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Todos los estudiantes veían como los coreanos se involucraban en una batalla extremadamente peligrosa, todo para ganar tiempo.

Incluso Gangseok se había unido, y hubiese recibido el fuerte impacto del Seísmo de no ser por la barrera de la Eresby.

- ¡Magnifico, vengan todos a enfrentarme! -rio fuertemente el hombre- Siéntanse con la libertad de atacarme con todo lo que quiera. Quiero darles la oportunidad de defenderse antes de matarlos... Aunque, cuanto más se resistan, más dolorosas serán sus muertes.

Amira miraba todo desde el suelo cercano a ellos, pasando desapercibida gracias a su pequeño tamaño que se camuflaba entre todos los escombros.

Su mirada captó como Gangseok atacaba al hombre con técnicas de batalla cuerpo a cuerpo para luego alejarse y permitir que el ataque combinado de los otros coreanos impactara en el enemigo.

Sin embargo, el rankeado no tenía un solo rasguño, parecía que fue una caricia lo que le dieron.

- Nuestro ataque combinado... no funcionó –murmuró Subin perpleja.

- ¡¿Por qué esas caras de sorprendidos?! -preguntó burlesco- ¡¿Acaso pensaron que sus ataques podrían hacerme daño?! ¿A mí, que estoy en el ranking mundial?

Amira tragó saliva asustada al sentir la presión que ejercía ese hombre solamente con su energía.

- Bueno, supongo que ahora es mi turno.

A una velocidad increíble, el rankeado se acercó a Gangseok con el puño en alto para golpearlo. Sin embargo, su ataque quedó obstruido al entrar en contacto con una capa de color blanco brillante que protegía al pelirosa.

Cuando la capa de humo se disipo en su totalidad, los presentes pudieron apreciar como en un costado se encontraba una jovencita de abundantes cabellos blancos y ojos azules con su mano diestra extendía en dirección del enemigo, dando cuenta que era ella quien creó el escudo.

- Tal vez si yo me uno duremos más tiempo –dijo con una sonrisa algo temerosa.

Aquella melodiosa voz con toques de miedo resonó por el coliseo, haciendo que todos giren su vista hasta la chica con sorpresa.

- ¿Darice? -soltó Arthur en un susurro al ver la espalda de la chica.

Las exclamaciones de todo tipo no se demoraron en aparecer al escuchar ese nombre que consideraban prohibido, comenzando a sentir la presión el aire por aquella presencia.

- ¡Vaya, vaya, pero si es la famosa princesa de los Grane! -rio el hombre- ¡La infame traidora ha mostrado su cara luego de tanto tiempo! ¡Tienes agarras como para venir hasta aquí!

Amira tragó saliva nerviosamente pero aun asi se mantuvo en su lugar sin bajar su guardia en caso de volver a rehacer una barrera.

- ¡Darice Grane! -gritó el director- ¡Después de que te perdonaran la vida! ¡¿Has venido aquí como si nada?! ¿¡Crees que somos un chiste!?

- ¡No es tiempo de hablar sobre eso! –gritó, haciendo callar a todos por un tono que nunca escucharon- ¡Luego podrán juzgarme, pero ahora lo importante es salir con vida!

- ¡Esto es muy divertido! –rio el rankeado- ¡Muy bien, esto se pone más interesante!

- ¡Chicos! –los llamó- ¡Sigan luchando, yo me encargaré de la defensa!

- No sé de que les servirá eso, un simple escudo no podrá bloquear esto -se burló el hombre elevando su mano para lanzar otro ataque- Pero bien, dejaré que se defiendan, me emociona ver lo que son capaces.

Amira no bajó su mirada y aplaudió, creando con destreza veloz un gran campo de fuerza que protegió a sus amigos y algunos del top 10 que se encontraban cerca de ellos, impidiendo que el ataque los lastime un solo cabello.

Confianza || EleceedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora