió ganándose una mala mirada por parte de Arisu—O el mismísimo Dios.
Nuevamente pegue un pequeño brinco cuando las pantallas de ahí se encendieron. Mire a Chishiya el cual discretamente acaricio mi espalda antes de oír la voz de una conocida mujer.
—Felicidades a todos los jugadores.
—¿Que?
—¿Mira?
Fruncí mi entrecejo viendo a la mujer en la pantalla comenzar a hablar.
—Me pregunto cuántos de sus amigos murieron—burló—Intenten recordar. Los que murieron por un disparo, la chica que arrojaron viva. A los que les explotó la cabeza.
Mi respiración se agito al ver por una pantalla a Karube cayendo junto con Arisu gritando. A ninguna persona le gustaría ver cómo morían sus amigos, decidí apartar mi mirada o no soportaría más.
—¡Estoy tan conmovida! A todos los jugadores... Les daremos un regalo.
—¿Nos devolverán al mundo real?
—¡Habrá juegos nuevos! ¡Juguemos juntos las cartas de figuras!
—¿Nuevos juegos?—pregunte cansada.
—No me desagrada la idea.
—Preferiría ver un alienígena en la pantalla—reprocho Kuina cruzando sus brazos.
—La siguiente etapa dará inicio mañana al medio día. ¡Divirtamonos juntos!
—Tendremos que pelear otra vez.
—Si, pero cambia una cosa. Sabemos cuál es el blanco.
« »
Sonreí satisfecha al encontrar unos tenis en mi talla, ya tenía ropa limpia y zapatos limpios.
Mi caminata se vio interrumpida por cierto platinado que no tardó en acorralarme para comenzar a besar mis labios. ¿Quién soy yo para negarme?
—__________, me queda bien... ¡Perdón!
Reí levemente al ver qué Arisu había salido prácticamente huyendo. Debido a eso me separé de Chishiya para sentarme a probarme los zapatos.
—Algo te preocupa—susurro acomodando mi cabello—¿Son los juegos?
—Algo así, no se cómo sobreviví a la primera etapa—murmure colocando mis tenis nuevos, continúe caminando por aquella tienda en busca de un peine con Chishiya detrás de mi.
—Porque eres demasiado inteligente. Y porque me tienes a mi—bromeo sin sacar las manos de sus bolsillos.
—¿Cómo será cuando volvamos al mundo real? ¿Que seremos?
—¿Doctores?
—Idiota.
Empuje levemente al hombre para salir de ahí e ir a dormir, detuve mi caminata al oír una pequeña risa ¿Chishiya se había reído?
Gire mi cuerpo para verle observando como disimulaba sonriendo como siempre.
—¿Eso fue una risa?—pregunte acercándome a el, este negó alzando sus manos—Yo lo escuché.
—Yo no oí nada... Tal vez sean los fantasmas de aquí.
—Yo escuché tu risa, admítelo.
Reí al sentir como dejaba un ligero golpe el mi brazo comenzando una pequeña pelea entre nosotros. Volví a reír un poco más fuerte cuando caí sobre el piso con el hombre sobre mi, cerré mis ojos al sentir su cabello rozar con mi rostro.
—No te cambies de hospital. Por favor—susurro dejando suaves besos en mi mejilla hasta chocar con mis labios.
—Me lo dices un poco tarde ¿No crees?—burle acomodando su cabello—Y debemos regresar al mundo real.
—Volveremos, lo prometo. Solo no te separes de mi durante los juegos.
Asentí sintiendo su mano acariciar mi rostro, esto se estaba volviendo adictivo.
—No lo haré, pero aún no entiendo... ¿Por qué me ayudas?
—Porque eres tú, _________.