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En estos momentos todo su ser estaba en una discusión constante. Su mente se había encargado de anclarla a la dolorosa realidad, pero su corazón se entristecía por pensar en que ya no vería a esos muchachos.

¿A quién debía seguir?

Si tan solo se hubiera mantenido en silencio y calmada como le habían enseñado, no estaría en problemas.

Y todo empeoraba luego de la oferta que le hizo Seongha sobre asociarse a la Unión, obviamente se negó mintiendo que no era tan buena con sus habilidades y no sería de tanta utilizad, pero él simplemente le dijo que lo pensara ya que recibiría tutores para enseñarle a mejorar.

Con una mueca afligida, pateó una piedra que se atravesó a su camino mientras seguía pensando en qué hacer con su vida de ahora en adelante. Había elegido Corea del Sur como su hogar temporal debido a que era un país que no estaba involucrado con la Asociación Mundial de Despertados, pero ahora quiere huir de ahí nuevamente, siendo imposible ahora que la mantenían vigilada todo el día.

Sin quitar su expresión triste miró hacia adelante para evitar chocarse con otra persona, hace unos minutos salió del trabajo y por andar distraída se cayó de cara asi que quiere impedir que ocurra otra desgracia similar.

- Ay me duele -se quejó luego de recordar su golpe en su nariz.

E iba a seguir su lloriqueo de no ser porque se encontró de cara a esas personas que no quería ver. Intentando seguir su plan de evasión, se dio la vuelta y caminó más rápido, pero era una acción era inútil si estaba huyendo de alguien que tiene como habilidad la supervelocidad.

- ¡Amira! -la llamó alcanzándola al igual que Wooin.

- Hola, Jiwoo -correspondió sin poder verlo a la cara- Hola a ti también, Wooin.

- ¿Hacia dónde vas? -preguntó amable- ¿Te gustaría ir a mi casa?

Amira no comprendía de donde provenía tanta amabilidad por parte del Seo, ella quería alejarse, pero no podía negarse a sus pedidos si la miraba con aquellos ojos marrones que brillaban de inocencia.

- E-está bien -suspiró sonrojada.

- ¡Yei! -celebró saltando en su lugar.

La peliblanca sonrió sin darse cuenta y siguió a ambos varones hasta la casa de Jiwoo, diciéndose mentalmente que solo iría con ellos para no hacer sentir mal al chico.

- ¡Es Jisuk! -soltó Jiwoo cuando estaban cerca de su casa.

- Hola -sonrió tímidamente Amira.

- ¿Qué les tomó tanto tiempo? -preguntó el peliblanco.

- Vinimos después de clase y nos encontramos a Amira en el camino -respondió Jiwoo extrañado- ¿Esperaste mucho tiempo?

- ¿Haría yo eso? Acabo de llegar -mintió Jisuk.

- ¿Por qué la visita sorpresa? -sonrió el Seo- ¿Viniste a pasar el rato?

- No bromees -bufó caminando hacia la puerta de la casa- ¿Crees que vendría por mi propio pie? Inhyuk me dijo que me recogería aquí.

Amira rio en voz baja por la situación divertida, por sus ojos pudo descubrir que el Yoo mentía y eso le parecía tierno por una parte. Simplemente se quedó callada y comenzó a sacarse sus zapatos negros de tacón, quedando en calcetines largos y blanquecinos mientras miraba la pequeña interacción del chico con sus gatos.

- Estas en el camino -gruñó Jisuk empujando al ojimarrón.

La chica jadeo sorprendida y sostuvo a Jiwoo para que no cayera al suelo, siendo vista por Kayden desde hace rato ya que la última vez que la vio ella estaba triste por algún motivo desconocido.

Confianza || EleceedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora