𝑾𝑨𝑹 𝑶𝑭 𝑯𝑬𝑨𝑹𝑻𝑺 || 𝘾𝙝𝙞𝙨𝙝𝙞𝙮𝙖 𝙎𝙝𝙪𝙣𝙩𝙖𝙧𝙤

𝐒𝐄𝐈𝐒 ♡

______________¿Qué es esto? _____________

Las calles de Tokyo estaban oscuras, apenas sabía como llegar hasta La Playa y la cabeza me daba vueltas, lo suficientemente rápidas como para no saber si andaba en línea recta.

Me guíe intentando recordar el camino por el que había llegado, pero las piernas me fallaban, el hombro era como si ardiera en llamas y la cabeza tenía una fiesta en su interior.

La carta la tenía agarrada con fuerza en la mano, la odiaba, todo ese juego había sido una mierda. Solo teníamos que quedarnos en el autobús. Había sido retrasada al no fijarme, al no pensar.

Si lo hubiera hecho, estaría bien, sin dolor de cabeza, una pantera no me habría atacado hasta empeorar la herida de mi hombro y mis piernas sabrían como moverse.

Cuando al fin llegué al hotel, la gente que estaba en la puerta, me miraba con cuidado, al verme la pulsera, no hicieron nada para impedirme la entrada. Aún así, noté que me seguía alguno de los que tenían permitidas las armas. Supuse que para asegurarse de que entregaba la carta.

Me movía con torpeza por los pasillos, notando que me costaba respirar, mis piernas se cruzaban y tenía ganas de llorar, no sabía si de rabia o de lo mucho que me dolía el hombro.

En vez de llamar a la puerta del sombrerero, directamente me lancé contra ella. No podía más con mi vida.

Caí dentro de la sala con la pared pintada, agarré el suelo con fuerza al notar mis rodillas impactar contra él. Toda la habitación daba vueltas, era borrosa la figura del hombre y aún más las del resto de gente que me miraba dentro.

Todos se habían girado hacia mí. Intenté enfocar la vista, hacer que las cosas dejarán de moverse a mi alrededor, sin conseguir nada y sintiendo nauseas.

-La carta -murmuré, extendiendo el brazo en su dirección. O al menos en la dirección de uno de los tres sombrereros que veía-. Más vale que no esté repetida.

Pude ver como su figura se acercaba con cautela y cogía la carta de mi mano. La observó y sonrió. Se agachó para mirarme a la cara y solo conseguí enfocar un poco más su rostro.

-Muchas gracias, esta no la teníamos -levantó la carta, después me miró-. ¿Estas bien, querida? Se te ve algo... Verde.

Una chica soltó una risa, pero no pude identificarla, toda mi vista estaba llena de manchurrones de colores y algunas lágrimas de dolor que se habían amontonado sin salir de mis ojos.

-Ya... Vale -me levanté como pude, agarrándome a uno de los hombres armados hasta conseguir estar en pie.

Le hice un gesto con la mano disculpándome y empecé a andar por el pasillo.

Seguía sin poder andar en línea recta, las piernas se me cruzaban y de vez en cuando, chocaba con alguna de las paredes que había a mis lados.

Tenía que encontrar a Chishiya, él sabría qué hacer. Él podría ayudarme, volver a curarme el hombro y de paso, hacer que mi cerebro volviera a poner los pies en el suelo.