𝐓𝐑𝐄𝐒 ♤

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______________Quid Pro Quo_____________

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______________Quid Pro Quo_____________

Aquella mañana, le cambié el vendaje a Chota con cuidado, yo no tenía ni idea de medicina, solo sabía lo básico y estaba claro que esa herida no estaba sanando como debería.

Estábamos todos en el centro comercial, sentados en uno de los sofás de la tienda de muebles mientras mirábamos los circuitos de los aparatos electrónicos que habíamos encontrado.

-Lo sabía -dijo desanimado-. Los circuitos están destrozados, cámaras de video, relojes digitales, cualquier cosa que se active mediante un circuito eléctrico no funciona.

Por eso la radio sí me había funcionado al utilizarla. Por esa razón, la radio se encendía sin problema alguno y la televisión apenas hacía el intento.

-Pero este tipo de cosas aún van -dijo cogiendo la radio que le tendí-. No tienen ningún microchip instalado.

-¿Qué significa? -cuestionó Arisu.

-Pues es posible que... Fuera un ataque electromagnético. He leído algo en Internet, dentro de la estratosfera, es un arma capaz de destruir los sistemas electrónicos de una ciudad.

-¿En serio? -preguntamos Arisu y yo al unísono.

-Entonces -añadió Arisu levantando el teléfono de la prueba-. ¿Por qué funciona esto?

-Ni idea -respondió Chota, negando con la cabeza.

La batería del móvil se agotó, dejando claro que una vez se acabara la batería, ya no serviría para nada.

Me levanté del sofá y miré a ambos chicos. Ellos también me miraban, algo confundidos.

-¿No pensáis cambiaros de ropa? Estamos en un centro comercial, por Dios, tenéis millones de prendas gratis.

No dijeron nada, solo me miraban y cuando su mirada empezó a bajar solté un bufido.

-Ugh, todos iguales.

Me fui en busca de una chaqueta nueva, ya que la mía se había echado a perder tras la herida de Chota y empezaba a tener frío.

Encontré una sudadera simple, verde pastel y sin nada destacable más que un bolsillo.

Palpé el bolsillo del pantalón, asegurándome de que la carta seguía en el mismo sitio. Por alguna razón, mi instinto decía que me la quedara. Aunque era muy posible que simplemente la utilizara de trofeo tras haber sobrevivido.

Por la noche, en vez de jugar de nuevo, decidimos montar un banquete. Habíamos cogido toda la comida precalentada que siguiera en buen estado y buscamos pilas para preparar un pequeño hornillo y calentar las comidas.

Al menos no estaba sola, eso era mucho mejor, pero sabía que seguian siendo completos extraños para mí. Extraños a los que realmente no les debía nada, ni ellos a mí. Extraños que a la primera de cambio, me dejarían muerta.

𝑾𝑨𝑹 𝑶𝑭 𝑯𝑬𝑨𝑹𝑻𝑺 || 𝘾𝙝𝙞𝙨𝙝𝙞𝙮𝙖 𝙎𝙝𝙪𝙣𝙩𝙖𝙧𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora