21. Tasting 101

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Escuchó los pasos de Wanda entrar a la habitación, se sentía nerviosa, pues no sabía lo que tenía planeado para ese día, pero habían hecho tantas cosas juntas, que no podía creer que la castaña aún tenía ideas, cada día que pasaba solo rogaba para que no llegue el verano.

– Esa risa tuya no me gusta... – Emitió Natasha – Menos aún porque estoy con los ojos vendados – Se cruzó de brazos

– Te quitaré la venda cuando termine de colocar todo en su sitio, no vamos a hacer nada contigo a ciegas – Se arrodilló en el colchón detrás de ella – A menos que quieras – Susurró pasando las manos hacia su abdomen

– Me siento impaciente – Se quejó apoyándose en la castaña

– Dame un minuto – Besó su mejilla y se incorporó, percibió que tomó algo y se puso delante suyo – Voy a quitarte la venda ¿Okay?

– Okay – Sonrió asintiendo

– Eres demasiado obediente – Rio con ligereza acercándose a sus labios y empezando a besarla – Te quiero, belleza – Susurró jalando el nudo detrás de su cabeza para que la venda caiga

– Te quiero, cielo – Sonrió

La habitación no estaba del todo iluminada, pero se tardó unos segundos en que sus ojos se acostumbren a la luz, cuando vio a Wanda su sonrisa no tardó por ensancharse.

– ¿Y con eso que planeas hacer exactamente? – Preguntó Natasha sintiendo que la combinación de aromas se volvía realmente exquisita en la habitación

– Quítate la ropa y lo averiguarás – Respondió con una sonrisa ladeada

– Invítame a una cita primero ¿No? – Emitió divertida inclinándose un poco hacia atrás en la cama

– Algo tarde para que te pongas condiciones ¿No crees, Romanoff? – Mordió su labio inferior viéndola – Ya eres mía, belleza – Alzó las cejas sugestivamente

– Entonces solo me queda obedecer – Suspiró con falso dramatismo empezando a desabotonar su blusa – Creí que te había gustado lo que traía puesto hoy – Dijo también retirando su falda

– Claro que sí – Sonrió viendo las dos últimas prendas íntimas de ella caer al piso – Pero tú desnuda es una vista privilegiada – Afirmó dejando lo que tenía en manos empezando a besarla y a vagar por su cuerpo

Natasha correspondió a sus besos sintiendo las manos de ella en su desnudo cuerpo, adoraba sus caricias con tanta suavidad, era como si apreciara cada parte de ella con solo su tacto, a pesar de haber sido unas últimas semanas de una carga sexual grande, también lo era de lo otro, un querer que ninguna se atrevía a llevar más allá aún, un querer que esperaban con todo el corazón que pueda convertirse en amor.

Wanda caminó con la pelirroja en brazos recostándola con suavidad en la cama, besó su cuello y se alejó un poco de su rostro sonriendo inevitablemente, no podía negar que Natasha la hacía sentir tanto solo siendo ella, lo sexual era tan disfrutable porque la quería en lo sentimental, porque se complementaban tan bien en todos los aspectos.

– ¿Me dejas empezar, belleza? – Susurró la castaña

– Estoy lista – Emitió poniéndose cómoda

– Okay... – Tomó una paleta para untar, la golpeteó con suavidad en sus labios – Se me antoja crema de avellanas

– Sírvete entonces – Sonrió de lado viendo como Wanda se aproximaba a poner un poco de esa deliciosa crema en sus pechos y como jugueteaba con la paleta a esparciéndolo, se sentía realmente bien lo suave del plástico rozar con sus senos en especial cuando sintió como cubría sus pezones

Lust & Loss | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora