La noche había caído a excepción del la reina de corazones, me negaba a morir así.
Removí mi cabeza aún sintiendo las lentas respiraciones de Chishiya, su chaqueta que alguna vez fue blanca estaba completamente llena de rojo.
Con las pocas fuerzas que me quedaban admire al cielo llenándose de fuegos artificiales. Arisu y Usagi lo habían logrado después de varias horas.
—Por favor. Digan si aceptan o rechazan ser habitantes permanentes de esta tierra.
—Bueno... Creo que no acepto.
—No acepto.
—¿Que harás tu?
—No acepto.
Cerré mis ojos sin separarme del peligris, volveríamos a casa. Obligue a mi cuerpo a moverse hasta quedar a su altura para poder dejar un beso en sus labios.
—Chishiya... Me debes un picnic.
—Será lo primero que haremos, linda.
«»
Camine rápido al ver qué ya estaba llegando tarde a la reunión improvisada con mis tres amigos. Al ver qué la gente comenzaba a cruzar la calle corrí para poder llegar hacia mis amigos, me detuve unos segundos al reconocer a Arisu en los hombros de Karube a mitad de la calle causando que algunos los miraran mal o simplemente los ignoraran.
—¡________ únete!—reí negando, como pude me abrí paso entre toda la gente tratando de llegar a estos tres.
—¡Lo siento!—mi cara ardió al ver qué se trataba del peligris quién también había terminado su turno, antes de que pudiera responder continúe mi camino hacia mis amigos—¿Que hacen, imbéciles?
—¡Celebrando su independencia! ¡Miren, fuegos artificiales!
—¡Corran!
Tomé el brazo de mi amigo quien me guío por toda la calle hasta entrar a la estación de metro, nos adentramos a uno de los baños tratando de guardar silencio pero era imposible. Tendríamos una buena anécdota para reírnos por meses.
Fruncí mi entrecejo al oír bastantes gritos afuera acompañados del sonido que una explosión.
—¿Oyeron...?
«»
Tosi un par de veces sintiendo mi cuerpo doler, gire mi cabeza divisando a cierto compañero a mi lado observandome. Mi suerte no podía ser peor
—¿Quedé fea o por qué me miras tanto?
—Al parecer, tu corazón también
se detuvo.—¿Cómo sabes eso?
—Me paso lo mismo—murmuró sin dejar de mirarme—¿Cómo estás respecto a...?
—Asimilando—susurre recordando a mis amigos, solo Arisu y yo habíamos sobrevivido a la explosión—Desde que estuviste al borde de la muerte ¿Cambio algo?
—He desperdiciado mi vida hasta ahora, así que creo que viviré una vida más productiva a partir de hoy. Eso es todo.
—Ya era hora.
—No me hagas pedir que me cambien de habitación.
Sonreí estirando mi mano para alcanzar el libro que esté se encontraba leyendo, lo deje en su lugar al ver qué se trataba de medicina. No quería saber nada de medicina en estos momentos.
—¿Nunca dejas de estudiar?—señale acomodando mi cuerpo en mi cama.
—¿Nunca dejas de molestar?
—Idiota.
Nuevamente estire mi mano para cerrar la cortina que dividía la habitación, abrí mis ojos algo sorprendida cuando alcance a escuchar su suave risa. Eso era nuevo.
Me acomode en la cama sintiendo mis ojos pesados hasta que por fin caí dormida ignorando el sonido de aquella cortina abrirse.
Los días en el hospital pasaron algo rápidos, llevaba una semana ahí y aún no nos daban de alta. Al menos podía caminar por el hospital para distraerme.
Moría de ganas por regresar a mis prácticas.
Con algo de dificultad camine hasta llegar a la máquina marcando una botella de agua, introducí las monedas hasta obtener la bebida que desee.
Fruncí mi entrecejo al ver a Chishiya salir de la habitación pues nunca lo hacía. Forme una mueca en mi rostro al sentir un dolor invadir mi brazo lastimado, tal vez debería regresar.
Sonreí levemente al divisar a Arisu caminar hacia la máquina, al verlo cerca no dude en tirarme a sus brazos con sumo cuidado.
—Sentí que era una pesadilla.
—¿Por qué nosotros si y ellos no?
Baje mi mirada al entender su pregunta, únicamente alce mis hombros sin tener fuerza para hablar sobre aquel tema.
—Los necesito... Mucho—susurre abrazándome del azabache.
—Nunca lo voy a superar.
—Arisu, no lo vamos a superar. Solo aprenderemos a vivir con esto.
Sonreí débilmente acariciando el brazo de mi amigo, un carraspeo algo falso interrumpió nuestra plática. Al girar divise a Chishiya sentado detrás ¿En qué momento había llegado ahí?
—Debes volver, oí que el doctor viene en camino.
—Dame un minuto.
—Así que... ¿Es el?—asentí sonrojada por la pregunta de Arisu, este se acercó a dejar un último abrazo antes de ver cómo se perdía en los pasillos.
Camine detrás de Chishiya hasta llegar a la habitación que compartíamos, subí a mi cama frunciendo el entrecejo al ver qué está tenía un libro. Mire hacia el platinado que se encontraba leyendo su libro de medicina.
—Definitivamente necesitas saber de libros, Chishiya.
—Eres muy exigente.
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Only you || Chishiya Shuntaro
Fiksi Penggemar- ¿Por qué me ayudas? -Porque... Eres tú.