CAPÍTULO 9: Música del festival

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Cuando doblaron en la avenida Giro a la Transfer Kikuko la detuvo como si estuviera en una redada policial, Avery solo le siguió la corriente para no fastidiarla. Este comportamiento era nuevo en Kik pero no le importó mucho. Al pasar un carruaje cruzaron la calle a la cabaña más grande de la cuadra. A Avery le pesaba la mochila que cargaba disminuyendo su velocidad al caminar. Kikuko cargaba una igual en la espalda más caminaba como siempre, para ella no existía el peso. Las calles desiertas salvo por un par de carruajes era bastante aterrador. Esperó que nunca vea llegar el tiempo en que las calles de Meliral queden desiertas en su totalidad. Una parte de los habitantes estaban reunidos en la entrada del castillo de Meliral para el gran baile de inicio al festival, los demás en sus casas oyendo las transmisiones radiales fingiendo que nadie vivía en ese terreno para no ser interrumpidos. Ninguno era sutil, la voz del locutor radial se podía oír desde el camino de tierra a varios metros de distancia. Kikuko escuchó una de estas transmisiones a menos de un paso de la entrada pequeña de la cabaña de Mayte, se quedó quieta esperando cuándo el enemigo caía por sorpresa. Avery rio entre dientes. Supo que iba en serio, pero no le importó ya que Meliral era la ciudad más segura y no podía explicarlo porque no tenía sentido. Era más como ilusión suya. Le encantaba contar aventuras y anécdotas, pero había perdido ella sentido del humor, sentido con el que la conoció antes de batalla en la entrada de Valer y la muerte de Karly. La pasó dando grandes zancadas directo a la puerta que se hallaba metido en la pared derecha de un callejó corto sin salida y dio tres golpes en la puerta de madera. Avery le dio permiso a Kikuko, quien tocó la puerta también.

-Saludos, visitante de otra ciudad y Otra. -Mayte hizo una imitación casi perfecta de Edr, el modista de la novela Su Abrigo de Piel, usando una voz gruesa.

Avery dio una breve carcajada, no entendió la referencia al inicio, molestándose por unos segundos ser llamada Otra como si no tuviera importancia al lado de su invitada. Kikuko solo esbozo una pequeña sonrisa. Era demasiado seria salvo algunas ocasiones donde dejaba ver algunas señales de que tenía sentimientos, y se esmeraba por demostrar esto último. Quizás se puso así con el tiempo, cuando la conoció la noto un poco más sarcástica pero aun en una pose que implicaba respeto hacia otro a pesar de que no lo tenía. Cuando ambas despertaron en la madrugada, estaban escuchando un programa radial de chistes mientras desayunaban. A ella le hicieron gracia algunos mientras que a su invitada se mantuvo callada. Solo iniciaba conversación cuando el programa entraba a comerciales, signo de que prestaba atención o que no se adaptaba a estar de vacaciones en un nuevo campo.

-Bienvenidos a mi humilde morada. Siéntanse cómodos. -Mayte las dejo pasar con amabilidad. -Enzo, ven a saludar.

Del sofá se levantó el chico que encontraron en la biblioteca. Pelo negro a la luz cálida de la araña, facciones faciales de alguien cuya inocencia aún guardaba. Se notaba tímido y culto a la vez, como una versión femenina de Mayte. Se veía lindo y tierno.

-Mucho gusto, mi nombre es Enzo. -Titubeo un poco al decir lo que le siguió a "Mucho gusto", no sabía cómo presentarse de forma casual y segura.

-Kikuko, Gusto en conocerte. -Se adelantó a Avery justo cuando tenía la mano a punto de levantarla con una postura formal, como si perteneciera a la realeza. Le estrecho la mano.

-Mucho gusto, Kikuko. -La miró a los ojos, inspeccionándolos para reconocerla si se la encontraba en la calle. Kikuko no cambió la postura ni la seriedad de su rostro imponiendo temor en quien no conocía y confiaba.

-Avery. Un placer conocerte. -Lo saludo luego de soltar la mano de Kikuko.

-El placer es mío, Señorita Avery. -La voz apagada que mantuvo todo este tiempo le dio algo de gracia.

-Solo Avery. Somos de la misma edad. No hay formalidades.

Enzo esbozo una sonrisa débil como consentimiento.

Baile de Condenados (Relámpagos del Este-Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora