- Narra Taehyun -
– Entonces, ¿qué armamento puedes ofrecerme? – habló el rey alemán con cierta ilusión de que le dé una respuesta que capaz no acierte.
- Tengo para ofrecer únicamente arcos, flechas, lanzas y espadas de material totalmente filoso y que no se rompen con facilidad – respondí con sinceridad.
– Noto que ni se preocupan por si llega a haber una guerra en el futuro – comentó de forma burlona pero con cierto descaro.
- La evitamos a toda costa, no es nuestra manera de sobrellevar los problemas - dije con un tono calmado.
– ¿Quiere decir que nuestra manera es violenta? Que tengamos armas de fuego y posibles bombas que lleguen a afectar 10 kilómetros de radio, no es porque busquemos guerra – habló con un tono bastante sorprendido y, notablemente, indignado.
- No es lo que quise decir, a lo que me refería es que su armamento más el mío, seríamos totalmente triunfantes en cualquier guerra, pero yo prefiero evitarla por la salud de mi gente - respondí con una sonrisa sincera, el contrario se relamió los labios con asombro ante mi respuesta, soltó un suspiro y firmó la alianza.
- Admiro el valor que tiene a su reinado, y quiero que cuente con mi apoyo para poder defenderla, espero poder tener en cuenta su apoyo por si llega a ser el caso opuesto - me pasó el papel y con gusto firmé aquel acuerdo.
- Cuente con mi apoyo en caso de crisis, al igual que yo contaré con el suyo - nos sonreímos levemente y nos levantamos de nuestras sillas, nos dimos un apretón de manos para así poder retirarme del palacio y dar un paseo antes de volver.
Al sentir el aire libre, tomé una gran bocanada de aire y la solté con tranquilidad, miré hacia ambos lados y me dirigí hacia el carruaje donde me esperaba mi asistente.
- ¿Necesita algo, su majestad? -
- No, estoy bien, gracias, y ya te dije que me digas Kang, asistente Jeon - reclamé.
- Le dije que no me gustan las informalidades, su majestad -
Rodié los ojos divertido y proseguí por subirme al vehículo pero el grito del asistente del rey me hizo dar la vuelta confundido.
- Su majestad - dijo e hizo una reverencia apenas se puso frente a mí.
- ¿Pasó algo? -
- El rey de Alemania me pidió que le cuente sobre esto, por favor, no se lo tomé a mal, tenemos motivos por si desea saberlos - comentó un poco agitado ya que vino casi corriendo.
- Oh, me da intriga, ¿qué es? - hizo un gesto de que no podía decirlo en voz alta, por lo que me acerqué un poco para escucharlo.
- El asesino de tu familia... está enterrado en el cementerio de la ciudad, del lado norte, entre dos tumbas de madera con los nombres en alemán, es el único con el nombre escrito en coreano - susurró, mi piel se erizó de inmediato - Tu familia se encuentra enterrada dentro de una estructura, parecida a una casa, de color azul, del otro lado donde se encuentra el otro difunto -
Agradecí con una leve reverencia e inmediatamente me dirigí hacia uno de los caballos del carruaje y lo desaté lo más rápido que pude, mí asistente me hablaba pero no le presté atención.
Una vez que el animal estaba libre, subí a este y rápidamente me dirigí al norte de la capital, las lágrimas empezaron a salir y varias preguntas se acumulaban en mi cabeza, ¿qué hacen aquí? ¿por qué no están en Corea?