Después de esa afilada discusión en la mesa Kyle contó alrededor de veinte minutos para levantarse y "retirarse al baño". Lo hizo cuando la señorita Turner conversaba con la señora Mccormick acerca de su embarazo, para así evitar más conflictos en esa cena que parecía ser un campo minado.
Entró al baño y se sentó a hacer ejercicios de respiración para calmarse. Siempre había sido de temperamento muy fuerte y cualquier cosa podría irritarlo. Pero que esa mujer mayor hablara como si conociera su situación de toda la vida, que lo criticara desde su burbuja de privilegios, lo enfurecía. Merecía un premio por haberse "contenido". Estaba tan enojado al grado de que hubo un momento en el que olvidó por completo que cierto castaño estaba sentado a su lado.
Cuando consiguió llenarse de paz salió del cuarto de baño y se dirigió otra vez al comedor. Miró de reojo a Kenny, quien se mostraba preocupado y le dio una corta sonrisa para calmarlo. Después volvió a tomar asiento y continuó la cena con normalidad.
— ¿Todo bien? —murmuró Cartman.
—De maravilla —respondió Kyle con otro murmuro sarcástico.
Cuando la cena terminó los invitaron a pasar a la sala donde estaban en un inicio. Sirvieron té y algunos postres. Kyle ya quería largarse de ahí, pero no le quedaba de otra. Se acercó curioso a las ventanas, a un lado tenían una jaula con un ave muy hermosa, una cacatúa galerita. Nunca antes había visto una. Recordó verlas ilustradas en libros pero sin duda era increíble poder apreciarla en vivo.
—Es una cacatúa galerita —se sobresaltó al oír esa voz, el castaño se había acercado silenciosamente.
—Sí... Lo sé —respondió Kyle con recelo —. Son originarias de Australia, Papúa Nueva Guinea e Indonesia.
— ¿Y sabe si quiera dónde quedan esos países? —se burlaba nostálgico Cartman al ver a su enciclopedia andante.
—Por supuesto. Tal vez no domine algunas artes, pero en geografía nunca fallo —expresó Kyle con el ceño fruncido.
—Joven Broflovski... —iba comentar Eric hasta que fue interrumpido.
—Joven Broflovski, toque para nosotros.
La señora Turner apuntaba al piano. Kyle dejó de mirar a las aves y mantuvo una postura firme, aunque se pudo apreciar en sus ojos esmeralda el miedo ante esa petición. Maldecía en sus adentros a esa mujer mayor, parecía que solo buscaba joderlo.
Estaba seguro que no parecía, ella quería joderlo.
—No, se lo ruego —disintió Kyle.
—La música es mi deleite, hay pocas personas que disfruten la música más que yo o que tengan mejor gusto —pero la señora Turner no desistía, hablaba con poca humildad —. Si hubiera aprendido pudo haber sido un gran intérprete. Pero claro, fue mejor evitar a la gente presuntuosa de la ciudad de Denver.
—Vamos, joven Broflovski —"animaba" Heidi.
—Señora Turner... —otra vez Kyle sentía como su sangre hervía —. No pequé de falsa modestia cuando dije que toco muy mal...
—Ve, joven Broflovski. Su señoría se lo pide —ordenó el señor Cartman dejando al pelirrojo congelado —. No puedes tocar tan mal... —murmuró aquello último muy por debajo.
Apretó sus dientes y puños, ocultandolos detrás de su espalda. Estaba claro que no haría cambiar de opinión a esa mujer tan terca y cruel, sádica a decir verdad, y Cartman se lo hizo ver con esa pequeña orden que en realidad fue un consejo.
Manteniendo la frente en alto y llenando su pecho de aire caminó con pasos lentos hacia el piano, uno muy fino, como todos los muebles de esa sala. Que mala suerte que las personas que vivían ahí estaban lejos de ser generosas y merecer tales riquezas. Se sentó, jugó con sus dedos con nervios y soltando un pesado suspiro comenzó a tocar.
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Eternamente orgullosos y prejuiciosos
Fanfiction[Los personajes no me pertenecen, este solo es un Fanfic de fan para fans con fines de entretenimiento] [El fanart de la portada esta vez si me pertenece] A principios del siglo XIX, en un pueblito montañés en Colorado, llegan al vecindario la señor...