— ¿Cómo pudo hacernos esto su primo? —se quejaba la señora Broflovski en cama mientras Ike la abanicaba y Kyle sostenía su mano, sentado a un lado — ¿Cómo cree que esa mujer podría hacerse cargo de él? ¡Va a dejar a su familia arruinada!
Ya habían pasado dos días desde que Schwartz escapó de casa para casarse con la señorita Meyers, con intenciones de volver a Connecticut, su ciudad natal. En cuanto volvió Kyle su padre también salió en su búsqueda y no habían recibido más noticias. Ahora como hijo mayor tenía la presión y toda la obligación de cuidar de su madre, quien la pasaba fatal en cama.
—Cuando el pueblo se entere de que ese muchachito deshonró a aquella dama creerán que ustedes son iguales, de por si Kyle tiene pésima reputación desde lo sucedido con Rebecca —sollozaba la señora Broflovski —. Van a creer que ustedes solo salen con mujeres descarriadas... Y ahora si Gerald los encuentra y se topan con la familia de esa dama alguien podría retarle a un duelo para rescatar el honor de esa terrible mujer.
—No tiene... Creo que no tiene familia. Nadie restaría a un duelo a papá —corrigió Kyle con una voz calmada.
Cuando llegó hace dos días les explicó muy minuciosamente la situación de esa mujer llamada Leslie Meyers, y aun si no contó mucho a detalle fue suficiente para que su madre la catalogara de "puta" y casi se infartara al saber que su sobrino se iba a casar con una mujer de esa "clase". Fue cuando su papá decidió también unirse a la búsqueda.
—El señor Cartman ha ido a buscarlos también, seguro los encontrarán —opinó Ike cansado de abanicar a su madre.
—Por Moisés... Qué vergüenza que ese hombre nos haya tenido que apoyar... Pero si así evitamos que pase a más y que sus tío se enteren es lo mejor...
También desde entonces Ike no paraba de hacer "buenos" comentarios acerca del señor Cartman, como un juego entre él y su hermano, juego que sacaba de quicio al pelirrojo por su paranoia. Sin embargo, también enaltecía la estima de su madre ¿Cómo no podría estar agradecida con él?
Dejaron que su madre durmiera una siesta. Se fueron a la sala a tomar el té, impacientes. Sería un día más sin tener noticias. La Hanukkah de este año había quedado arruinada por completo y a este paso también afectaría la ansiada fiesta de navidad que pasaba con sus amigos. Sin mencionar que así como volvió Eric se fue. Le hubiese gustado disfrutar más su compañía. Esperaba que él y Butters estuvieran bien.
—Oh, Kyle... ¿Desde cuándo salen? —preguntaba Ike entre susurros.
La puerta de la sala estaba cerrada, pero aun así querían ser discretos para que nadie escuchara. Había pocos sirvientes en casa, pero era mejor ser precavidos con esa información.
—Si lo dices así... Ahm... Se podría decir que desde octubre salimos como algo más formal... —se planteaba Kyle tirado en el sillón.
— ¿Salías con él antes de manera "informal"? Vaya hermano, yo creí que eras una monja —se burló Ike con una mirada perspicaz.
—No jodas, Ike... —suspiró Kyle — ¿Recuerdas en julio cuando me invitaba a ir de caza?
—Ahora entiendo por qué nunca querías llevarme —agregó Ike soltando una risa más sonora — ¿Por eso bailaste con él? Oh, Dios que ciego he sido... ¿Por eso estabas triste cuando se fue en Agosto? ¡Por eso rechazaste a la señorita Stevens!... Y tampoco te importó lo de la señorita Meyers... Estoy empezando a entender por qué eres tan raro...
—Ya cállate, Ike...
Si su hermano lo ponía de esa manera era cierto que esos últimos meses había tenido comportamientos fuera de lo habitual ¿Cuándo te enamoras afecta tanto a tu persona? Qué difícil es entonces llevar un amor secreto. Intentó no hacerlo evidente frente a su familia, pero lo que señalaba Ike eran acciones innegables, eran producto de su enamoramiento.
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Eternamente orgullosos y prejuiciosos
Fanfic[Los personajes no me pertenecen, este solo es un Fanfic de fan para fans con fines de entretenimiento] [El fanart de la portada esta vez si me pertenece] A principios del siglo XIX, en un pueblito montañés en Colorado, llegan al vecindario la señor...