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La peliblanca se estiró cansada mientras caminaba junto a sus amigos esa mañana tuvo una clase de supervisión con Kartein y utilizó más energía de lo normal, pero aun así estaba feliz de recibir elogios orgullosos por ser capaz de crear barreras fortalecidas.

- ¡Hey, Jiwoo! ¿Es cierto que ganaste la pelea haciendo trampa? -gritó Jisuk con una sonrisa a la vez que ingresaba a la residencia del Seo.

- ¡¿Por qué es que no respondes al teléfono?! -preguntó Subin.

- ¡Ya les dije que no entren sin permiso! -los regaño Amira siguiéndolos desde atrás.

Sus regaños hubieran seguido de no ser porque sus amigos se detuvieron repentinamente con la mirada en un punto en específico.

- Ah, tienes visita -dijo Jisuk.

- ¿Quién es esta señora? -preguntó Subin- Nunca la había visto.

- Ella es mi mamá -respondió Jiwoo con una sonrisa.

El grupo de adolescentes se quedó mudo ante la confesión y no supieron que decir para una situación en la que te presentan la madre de un amigo, y que para rematar, pensaban que no tenía.

- Mucho gusto, soy la mamá de Jiwoo -sonrió maternalmente.

- ¡Es un placer conocerla! -saludó Amira reverenciándose junto a sus amigos.

- Ellos son Jisuk, Wooin, Subin y Amira -aclaró el Seo.

- Hola, es la primera vez que Jiwoo me presenta a sus amigos, asi que no sé qué hacer -sonrió apenada la mujer- Por favor, si digo algo malo no lo tomen en cuenta.

- Yo tampoco sé muy bien como comportarme frente a la mamá de un amigo -dijo Jisuk rascándose la mejilla.

- Ya domos dos -susurró Subin desviando la mirada.

- Tres -completó Wooin rascándose la nuca.

- Es una alegría poder conocerla, señora -habló Amira como si nada, manteniendo una sonrisa cariñosa- Siéntase libre de hablar como guste, lo mejor es que todos estemos cómodos mientras conversamos.

Claro, ella ya tiene experiencia en todo esto -pensaron sus amigos con una mirada acusatoria- En su anterior ámbito seguramente tuvo que hablar con los padres de sus compañeros.

- ¿En serio? -preguntó, recibiendo un asentimiento por parte de todos- Aunque vinieron a visitar a Jiwoo, no tenemos nada para cocinar... Bueno, aunque tuviésemos, no sé cocinar, lo siento.

- Señora, no me gusta la comida casera -dijo Jisuk siendo apoyado por un asentimiento de Amira.

- ¡A mí tampoco, prefiero pedir un encargado! -siguió Subin.

- A mí me gusta el Jajangmyeon...

Todos se miraron entre si y comenzaron a reír avergonzados, aunque luego el ambiente se relajó cuando se ubicaron el suelo y comenzaron a devorar la comida que llegó unos minutos después.

- Jiwoo es muy popular entre sus amigos -comentó Amira revolviendo sus fideos.

- ¿Ah si? -sonrió maravillada la adulta.

- Le agrada a mucha gente en la escuela y también es un despertado muy fuerte -asintió Subin.

- No soy tan fuerte -dijo modesto Jiwoo.

- ¿Entonces dices que los que perdieron ante ti son imbéciles? -preguntó Jisuk.

Amira soltó unas suaves carcajadas divertida por la escena del Yoo extendiéndole una papa frita a Jiwoo, pero fue deteniendo su risa cuando escuchó el timbre de la casa sonar.

Confianza || EleceedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora