• XI •

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Como mi inicio de clases no fue tan pesado les traigo un segundo capítulo este fin de semana <3







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El joven Marsh reposaba en su cama, abrazando una botella whisky mientras limpiaba sus lágrimas y mocos con los pañuelos que su súper mejor amigo le pasaba y a su vez que lo consolaba.

Estos últimos días no había pasado mucho tiempo con su mejor amigo. Había preferido darle su espacio para que continuara cortejando a la señorita Testaburger y no ser un mal tercio entre ellos. Pero al parecer no fue una de las decisiones más sabias que pudo haber tomado.

— ¡Kyle, amigo! ¡Quiero morirme! ¡No sabes que tan duro es el amor! —exclamaba entre sollozos.

—Stan, por favor tienes que calmarte. Dime qué ha sucedido ¿La señorita Testaburger te ha rechazado o...? —el pelirrojo trataba de lidiar con su amigo ebrio.

— ¡No! ¡Ni siquiera he podido hacer la propuesta! —se sentó sobre la cama —. Hace dos días lo intenté, fue la primera vez que lo intenté. La invité a pasear en bote en el lago Stark y cuando estaba por proponérselo... Vomité.

—Dios mío... —expresó Kyle con sorpresa y comenzando a comprender la desesperación de su amigo — ¿Vomitaste? ¿Sobre ella?

—No, bueno... Casi. Alcancé a vomitar fuera del bote, en el lago ¡De todas formas fue asqueroso! —se enterró bajo las sábanas —. Ella creyó que estaba enfermo y no hizo mucho alarde ¡Pero Dios, fue humillante! —exclamaba entre sollozos —Y lo peor es que ayer lo iba a intentar otra vez... Y de nuevo sentí esas ganas de vomitar y decidí posponerlo... Soy un desastre.

—Carajo, pero ¿Por qué te dan ganas vomitar? ¿Es por los nervios? —preguntaba Kyle ladeando la cabeza confundido.

—No lo sé, amigo —disintió con la cabeza saliendo de las sábanas —y luego cuando estaba bebiendo ayer para desahogarme me di cuenta que soy un estúpido ¿Cómo le voy a proponer matrimonio cuando ni siquiera he hablado con su padre? ¡Ni siquiera lo conozco! Necesito primero su bendición ¿No? Sino sería una propuesta indecente... No sirvo para esto, quiero morirme.

—Primero —le arrebató la botella de whisky y la vació tirando su contenido fuera de la ventana.

— ¡No! —Stan se levantó de la cama y corrió hacia el pelirrojo para detenerlo, pero la botella ya estaba vacía — ¿Qué mierda te pasa?

—Primero deja de beber alcohol como un perdedor —señalaba Kyle golpeando el pecho de su amigo con su dedo —. No vas a resolver nada con eso y respondiendo a tu pregunta... Lo tradicional sería primero hablar con su padre, pero algunas señoritas últimamente son más liberales y prefieren que se les consulte a ellas primero —explicaba mientras ayudaba a tender la cama —. Podrías primero hablarlo con ella para que se entere de tus deseos e intenciones y dependiendo de su respuesta podrías buscar a su padre y hablar con él ¿No crees?

—Pero... ¿Y si ella no tiene esas ideas? ¿Y si me ve como un indecente? ¿Un salvaje?

—Pues entonces ve por el camino conservador. Ve a Denver y pídele a su padre que te dé la mano de su hija —señaló Kyle resoplando.

Comprendía que su amigo estaba en una situación difícil, que siempre había sido algo tímido con las mujeres. Pero no soportaba ver como se complicaba su vida y se tiraba a la tristeza cuando podía solucionar esos problemas con suma facilidad. Era obvio que la señorita Testaburger estaba interesado en él, solo su amigo era el único imbécil que no lo veía.

Eternamente orgullosos y prejuiciosos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora