Durante la tarde, Taehyun dibujaba en la parte trasera de la pequeña hoja de papel de la dirección del lugar, no venía mucha gente por lo que intentaba entretenerse.
– Seguro pensarás que durante el año nadie viene – comentó el señor Park mientras observaba el dibujo.
– Dudo que nadie venga, supongo que hay una época del año donde se vende muchísimo, ¿no es así? – respondió Taehyun amablemente.
– Tienes razón jovencito, por la elegancia de las prendas, todos compran para navidad, año nuevo o los pocos festivales que realizamos en la ciudad – contó el mayor – Todos aprovechan de recaudar lo suficiente para gastarlo durante estas fiestas –
– Supongo que es divertido – dijo el menor para después presenciar un silencio un poco incómodo, lo único que se escuchaba era la gente de afuera.
– Joven, ¿sabe a dónde se quedará a dormir? –
Taehyun, se sorprendió ante semejante pregunta, nunca vió un lugar para vivir y tenía muy poco dinero como para alquilar una habitación.
– Ten este mapa, alrededor de esta tienda hay muchas habitaciones que alquilan y que por jóvenes como tu a veces te la dan gratis. Ve a probar suerte – dijo entusiasmado entregando el objeto.
– Gracias Park, cualquier cosa vuelvo –
Agarró sus cosas y salió de la tienda comenzando la búsqueda de un hospedaje, miraba a su alrededor y había pocos carteles que anunciaran disponibilidad de habitaciones.
Siguió caminando hasta que encontró un pequeño hotel, entró y observó el lugar, le hacía recordar al orfanato por la arquitectura vieja del lugar.
– Buenas tardes, ¿hay alguna habitación disponible? – preguntó con amabilidad.
– Buenas tardes, claro, tenemos una disponible, es la número 10 – respondió la señora que tenía alrededor de 60 años.
– ¿Me permitiría pagarle más tarde? Es que recién llego a la ciudad y conseguí un trabajo al que aún no empecé, prometo pagarlo – la mayor se quedó pensando y observó un cuadro que estaba como decoración al lado de la puerta de entrada y salida.
– Te daré una semana, la cobranza es de treinta wones por semana – dijo finalmente con una sonrisa y el contrario suspiró aliviado.
– Muchas gracias – recibió la llave y se dirigió hacia su respectiva habitación.
Una vez encontrada, la abrió y al verla varios recuerdos del orfanato llegaron a su mente, tenía un aire parecido y le traía nostalgia. Cerró la puerta y colocó el bolso de su cama, comenzó a guardar sus pertenencias en el pequeño armario y mesa de noche que tenía. Agradecía tener un baño propio.
Se dió una ducha de agua tibia y sus nervios desvanecieron inmediatamente, se relajó demasiado.
— Al Día Siguiente —
Taehyun se encontraba en la tienda ayudando a colocar los maniquís frente a la enorme ventana que da hacia la calle.
Después de acomodarlos, dieron vuelta el pequeño cartel de la puerta que decía cerrado y abierto en ambas caras, dando el anuncio de que la tienda está abierta.
– Joven, iré a pagar unas cuentas, supervisa la tienda por favor –
– Con gusto Park –
El mayor agradeció con una sonrisa y salió de la tienda, mientras que el contrario aprovechó para ver un poco más de la tienda, miró los numerosos trajes y vestidos, de distintos colores, telas y diseños.
Vió los vestidores y el espejo era enorme, lo suficiente para verse de pies a cabeza. Luego, mientras veía los estantes de zapatos, notó un cuadro cerca de la caja registradora, oculto entre las cajas. Se acercó cuidadosamente y vió a un hombre conocido en el retrato.
De repente, la puerta se abrió y rápidamente se movió hacia la entrada, recibiendo a un cliente que buscaba un vestido para su hija. Le mostró las opciones y el señor quedó fascinado, por lo que dijo que volvería mañana con su hija para que se lo pruebe.
Después de que se fue, minutos después llegó el señor Park con bolsas de comida, sonrió al ver al menor.
– ¿Te fue bien Taehyun? –
– Hace unos minutos llegó un señor buscando un vestido, mañana volverá para que se lo pruebe, supongo que sí me fue bien –
– Oh, fantástico, si es quién creo que es, es nuestro cliente más frecuente, todos los meses compra un vestido para su hija, espero y sea él –
– Posiblemente – respondió el menor con tranquilidad – ¿Qué compró? –
– Oh, después de pagar cuentas, me dió hambre, y supongo que tu también lo tienes, así que compré unos camarones fritos con patatas fritas, ¿te gusta? –
– Nunca comí, supongo que es delicioso –
– Ten – agarró un plato y sirvió el alimento – Come despacio, te atragantarás si comes rápido –
Taehyun agarró el plato y un tenedor de plástico, probó el camarón junto a una patata frita, saboreó con cuidado y le encantó.
– Está delicioso – sonrió y comió otro bocado, realmente estaba disfrutando de la comida, ya no era el arroz de todos los días del orfanato, esto era algo nuevo y rico.
• • •
El sol se estaba ocultando y el señor Park ordenó a Taehyun que vaya yendo a su dormitorio, este último no se negó y empezó a caminar hacia el hotel.
Al llegar, se dió nuevamente una ducha, se colocó el pijama, se acostó en su cama y miró hacia el techo, algo lo tenía ansioso y no sabía porqué, suponía que eran las ganas de ir e investigar aquella casa en abandono.
Suspiró y se levantó yendo hacia la ventana, se asomó y observó como las estrellas brillaban, una más que la otra, pero estaban ahí. Se le vino a la mente que capaz dos de ellas son sus padres, intentando comunicarse con él mientras titilaban.
– Que infantil imaginarse eso – dijo en voz baja burlándose de sí mismo, cerró la ventana y volvió a acostarse.
Nunca fue creyente de que existían señales de seres queridos difuntos, le parecía una forma fácil para que los niños no lloren y sientan que por más que ellos no estén, siempre les hacen sentir que están presentes en diferentes formas.
De pronto, la imagen del señor que estaba en el cuadro volvió a la cabeza de Taehyun, este se hizo varias preguntas, ya que sentía que lo conocía, pero no sabe de dónde.
Pero lo más raro, ¿qué hacía oculto en la tienda del señor Park? quería convencerse de que era un ser querido pero, ¿por qué siente que le es familiar? si nunca vivió en la ciudad ni mucho menos viajó.
Y como si fuera poco, se propuso a investigar quién era, no le gusta quedarse con dudas e incógnitas, debería aliviar su mente con respuestas, o colapsará.