13. Interrupting 101

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Despertó y sonrió de inmediato al darse cuenta de a quien tenía al lado, se sentía algo mal por haberse quedado dormida en repetidas ocasiones mientras estaban juntas, sabía que a Natasha no le importaba, pero eso no quitaba que pareciera que la había traído para verla dormir, aunque si era sincera verla con los ojos cerrados y su cabello rojo desordenado, era realmente adorable, acarició su nariz con la de ella, le parecía tan cursi que hayan dormido cara a cara, esperaría a que se despierte, pues tenían todo el día para ellas, aunque no se le ocurría que hacer fuera del hotel.

Decidió sorprenderla con el desayuno, así que llamó a recepción ordenando para ambas, se puso una bata del hotel cuando fue a abrir la puerta y llevó el carro por sí misma, no quería que nadie más vea a Natasha dormida, lo dejó a un lado con extremo cuidado de no hacer ruido, se quitó la bata y volvió a los brazos de la pelirroja, esperaba pacientemente que despertara.

A los minutos vio como la chica entre sus brazos empezaba a estirarse y a hacer ruiditos de que estaba despertando, Wanda sonrió viendo como entre abría los ojos y acarició su mejilla besando su rostro.

– Buenos días – Soltó Natasha con la voz adormilada

– Buenos días, belleza – Sonrió no entendiendo porque admiraba tanto a alguien al hacer algo tan simple como despertar, su corazón latía rápido

– Huele a comida – Susurró acercando su rostro al de la castaña – O no sé si solo es que tengo mucha hambre – Rio con suavidad besando a Wanda, se sentía extrañamente cotidiano o tal vez aún no estaba del todo despierta

– Pedí el desayuno para cuando despiertes – Explicó la castaña entre besos – ¿Quieres pasar a la mesa o comer en la cama?

– Cama – Aseguró sintiendo los labios de Wanda en su mejilla

– Ahora te traigo todo

– Yo voy – Decía sentándose para salir de la cama

– Tú ponte cómoda – La rodeó de la cintura hablando en su oído – Yo te quiero atender

Natasha sonrió – Gracias

– No es nada – Le dejó un beso en su cuello levantándose de la cama, se puso la bata del hotel y empezó a acomodar todo

La pelirroja la imitó acomodándose en la cama para desayunar al lado de Wanda, quien de rato en rato levantaba la mirada y le sonreía, la castaña tomó la mesa para cama en donde había acomodado el desayuno y se acercó a Natasha poniéndolo en su regazo, después se metió al lado de ella entre las sábanas, empezó a besarla, sentía cómo ella correspondía gustosa sus besos, mientras la atraía más a su cuerpo, era la mejor de las sensaciones.

– Gracias por el desayuno – Acarició el mentón de Wanda con su pulgar

– No es nada, belleza – Le dejó otro beso rápido – Pero hay que comer antes de que se enfríe – Tomó las copas de ambas con jugo de naranja y le pasó una a Natasha

– Salud – Sonrió inclinando su bebida hacia la castaña

– Porque esto se vuelva a repetir – Chocó su copa ligeramente con la de ella

– Porque esto se vuelva a repetir – Afirmó bebiendo del jugo de naranja junto a Wanda

Se demoraron en terminar su desayuno, pues no paraban de besarse o hablar, estaba siendo una grandiosa mañana.

...

No habían salido en todo el día de la habitación del hotel, después del desayuno, las batas cayeron para empezar a hablar y abrazarse como en la noche, también habían algunos besos largos, mientras sus manos acariciaban más de lo debido, pero no pasaban ningún límite, Wanda no quería que Natasha piense que solo la quería para tener sexo, porque no era así, el almuerzo llegó y pidieron algo ligero, pues no tenían tanta hambre, después aprovecharon en usar el jacuzzi de la habitación y ahí se encontraban ahora, entre burbujas y los chorros masajeadores que ofrecía, hablaban, mientras pensaban a cual nightclub ir en unas pocas horas.

Lust & Loss | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora