CAPÍTULO 3: Despedida y Partida

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A varias luces del día de la desaparición de Edrimere y la entrega de la carta que escribió a sus amigas de Meliral, Kikuko estaba sentada en la cama de su cuarto iluminado por la luz del atardecer luego de una exhaustiva tarde de empacar medias, útiles, instrumentos, armas de protección, de todo lo vital para su partida. Cuando las luces del día se apagaran por completo subiría al carruaje rumbo a Meliral para representar al pueblo de Valer en el Festival de los 2000 Años, y juntarse con sus mejores amigas luego de la última aventura que tuvieron hacia un año. Una aventura que no fue ni de lejos la más interesante que tuvo en todos sus años al Servicio Secreto de Dama Lazarte mientras mas la meditaba al narraba de manera torpe en una libreta que Avery le regaló al salir de Meliral. Pero a ellas les encantaba recordarla, eso le motivó a seguir escribiendo.

Al recordar a memoria todo lo que empacó y que no faltara nada se tiró en su cama para comenzar a pensar en todo lo que pasó la semana que pasó atareada. Visitó Henridor con Dama Lazarte para inspeccionar el caso de la desaparición de la princesa Edrimere, sin ningún resultado. En menos de nueve días, lo que para la ciudad de Gerol son considerados "días hábiles", fueron largadas ambas por el reemplazo de la corona. Tiempo después leería en un periódico que era el nuevo príncipe hijo de la secuestrada. Un completo imbécil que se creía superior. Odiaba esa clase de gente. A pesar que lidiaba con esos casi todo el tiempo en las afueras del castillo de Valer ese le ganó a cualquier otro que ya antes conocía.

Dama Lazarte eligió a Kukiko de entre un grupo de huérfanas en un orfanato de Delrian como informante del laboratorio oculto que experimentaba con poderes extraños como telequinesia, psíquica, o alguna magia antigua que provocaba pánico en algunos habitantes costumbristas. Internada ahí por seguridad desde antes que tuviera memoria, ella pudo o no tener un poder especial. Tal vez si lo tuvo, más no recuerda cual es. Solo recuerda que Dama Lazarte la rescató después de acabar la operación, clausurando el lugar al instante. Ella testificó como vivió las atrocidades, horrores y fantasmas que habían tenido lugar en ese internado, pero Kikuko no figuraba en la lista de huérfanos y nadie tomaba importancia de su existencia. Después del juicio, Dama decidió adoptarla. A partir de ese momento fueron inseparables, exceptuando veces en las que ella salía a una misión. Como protegida de la Ministra conocía los secretos del gobierno, así tuvo conocimiento del Servicio Secreto de la Ministra. Se inscribió al alcanzar la mayoría de edad en Valer para ser graduada a los tres años con notas mediocres pero aprobadas.

Como protegida de una gobernante, se mantenía cerca de Kikuko todo el tiempo en visitas diplomáticas. Mas cerca de lo que nadie en el Servicio Secreto estuvo antes. Era la coartada perfecta para investigar casos o estar ojos abiertos a su entorno y proteger a la Ministra a la vez. Juntas estuvieron presentes en aburridas reuniones y pelearon en problemas legales, intentos de suplantación, o contra conspiraciones, como los ataques de la aldea ilegal Trenzar en medio del desierto de Malris, ocasión cuando peleó al lado de sus mejores amigas por primera vez. Aparte, se enlistó en el equipo de espías de Valer dedicado a solo el sector de la ciudad de Valer, registrando ataques sobrenaturales, actividad sospechosa o asesinatos importantes. Solo salía de la ciudad cuando tenía visitas diplomáticas con Dama Lazarte. Se sentía muy sola lejos de esa compañía, los espías, o Cabardianes, que trabajan en Valer no necesitan compañero de misiones, aunque sean pocos. Esto le imposibilitó conocer compañeros de trabajo o socializar. Recién conoció a individuos de su edad cuando viajó a Meliral y no creía caerles bien porque sentía que no fue la mejor compañía ni líder para ellas... Y lo ocurrido con Karly...

Su sombra se materializo en el suelo en dirección contraria a la ventana. Las luces del día formaban colores vivos hipnotizantes en el cielo. Tonos rosados, amarillos, verdes adornaban el cielo en un atardecer digno de admirar. A ella le producían tristeza al recordar a las individuos que conoció en Meliral y apenas recordaba. Recién en esos momentos conoció sentimientos como la amistad y la bondad, sentimientos que no volvió a sentir más porque su trabajo le hace pensar que otros sentimientos como el odio y la malicia son más poderosos. Cuanto ansiaba volver a verlas. De seguro cuando vea a Avery, con quien mantenía comunicación bajo los nombres clave Astard y Sugrud, recordaría todo. Eso la calmaba. Al echarse en su cama sintió comezón en la cabeza, se extendió al cuello hasta llegar a su espalda. Eso le quitó las ganas de llorar, pero regresó ya de noche con creces. Le dio ira no saber como estar en contacto con sus sentimientos la hacía sentirse débil del mismo modo que dicen que eres débil si estas en contacto con tus sentimientos. Más en un trabajo que requiere rudeza. No solo eso le daba pena, también tener que separarse de Dama Lazarte y no por una misión como la última vez. Sentía que no merecía hacer este viaje, que era más por diversión que por labor. Pero sí que había algo de labor ahí. Iba a ser la representante de Dama Lazarte en el Festival más no tenía privilegios como la mismísima Ministra de Gobierno. Eso incluía no ir al baile de inauguración, que era lo que le interesaba ver empero no tenía ganas de que la notara, que salga a bailar y haga el ridículo. El torbellino de sentimientos se acabó cuando los colores naranja fuego y morado intenso del cielo se empezaban a consumir. Con lo único que se sentía identificada era con las luces del cielo. Ya sean del día o de la noche, siempre sus colores tenían que ver con su estado de ánimo cuando más lo ocultaba.

Baile de Condenados (Relámpagos del Este-Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora