- ¡Kang Taehyun! – gritó la señora Jung mientras caminaba por todo el orfanato.
– ¿Qué se le ofrece, señora? – respondió vagamente el mencionado.
– Tienes casi 24 años y sigues viviendo en un orfanato, te dije que busques trabajo, nadie te mirará ni dirá algo ofensivo – comentó frustrada.
– ¿Y si me quedo a trabajar aquí? –
– No, prepara tu bolso que te vas a la capital del país, tienes dos entrevistas de trabajo – le entregó dos papeles con direcciones distintas más un ticket de viaje en tren.
– Ash, ¿es necesario? – reclamó Taehyun con mueca de asco.
– Aprende a ser un adulto responsable, ya no tienes 4 años –
– Está bien, me iré... pero quiero que me cuentes cómo llegué aquí –
La señora Jung suspiró cansada y se sentó en el sillón, tomó una profunda respiración y lo miró fijamente a los ojos.
– Hace tiempo surgió un terrible incidente en el país, dónde muchos padres abandonaban a sus hijos para realizar una vida en otro lado por algo mejor, no sé quién te trajo aquí, pero vos tocaste la puerta y me preguntaste si podías quedarte aquí hasta que tus padres regresen –
– ¿Para qué tienen un hijo si después lo van a abandonar como mueble viejo? –
– No todo suele ser malo, Kang, quién sabe si tus padres se fueron a hacer algo y les sucedió algo durante el transcurso, no todos tienen la misma intención al realizar una acción –
– Al menos encontré un lugar al que más o menos llamé hogar –
Hubo un incómodo silencio entre ellos, por lo que la mayor se levantó y colocó sus manos en los hombros del menor.
– Comienza tu vida, ve a preparar tus cosas – dijo seriamente.
– Si señora – Taehyun hizo una leve reverencia y subió por las escaleras al segundo piso donde se encontraba su habitación compartida.
Agarró un bolso medianamente grande y empezó a guardar toda su ropa y cosas personales en él, mirando su alrededor con frustración.
Una vez que guardó todo, cerró el cierre de su bolso y se lo colocó cruzado como una cartera, agarró una gorra para así colocarsela e ir hacia la planta baja. Se despidió de la señora Jung y de algunos niños con una pequeña sonrisa, y emprendió su camino hacia la estación de tren.
Cuando llegó, esperó pacientemente sentado en una banca de madera, donde se encontraban dos personas más.
– Disculpe, ¿el siguiente tren es este? – preguntó lo más amable posible a la chica que estaba a su lado.
– Sí – respondió fríamente para luego taparse la mitad inferior del rostro con su bufanda.
Taehyun rodeó los ojos y miró hacía las vías, analizando su llegada al orfanato, no sabe ni recuerda nada de sus padres, ni mucho menos si tenía una mascota o hermanos. Pero quería saber qué les pasó y porqué lo dejaron solo.
Minutos después, el tren llegó y rápidamente subió, fue hacia su habitación asignada observando las condiciones interiores del vehículo. Lo único que agradeció fue tener un espacio privado para él mismo y que había buena temperatura ambiente.
Se acostó sobre su cama temporal mirando por la ventana como empezaba a enmarcar su viaje a una vida nueva. No es que se aterraba pero le daba pereza empezar de cero en un lugar donde no conoce.
La puerta de su pequeña habitación fue golpeada y se levantó a abrirla.
– ¿Necesita algo? – al notar que era la chica grosera que estaba sentado junto a él mientras esperaba el tren, su gesto en el rostro cambió a una seria.
– ¿No me agradecerás por haberte dado información? – la cabeza del contrario se inclinó ligeramente hacia un costado, aguantando su risa.
– ¿Por qué agradecería a alguien que responde de forma cortante? – levantó una ceja cruzando sus brazos.
– Pero te ayudé, mínimo un gracias –
– Pide disculpas primero –
– ¿Por qué me disculparía con un extraño? –
– Fuiste grosera – al no ver una reacción amable de parte de la chica, sonrió harto de la ridiculez de la situación y la miró – Gracias – dijo y cerró la puerta en su cara y nuevamente se acostó.
Solo pensaba en lo estúpida que era intercambiar unas disculpas por un gracias con una desconocida que lo trató mal sin razón.
• • •
Alrededor de las 7am, Taehyun llegó a la capital, agarró su bolso y bajó del tren en dirección al mapa de la ciudad, miró con atención para así comenzar su camino en busca de trabajo.
Mientras caminaba por las calles, notaba muchos puestos callejeros de verduras, frutas, carnes y quesos. Suspiró frustrado ya que no le gusta ver tanta gente.
Miró uno de los papelitos que le entregó la señora Jung y estaba desorientado, por lo que se acercó a un anciano que tenía un puesto de joyas.
– Buenos días, disculpe la molestia, pero ¿me podría decir cómo llegar a esta dirección? – preguntó amablemente y el señor con mucho gusto le indicó el camino – Gracias –
Al llegar al lugar, había un pequeño local de ropa, confirmó la dirección al ver el papelito y el cartel, suspiró para calmar los nervios y entró. Primero observó toda la ropa moderna colgada y puesta en los maniquís, era bastante elegante para su gusto.
– Hola, tu debes ser Kang Taehyun, ¿no es así? – se acercó un señor con una sonrisa mientras frotaba sus manos con notable felicidad.
– Oh, buenos días, si, soy yo – hizo una reverencia y sonrió levemente.
– La señora Jung me habló sobre ti, no tienes que hacer una entrevista de trabajo aquí, solo necesito que me hagas compras para desayunar y almorzar, y si necesito salir por una urgencia de la tienda, que te quedes a supervisarla, tendrás los fines de semana libres –
Taehyun se sorprendió ante la propuesta de trabajo, no era tan complicado como él se imaginaba, por lo que se inclinó en forma de agradecimiento.
– Muchas gracias señor, daré lo mejor de mí –
– Por favor, no seas tan formal, solo dime Park, es suficiente – rió suavemente – Bien, los lunes y viernes únicamente se abre a la tarde, por lo que ahora te daré un pequeño tour por la ciudad, me han dicho que nunca has venido –
– No se me dió la oportunidad hasta ahora –
– Me da mucho gusto asignarle un recorrido – el mayor agarró un abrigo y salieron de la tienda, poniendo llave a la puerta de madera blanca.
Mientras el menor conocía las tiendas de comida, el señor Park contaba numerosos sucesos que sucedieron en la ciudad, de los festivales que se realizaban y tradiciones que se mantienen hace años.
Hasta que Taehyun notó a lo lejos una enorme casa de color negra y rodeada de rejas con flores secas.
– ¿Y eso qué es? – el anciano se sorprendió ante la pregunta del contrario, por lo que le agarró su mano con un poco de fuerza y lo miró fijamente a los ojos.
– Nunca preguntes sobre ese lugar, no todos tienen el agrado de contarlo, es un lugar sagrado, nada más que eso – respondió seriamente.
– Oh, lo siento – el mayor soltó el agarre y siguieron el recorrido como si nunca hubiera ocurrido esa pregunta.
Pero ante esa respuesta, a Taehyun le despertó la curiosidad y hará lo que sea para saber sobre ese lugar abandonado y, que notablemente, está quemado.