• XXII •

583 97 71
                                    

Por cosas de tiempo hoy no podré publicar el epílogo. Les prometo que mañana haré el intento y no hacerlo pues será hasta el sábado.

Gracias y disfruten mucho, feliz 14 de febrero <3

_________________________________________

Llegó el primero de abril, día que celebrarían la ansiada boda de los Marsh y los Testaburger. Era una cálida mañana de primavera. En la mansión Broflovski todos iban de arriba a abajo, terminando de arreglarse y organizarse para asistir a la misa que se llevaría a cabo al medio día.

Kyle había conseguido volverse el padrino de boda de Stan con ayuda de un pequeño soborno por parte de Cartman al padre Maxi de la iglesia del pueblo. La institución cristiana podía ser muy flexible siempre y cuando se les proporcionara una cariñosa donación. Algo que por supuesto era más que incómodo de saber, pero que lo valía en definitiva si de esa forma podía cumplir el sueño de estar al lado de su súper mejor amigo. En un inicio estuvo en contra de sobornar al padre, pero siendo ya el día no le parecía tan malo.

Por lo mismo él necesitaba salir primero que su familia para poder llegar a tiempo con Stan y confirmar que no faltara nada. Confirmando frente al espejo que su apariencia estaba más que lista salió de su habitación y bajó a hablar con su familia explicándoles por quinta vez que no era necesario que fueran a la misa cristiana si les era incómodo, pero para ellos no era ningún problema puesto que los Marsh eran unos importantes amigos que valoraban bastante y sentían la necesidad de ir a apoyarlos en un día como este.

—Oh, a ver qué día también te me casas —suspiró la señora Broflovski mientras caminaba a la puerta principal en compañía de su hijo mayor —. Espero que también sea este año.

—Ya hemos hablado sobre esto, madre —se despedía Kyle abriendo la puerta del carruaje —. No pienso casarme nunca —asintió con una corta sonrisa subiendo al carruaje —. Nos vemos en la boda, otro carruaje vendrá por ustedes más tarde.

Partió a la mansión de los Marsh. Se sentía mal por no poder cumplir el sueño de su madre de algún día proporcionarle una casta boda, pero aún tenía a Ike y seguro que ese diablillo podría darle una y hasta nietos. Él por su parte permanecería "soltero" el resto de su vida, aunque sonara contradictorio eso a su vez cumplía su propio sueño de vivir junto al amor de su vida, otra "alma soltera".

Al llegar con Stan lo encontró muerto de nervios, su hermana mayor tuvo que esconderle todo el alcohol de la casa para que no lo encontrara, de lo contrario fácilmente ya llevaría por lo menos unas cinco botellas de whisky. Le agradeció a Shelly por su supervisión y con un latente dolor de cabeza se hizo cargo de él.

—Por Dios, Stan.... Este se supone que es el mejor día de tu vida —se quejaba Kyle peinando unos cabellos rebeldes del prometido — ¿Qué te pone tan mal?

— ¡No lo sé, Ky! Tengo miedo de que todo termine siendo una mierda ¿Qué tal que cuándo estemos en el altar Wendy me dice que "no"? Porque ella puede decir que "no" ¿Sabes? Para algo el padre pregunta antes de oficializar el matrimonio —explicaba Stan con ansias, mordiendo su labio inferior —. Te juro que solo necesito un traguito para sentirme más seguro.

—Amigo, dudo mucho que a este punto ella quiera "rechazarte". Lo que piensas es una ridiculez —rodaba sus ojos esmeraldas —. Te aseguro que todo saldrá bien, ustedes se aman y es lo que cuenta... ¿O no la amas?

— ¡Por supuesto que sí! Es cierto que a veces es algo exigente, pero eso no cambia mis sentimientos por ella —aclaraba Stan tratando de relajarse —. Hablemos de otra cosa ¿Quieres? Por ejemplo... ¿Cartman aún no ha llegado?

Eternamente orgullosos y prejuiciosos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora