37. Date 101

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No había ido por ella en su auto, ya que como estaba cuidándola, ambas se arreglaron en su casa, no paraba de acercarse a acariciarla, cuando le pidió que le suba la cremallera del vestido besó su espalda antes de hacerlo, quería quedarse en casa, pero le había prometido salir a cenar y eso hicieron.

– Te ves hermosa ¿Ya te lo dije? – Mencionó Wanda detrás de su copa de vino

– Como mil veces nada más en esta hora – Sonrió viéndola, se sentía realmente feliz de tener una cita real – Tú vas realmente guapa también – Mordió su labio inferior

– Gracias, amor – Volvió a recorrer sus ojos en ella

– De nada, cielo

– Cuando acabemos el vino ¿Quieres ir a casa o hacer algo más?

– Quiero acabar la noche abrazándome a ti en cama – Afirmó con una sonrisa

– Genial – Sonrió emocionada

– ¿Has notado que nos han estado viendo toda la cena? – Preguntó sintiéndose algo nerviosa, no le gustaba que la gente se le quede viendo y pareciera que murmurando a sus espaldas, debía de darle la razón a Wanda en ese aspecto

– Sí – Se encogió de hombros fingiendo que no le importaba, pues se moría por dentro cada vez que alguien conocido las saludaba o solo se quedaba ahí observándolas, pero sus ganas de recuperar a Natasha eran más – Da igual, creo que no es difícil notar que estamos en una cita y que yo te estoy seduciendo – Sonrió de lado

La pelirroja rio levemente – Estoy impaciente porque el lunes empiecen los rumores en la escuela... – Dijo sarcástica

– Igual yo – Compartieron una mirada cómplice – Si no hubieras botado la bola ocho que tenía en la oficina, tal vez podríamos preguntarle si ya lo saben o solo sospechan de nosotras

– ¿Vas a traer ese tema a nuestra primera cita? – Bromeó

– Yo solo digo... – Se encogió de hombros

– Cielo, la suerte o predicciones no existen, no te puedes dejar guiar por un juguete para niños que solo te dice "sí", "no" o "tal vez"

– Así es cómo vine aquí – Se encogió de hombros – Le pregunté si debía aceptar el trabajo en mi anterior escuela, dijo sí, pregunté lo mismo sobre otra, dijo no, así que heme aquí

Natasha sintió sus mejillas sonrojarse – Ahora me siento mal

– ¿Por? – Preguntó sin entender

– Es que no la boté...

– Esas son buenas noticias – Sonrió ligeramente tratando de restarle importancia con la voz – ¿Dónde está? – Preguntó con curiosidad

– En casa – Respondió tomando de su vino, Wanda entrecerró los ojos sirviendo el resto de la botella en las copas de ambas

– No es cierto – La vio – He estado en tu casa, ahí no está – Vio a su novia ponerse nerviosa – Nat... si te deshiciste de ella no me enoja, no cuesta ni tres dólares, puedes regalarme otra si la consciencia te remuerde – Dijo de broma, pero la pelirroja no la veía a los ojos – Amor – Tomó su mano acariciándola – En serio no importa

– No es eso – Decía notablemente nerviosa

– Lo que sea puedes decírmelo... – Emitió viéndola extraño

– Es vergonzoso – Decía con las mejillas completamente sonrojadas y apenas alzando la vista hacia ella

– Ahora quiero saber más – Bromeó

Lust & Loss | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora