Confianza || Eleceed

⇁ 020

P A S A D O pt. 2

Una semana fue lo que contó Darice desde que fue encerrada. Una semana que la mantenían quieta, sin comida ni agua y sentada en el repugnante suelo de cemento con sus brazos elevados y pegados a la pared debido a las esposas especiales que la retenían desde la parte superior, sin contar con el collar en su cuello que igual estaba adherido a la pared.

Estaba completamente inmovilizada, porque al más mínimo movimiento aquellos artefactos le darían una descarga eléctrica, y de nada le serviría su habilidad curativa para salvarla debido que ha sido anulada por esa tecnología.

Aquel uniforme blanco de la presidenta del consejo estudiantil que portaba con orgullo y mantenía pulcro ahora estaba rasgado en varias partes y completamente sucio por la tierra y la sangre.

Ya no había rastro de lo que alguna vez fue Darice Grane, la querida estudiante estrella de la Academia Mundial... Solo había una traidora, algo peor que basura.

Sus ojos estaban sin brillo y solo se dedicaban a enfocar el suelo, no tenía nada para hacer más que dormir, y sentía que si se movía su cuerpo se quebraría en partes debido al estado en el que estaba.

Y por primera vez desde que estaba ahí, elevó su mirada al escuchar el sonido de pasos. La sorpresa y alegría la azotó cuando Duke apareció enfrente de ella, siendo las barras de metal lo único que le impedía acercarse.

- ¡Duke! –soltó con una sonrisa.

El ojirubí se mantuvo en silencio mientras abría la puerta de esa celda, caminando hacia ella cuando tuvo el paso libre.

La chica estaba a punto de llorar, creyendo que su hermano estaba ahí parado enfrente de ella para disculparse y decirle que ya podían irse a casa.

- Me da asco solo verte –soltó mirándola desde arriba- Pero por más asco que tengo, la satisfacción lo vale.

Ambas miradas idénticas y rojizas chocaron entre si, una se tornaba burlona y malvada mientras la otra confundida y aterrada.

- Lo sé, creo que necesito un baño ¿verdad? –rio nerviosa, deseando equivocarse y que solo fuera una broma de su hermano- P-pero eso se arregla cuando vaya a casa.

- ¿A casa? –repitió divertido, para luego soltar unas fuertes carcajadas- No seas ingenua, Darice, tú nunca iras a casa.

- ¿P-por qué lo dices? –preguntó borrando su risa- Duke ¿de qué hablas?

- Ah, y yo pensé que eras más inteligente –suspiró fastidiado para luego estampar su pie en el pecho de ella- Darice, has sido acusada por traición ¿y sabes lo que les hacen a los traidores? Los ejecutan. Tú morirás esta noche en el juicio, asi que no podrás ir a casa.

- ¡P-pero yo no soy una traidora! –se defendió sintiendo dolor en su pecho- ¡Hermano, basta, me duele!

- ¡No me digas "hermano"! –gruñó apretando más su pie- Siempre odie que me llamaras asi con esa tonta sonrisa tuya... No tienes idea de lo mucho que me arrepiento de haberte ayudado aquella vez. Si tan solo padre te hubiera matado a golpes ese día, yo no tendría que estar haciendo esta mierda.

Darice sentía como su vista se ponía borrosa debido a las lágrimas que estaba reteniendo.

Basta, no sigas, por favor, no digas esas cosas, tú no piensas eso, todo es una mentira, asi que detente.

- ¿Ya vas a llorar? –preguntó con una sonrisa cruel- Que gracioso ¿dónde está la princesita Darice Grane? Solo mírate, tan lamentable...

- Por favor... sácame de aquí –balbuceó, ya no le interesaba el dolor en su corazón, solo quería irse de ahí- No quiero morir...