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Sus brillantes ojos azulados no se despegaban de sus manos, las cuales estaban unidas mientras jugaba con el anillo que le obsequió su pareja. No se esforzaría en ocultar sus nervios, no por ir a un nuevo territorio o por desconfiar de sus habilidades despertadas, sino porque quería llevarse bien con todos los de Frame y causarles una buena impresión.

En estos momentos, junto a Jiwoo, iba en dirección a una de las pistas que posee Shinwha y, de esta manera, poder tomar el avión privado que los conduciría hacia Frame. Una vez Inhyuk detuvo el auto en la amplia pista, los jóvenes despertados bajaron con su equipaje en mano junto a los felinos hasta caminar enfrente del gran avión.

- Solo puedo acompañarlos hasta aquí, cuídense mucho -habló el Goo serio.

- Si, no se preocupe -asintió Jiwoo.

- Gracias por traernos -sonrió Amira tranquilamente.

- Es un honor conocer a los discípulos del señor Kayden y del señor Kartein.

Una nueva voz hizo que miraran en dirección al avión, encontrándose con un varón de cabellos verdes oscuros y máscara que hacia una reverencia hacia ellos.

- Mi nombre es Alfa, yo seré su guía, joven Jiwoo, señorita Amira -habló sonriendo.

- Ah, buenos días -saludó rápidamente Jiwoo con nervios.

- Buenos días, gracias por tomarse la molestia de venir por nosotros -dijo la albina colocando su mano en su pecho, asi realizar una leve inclinación hacia él.

- Por cierto ¿esos gatos viajarán con nosotros? -preguntó.

- Si.

- Entiendo, entonces, ahora nos podemos ir si les parece -sonrió haciéndose a un lado.

- Nos vemos, señor Goo -agitó su mano la chica.

Una vez el mayor se despidió correctamente, los coreanos subieron al avión en compañía al peliverde, quien le mostró su lugar a cada uno.

- Cielos, nunca antes había estado en un avión como este -comentó Jiwoo viendo a su alrededor.

- Creo que la mía es la segunda -murmuró Amira en el asiento de su lado derecho mientras acariciaba el pelaje de Kayden.

- Joven Jiwoo, señorita Amira ¿hay algo en lo que pueda ayudarles? -preguntó amablemente.

- Ah, para nada -rio el Seo rascando su nuca- Y...no es necesario que sea tan formal.

- Puede hablarnos cómodamente, señor Alfa -sonrió la albina con serenidad.

- Imposible, ustedes son los discípulos del señor Kayden y del señor Kartein, debo tratarlos con sumo respeto -se negó con tranquilidad.

Ambos chicos hicieron un puchero lastimero al igual que un cachorro triste, pero tampoco se atrevieron a discutir algo que era simple formalidad y seguramente estaba recibiendo ordenes de superiores, por lo que se mantuvieron en silencio lo que restaba el viaje aéreo.

Fueron casi cinco horas sobre el aire hasta que finalmente aterrizaron en un amplio terreno plano. Cuando recibieron la señal del piloto de que ya podían descender tranquilamente, la ojiazul tomó su maleta gris para bajar primero ya que ambos varones le cedieron el paso como caballeros; cuando la puerta se abrió por completo, puso un pie en el primer escalón y se detuvo brevemente para apreciar las bonitas montañas nevadas. Agradece haberse vestido con ropa de invierno, hace mucho frio en los territorios de Frame.

- ¡Bienvenidos!

Aquel saludo al unísono provocó que Amira pegue un grito sorprendido y se sobresalte como un gato. El lugar quedó en un incómodo silencio después de escucharla, provocando que los colores se le suban hasta la coronilla, incluso sus orejas estaban rojas por la vergüenza del momento.

Confianza || EleceedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora